Mía nena, mía

Chapter 5

~ T O M ~

 

Cuando la dejé sola en la sala, me sentí extraño. Hace mucho que no me sentía de esa forma, pero me hizo recordar cosas que pensé olvidadas, no me gustaba esa sensación. Sacudí mi cuerpo para intentar que esa sensación abandonara mi cuerpo, no sabía si era por ver la situación en la que estaba la joven o porque yo no dejaba de pensar en que debía hacer algo. Yo tenía demasiadas cosas en mi cabeza como para tener una responsabilidad como esa.

 

Antes de conseguirle un lugar donde quedarse, sabía que debía llamar a Chris, él era doctor, el si se había graduado y fue el primero que pensé que podría ayudarme en estos momentos. Debía aceptar que quería darle mi mano. Caminaba por la cocina con el celular en la mano, no era tan tarde como para que Chris no me respondiera las llamadas, pero tardó un poco responderla.

 

—Hola hermano... ¿Qué me cuentas? —La voz de Chris me hizo relajar un poco, ya que al menos estaba despierto para lo que le pediría.

 

—Chris... Necesito de tu ayuda, ven a mi casa —Le respondí lo más rápido que pude, me sentía desesperado en ese momento, ya no tenía tiempo como para preguntarme el porqué de lo que estaba haciendo, en otro momento me haría esas preguntas, ahora era momento de actuar.

 

—No quiero ser cómplice de un asesinato Thomas... —Dijo nervioso, pero jocoso, me dieron ganas de golpear su cara sonriente. Aunque quise reírme, no pude, solo me detuve y giré mis ojos, tomé aire para responderle como una persona normal y no de mala gana, si yo le llamaba de esa forma y diciéndole que necesitaba ayuda, él era consciente de que no era una broma, nadie estaba para esas bromitas de su parte.

 

—Idiota, no asesiné a nadie… —<<No aún>> pensé ya que al él era a quien quería asesinar por sus bromitas de mal gusto, aunque había tomado aire para tranquilizarme y no decirle algo de mala gana, no me funcionó—. Mira, no puedo explicarte por celular, necesito que vengas a casa, es una emergencia, ella necesita a un médico urgente —Sabía que tampoco era tan urgente, pero si no le decía eso, el no vendría. Por más que fuera mi mejor amigo y siempre estábamos para el otro, cuando Chris estaba en casa con su novia, no había nada que lo sacara de ese lugar y yo lo necesitaba… Aitana lo necesitaba—, por favor —Supliqué.

 

—Más te vale no me meter en problemas —Escuché un fuerte suspiro—, estaré ahí en unos 20 minutos…

 

—Gracias hermano… —Colgué el celular aliviado, ya había resuelto una parte del problema. Aunque el moretón podría ser cualquier cosa, pero me preocupaba que estuviera tan hinchado, un golpe como ese tiene un método de como curar. Ahora debía resolver lo del hotel, pero antes quería ver como seguía con el hielo que le había dado.

 

Una vez regresé a la sala, me la encontré dormida profundamente en el sillón se veía incomoda, antes de quitarle el hielo pensé que debería llevarla a alguna de las habitaciones para que descansara un poco antes de que Chris llegara para revisarla. La cargue y la lleve a la habitación que estaba al lado de mi alcoba, la habían limpiado hace poco y era seguro dejarla ahí. Mientras caminaba con ella en mis brazos me di cuenta de que no pesaba mucho, era alguien alta, delgada eso sí, pero no me había percatado que tanto hasta que la tuve en mis brazos, podría estar enferma de alguna forma. Muchas ideas locas estaban rondando por mi cabeza, necesitaba calmarme de una maldita vez. La conocí ese día, no entendía que me pasaba, pero yo tenía una hermana, que adoraba a pesar de nuestra extraña relación, de solo pensar que mi hermana pasara por eso, me volvía loco.

 

La acosté en la cama, estaba completamente dormida, sin duda había mucho más que me ocultaba, pero estaba consciente de que era duro para ella hablar de esos temas, lo notaba cuando su mandíbula tembló cuando habló de su tío. La estuve mirando un par de minutos, dejé de hacerlo pensando que parecía un loco mirándola dormir, regresé a la cocina. Mientras esperaba a Chris, me comencé a hacer preguntas. Tal vez esa chica la estaba pasando realmente mal y yo me había fijado en ella no solo para acostarme con ella sino porque tendría que ayudarla.

 

<<Ya parezco mi madre con eso>> Sonreí al pensar en que mi madre habría dicho algo así para explicar lo que había pasado. Miré mi reloj, no había pasado mucho desde que me perdí en mis pensamientos, pero si el suficiente como para que Chris estuviera por llegar, fui hasta la sala, en el sillón donde la chica se había sentado dejó una mochila, ni me había dado cuenta que la tenía. Cuando quise tomarla, el timbre me sobresaltó, la olvidé por un momento y caminé hasta la puerta.

 

—Gracias por venir amigo... —Aunque le quise sonreír, seguramente me veía preocupado, él tenía el ceño fruncido. Lo dejé pasar al saludarlo.

 

—Dime que no estabas teniendo sexo con una mujer, la golpeaste y ahora no despierta Thomas —Aunque hace rato lo quise golpear por sus bromas, esta me había hecho relajar, cerré la puerta mirándolo, le sonreí, aunque me quise aguantar.

 




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