Mil Cosas

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Una dolorosa visita

 

5 meses después.

—Ya pasaron cinco meses desde que te fuiste, mi amor, y todavía duele como el primer segundo. Hoy... Hoy fui a hacerme una ecografía para saber el sexo del bebé. —dije con una sonrisita mezclada de alegría y tristeza—. Es una nena. Se va a llamar Maia, me enteré que tiene bastantes significados, pero uno de ellos es amor. Y quería elegirle un nombre que representara lo que vos y yo fuimos, fuimos amor, Thiago. Y ella es la prueba de eso, de nuestro amor. Y nunca, nunca me voy a olvidar de eso. Te quise tan rápido, con tanta fuerza, y te quiero todavía, y admito que te sigo esperando, esperando a que esto sea un sueño.—miré a mi alrededor en el cementerio y volví a él—. ¿Sabés? En mi primera ecografía soñé que eras vos el que me acompañaba, el sueño de toda embarazada, aunque mi mamá y mis amigas fueron la mejor compañía, ellas no son vos. Vos tendrías que haberme acompañado, haberme agarrado la mano mientras sentíamos el corazón de Maia, darme un beso y decirme lo feliz que íbamos a ser, escuchar un “te amo, princesa” mientras besabas mi frente al mirar la pantalla. Pero todo eso fue un sueño, maravilloso, pero un sueño. Mi amor, tengo que irme, mamá y papá me están esperando en el auto, te amo hoy y siempre.

Me levanté con cuidado del suelo y miré la rosa que tenía en la mano, una rosa azul, solamente alguien que sabe su verdadero significado va a entender el por qué le estoy regalando una. Es la que usó la misma noche en que me pidió que fuera su novia, mi primera vez, en ese momento, él me tomó de la manera más bella y tierna en que se puede tomar a una persona. Y de solo recordar esa noche mi corazón volvía a doler.

Dejé la rosa en su lápida y volví a incorporarme.

—Aunque ya no estés, mi amor va a seguir vivo hasta que mi corazón deje de latir. Porque te voy a amar toda la vida, incluso después de esta. Te amo mi amor.

Dije y lágrimas silenciosas se escaparon de mis ojos. Sonreí con melancolía, me di la vuelta y salí de ahí.

«Thiago Méndez: 12/09/2002 - 31/12/2023»

«Puedes llorar porque se ha ido,
o puedes sonreír porque ha vivido.

Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva,
o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado;
tu corazón puede estar vacío
porque no lo puedes ver,
o puede estar lleno del amor que compartiste.

Puedes llorar, cerrar tu mente,
sentir el vacío y dar la espalda
o puedes hacer lo que a él le gustaría:
Sonreír, abrir los ojos, amar y seguir».



#6781 en Novela romántica

En el texto hay: amorodio, desamor

Editado: 24.03.2024

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