Capítulo 19: La elección final

El regreso a la ciudad vino con noticias importantes: una reconocida firma internacional de urbanismo había visto la presentación de Aydee y la invitaba a liderar un ambicioso proyecto… en otro país. Era una oportunidad única. El tipo de oferta que cualquier profesional soñaría.

Aydee pasó la noche en vela. No solo porque el reto era enorme, sino porque por primera vez, su decisión no solo la afectaba a ella.

A la mañana siguiente, se lo contó a Dioel.

Él escuchó en silencio. No preguntó cuánto tiempo se iría. No la cuestionó. Solo dijo:

—¿Qué quieres hacer?

Y ahí estaba la pregunta clave. Porque Aydee ya no era la mujer que simplemente aceptaba lo que el mundo le ofrecía. Ahora era alguien que elegía.

—Quiero ir —dijo ella—. Pero también quiero estar contigo. No quiero dejarte atrás… ni dejarme atrás.

Dioel respiró hondo. Se acercó y sostuvo su mirada.

—Aydee, no voy a ser el obstáculo entre tú y tus sueños. Te amo, y por eso te dejo volar. No para que te alejes… sino para que regreses por decisión, no por costumbre.

—¿Y si no vuelvo?

—Entonces habré amado a una mujer libre. Y eso también es un honor.

Aydee sintió cómo le temblaban las manos. Pero no de miedo. Sino de valor. Porque al fin comprendía que el verdadero amor no retiene… acompaña.

Semanas después, abordó el avión. Con lágrimas en los ojos y un corazón lleno. No se iba huyendo. Se iba eligiendo.

En el asiento del avión, abrió su bolso y encontró una carta. La reconoció de inmediato. Era su letra. Pero no la había escrito ella ahora. Era una de aquellas cartas del futuro… que quizá se había olvidado de leer.

> “Sí vas a tener que irte. Pero no será una despedida. Será una afirmación. Porque el amor real no te quita alas. Te acompaña en el vuelo. Y cuando decidas volver, si él también te elige, ahí estará. Esperándote. Porque lo que se construyó con verdad… no se derrumba con la distancia.”

Aydee cerró los ojos. Sonrió.
Estaba lista.