Mil vidas de luto

capitulo 1

La decisión

Desperté de nuevo en este maldito infierno uno de tantos que existen pero al recordar lo que sucedió hace un tiempo (no sé cuánto ya que aquí no existe el tiempo) sé que no tengo elección, ni deseos de modificar la que tome, pues luego de cambiar mi vida por la de la persona que amo y proteger a mis seres queridos este me parece un precio justo.

De golpe corro por instinto, al escuchar la voz del minotauro guardián. Mientras huyo viene a mi mente como desde pequeña descubrí que existían otros mundos cuando dormimos apaciblemente muchos de nosotros los viajeros astrales líbranos batallas

  1. a mis escasos 5 años cuando visite por primera vez este otro mundo, el astral.

Como imaginaran mi razonamiento no me daba para comprender el sitio donde estaba.

De un golpe sofocante del minotauro he caído al piso

Minotauro- solo consigues enfadarme cuando corres, Sabes que no puedes escapar de mí ni de este santuario de almas.

Sin remedio me pongo reincorporo para seguir instrucciones nuevas y es que ahora se me asignará una misión la cual deberé llevar a cabo sin titubeos.

Pero qué bien dicen que todo tiene un precio, salve a mis seres queridos, pero he condenado a cientos de almas inocentes a sufrir ante mi asignada tarea letal; yo soy conocida aquí como Flor de luto, asesina de almas generosas, aquellas que busquen ayudar al prójimo, sean nobles, valientes esas que pretendan mejorar el mundo.

Seguramente se preguntan ¿por qué llevo tal asignación verdad? Entonces solo me queda remontarme a mi vida pasada en el plano terrestre. Tiempo atrás al entrar al séptimo grado en un nuevo instituto, con el típico nervio propio baje del auto y entre, tenía tanta emoción qué me parecía desmedida y no entendía por qué, pero sentía que algo increíble sucedería. Entonces pose mis ojos en la creatura más bella que jamás vi, fue ahí donde comprendí por qué me sentía de esa forma, era tan perfecto a mis ojos, ¡brillaba! cruzamos miradas y sentí como perdimos el aliento casi de manera sincronizada.

Para mí maldita y tramada suerte o destino estábamos en la misma clase

A mis escasos 12 años no entendía mucho de amor, solo sé que mi corazón comenzó a funcionar desde ese entonces como los engranes de un reloj.

 

 

 

A partir de ese día las cosas fueron totalmente diferentes para mí, el amor era lo que me impulsaba por las mañanas al levantarme, todo lo que quería era volver a reflejarme en esos ojos; para no hacer el cuento muy largo, esa persona a la que me refiero es el amor de mi vida. Luego de transcurrir tres años juntos con un noviazgo fugaz un primer beso y una dolorosa despedida nuestras vidas se separaron.

Al pasar los años y conocer a otras personas el recuerdo de ese amor comenzaba a borrarse, aún que no del todo pues soñábamos el uno con el otro casi a diario, era una especie de sueños compartidos, ¿Cómo sé que el soñaba también? después de casi 8 años de no saber el uno del otro, sucedió.

En una calle atrapados en el tráfico sentí como mi corazón me avisaba de su presencia, de golpe y casi sin poder respirar gire mi cabeza al carrito contiguo y lo vi !era el! ¡Dios mío! mi cuerpo apenas si contenía los latidos desmedidos de mi corazón, él ya me estaba observando y yo no podía ni parpadear, sentí como si mi corazón no me perteneciera a mí sí no a él, era tana suyo que pretendía escapar de mi pecho. Sin más nos lanzamos una sonrisa con cara de asombro, me señaló que me acomodara en una orilla y ahí bajamos de nuestros respectivos autos,

Nos miramos, ¿que si miramos? nos contemplamos, nos deleitamos uno a otro con la mirada, luego de un saludo superficial, me comentó que estaba en una relación le dije que me daba gusto he igualmente yo tenía novio. Con un suspiro me miro y dijo

-bueno tengo que irme pero me dio gusto saber de ti.

-Igualmente (respondí)

Nos dimos la mano, dijimos adiós. Pero luego de unos paso regreso la mirada y dijo - ¿podríamos encontrarnos de nuevo? O dame al menos tu teléfono para no perderte el rastro.

Después de pensarlo por algunos minutos y con su mirada encima accedí, aquí es donde comenzó todo el caos.

Al amor no le importan las reglas sociales un carajo, Solo existe con fuerza y arrasa, es como el agua del mar cuando entra entre las rocas, las golpea y golpea como si fuera más sólida que ellas, incluso las desgasta, las parte, las pulveriza sin piedad.




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