Microhistorias

Trabajo en equipo

Aún con todo este sufrimiento, hemos aprendido a trabajar en equipo.

Clara, Jean, Marina y yo. Hemos estado juntos desde que recuerdo. Desde que me volví escritora ellos, cada uno con sus habilidades, me ayudan durante todo el proceso de crear mis libros. Nos conviene tanto a ellos como a mí y las cosas han ido mejorado gracias a eso. Jean es mi editor, me ayuda a ver cosas que no había notado antes, corrige y da sus opiniones. Marina es una gran artista, sus ilustraciones son obras magníficas que me enorgullece incluir en mis novelas. Clara se encarga de todo lo relacionado con publicación y publicidad.

La integración es buena, la integración es importante, la integración nos ayuda.

Es inevitable que surjan conflictos. Odio cuando Jean cambia demasiado mi historia, cuando Marina se retrasa demasiado con los trabajos, o cuando Clara invierte un montón de mi dinero sin permiso. Lo peor es que no podemos comunicarnos como quisiéramos. Lo peor es que no se puede hacer nada. A veces todos estamos demasiado tristes, todo se frena o se acelera demasiado. Hoy sale un libro nuevo: “La nave del capitán Regor” y también tengo cita con mi terapeuta. Una mezcla de emociones me sacude por dentro. La ansiedad sube del suelo al cielo. ¿Se dará cuenta de que dejé de tomar mi medicación? ¿Cómo lograré explicarle que necesito a mis otras personalidades aunque eso implique perder el control?

Control, integración, trabajo en equipo, sufrimiento.

Estoy comenzando a perder el control.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.