Mil Cosas

6

¿El inicio de un triángulo amoroso?

 

Había pasado el fin de semana dando paso a que el lunes llegue.

Empezaba la primera hora de la semana con filosofía, aburridísimo. Cuando se hizo la hora para ir a la escuela, ¡Bingo! Mi mala suerte volvió a jugar en contra mío, Thiago tenía que llevarnos, no podíamos irnos en el auto porque él lo necesitaba para comprar unas cosas para seguir trabajando en el parque. Lo compraba de paso que nos llevaba a nosotras.

Todo el camino estuvimos callados, lo único que se escuchaba en el vehículo era la música de fondo. Martina de vez en cuando intentaba sacar tema de conversación pero resultó pésimo, desde que pasó lo que pasó, entre este individuo tallado por los mismísimos ángeles y yo, no volvimos a cruzar palabra directamente.

Tenía que olvidarme de todo, de él, de lo que pasó esa noche...

«¿Cómo olvidarte de ese dios griego después de haber estado en su cama con él semi desnudo?»

Genial, me re ayuda tu opinión.

«Lo tomo como un cumplido. Gracias, querida.»

No servís para nada.

Quizás porque no hablamos, ahora había esta tensión entre nosotros, y eso no estaba bueno.

Cuando llegamos, mi prima se bajó del auto y segundos después intenté seguirla pero la mano de Thiago me lo impide, volví a cerrar la puerta del auto y lo miré de reojo porque no podía directamente.

—Vos y yo tenemos que hablar. —dice acomodándose para poder mirarme más cómodo, sin más remedio hago lo mismo. Estaba nerviosa y todavía no había empezado a hablar.

—Sí...—dije con un carraspeo de garganta. Se notaba a kilómetros que me inquietaba el tema que quería tocar.

—¿Cómo apareciste en mi cama el sábado? —pregunta con una mirada curiosa. Puse pelo atrás de mi oreja haciéndome la desentendida.

Suspiré y tuve que contarle, aunque no era nada de otro mundo, pero el fin de semana estuve evitándolo para así también evitarme ese momento incómodo.

Cuando iba a decir algo al respecto, salí del auto como la cobarde que soy. No quería enfrentar lo que tuviera que decirme en ese momento y sí, le dije la verdad, y la verdad es que él me pidió que me quede, por eso huí de ese momento, porque estaba muy nerviosa y el nivel de nerviosismo que manejo no es normal en mi persona, por eso salí corriendo.

Cuando entré al edificio todavía no había calmado mis pasos acelerados y eso produjo que me choque contra alguien. Al levantar la vista me encontré con la de Dani.

—Hey.—dice con una sonrisa. Le sonreí con los labios apretados —. Me preocupé. —dice una vez que empezamos a caminar a la par, fruncí las cejas porque no sabía a qué hacía referencia, nos paramos frente a mi locker y lo miro a los ojos—. El viernes te fuiste de la nada y me preocupé. No me llamaste ni te despediste. Si... Si te fuiste porque te besé quiero...—puse mi dedo índice en sus labios para que deje de hablar y reí con ternura.

—No fuiste vos, tranquilo. Me fui y no tuve tiempo de avisarte porque me surgió algo, nada importante pero no llegué a avisarte. Perdón. —nos sonreímos y él besa mi pómulo con ternura.

—Me alegra saber que no la cagué. —dice con alivio. Negué para tranquilizarlo.

El muy dulce me acompañó a mi salón y después se fue al suyo. Mordí mi labio y entré. Apenas crucé mirada con Leo, ella me hace cara pícara, negué como si no tuviera remedio y me senté al lado suyo.

Las dos primeras horas fueron un embole, nunca me gustó la filosofía y no me iba a gustar ahora.

Salí al recreo y fuimos a la cafetería con mi amiga, no habló en todo el recreo, su mirada y su mente volaban por quién sabe dónde, como no podía más de la curiosidad, le pregunté.

—Me enamoré. —fue su respuesta. Abrí los ojos sorprendida.

—¿De quién? —seguí indagando en el tema.

—Del amigo del novio de Martina. —me quedé pensando, un poco confusa por su respuesta pero creo que entendí, el amigo de Iván...

—¿Thiago? —pregunté con la voz más apagada, frunce el ceño y me mira con una sonrisa pícara.

—Ese es el que te gusta a vos, aparte de Daniel. —no me dejó que le diga que nada que ver porque volvió a hablar —. Erik. —dice en un suspiro.

Asentí y le pregunté más detalles, por ejemplo, de dónde lo conocía porque no iba a la escuela, y me respondió que lo conoció el viernes en la fiesta y después tomaron algo el sábado.

En lo que no dejé de pensar fue en lo que me dijo antes, a ver, si bien Dani tiene lo suyo, es lindo, bueno, atento, y demás. Se podría decir que me... ¿Gusta? Puede ser, por qué no me gustaría, él es todo lo que una chica desearía tener como novio;

Por otro lado, el caso particular: Thiago, nos peleamos, a veces nos tratamos bien y otras somos peor que Tom y Jerry, es difícil, pero no, si de algo en esta vida estoy segura es que no me gusta Thiago, es muy atractivo porque ciega no soy, pero tampoco es que estoy enamorada de él.

Cualquiera que vea mi situación diría que estoy en medio de un triangulo amoroso, pero yo estoy segura que no, es más confusión lo que siento. 



#6781 en Novela romántica

En el texto hay: amorodio, desamor

Editado: 24.03.2024

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