Lᴀ ʟlama se estinguió de golpe. La mujer, chasqueo los dedos y la vela volvió a iluminarse. Con un mortero en sus manos, machacó unas cuantas hierbas y las arrojó al caldero que humeaba. En voz muy baja, murmuró unas cuantas palabras y sacó un cuchillo de plata de su bolsillo. Sin dudar ni un ápice, se hizo un corte poco profundo en la palma de la mano. Lo suficiente para que sangrara. Puso su mano sobre el caldero y disminuyó el fuego mientras una gota de su sangre caía. Con un sonoro "pluf", la gota se mezcló entre los demás ingredientes del caldero y, de pronto, el fuego se apagó. La vela fue lo siguiente. La ventana de la habitación de al lado se abrió gracias a una gran ráfaga de viento. En el cielo nocturno, la mujer oyó rayos y relámpagos de fondo. También oyó como un cuervo y búho levantaban el vuelo mientras graznaban y ululaban.
Segundos después, la calma volvió a instalarse. Con un chasquido de dedos, la ventana se cerró suavemente y la mujer volvió a mirar el caldero notando como el brebaje había cambiado de color. Había pasado de tener un color marrón casi negro a uno mucho más claro. Al ver que el color era idóneo, susurró unas cuantas palabras más, finalizando el hechizo. Elevó la mirada y sus ojos se volvieron blancos. Su mirada se relajó, al igual que su postura. De la poción salió un humo blanquinoso y, tras unos minutos, se esfumó. En ese instante, la mujer volvió a tener los ojos azules y con voz que no parecía suya, anunció una de las afirmaciones más peligrosas que nadie podría haber dicho. Sola, en aquella vieja casa, su predicción se la llevó el viento. Se perdió entre los misterios de la noche. Sin ser escuchada. Nadie más supo de ella jamás. Desapareció de la noche a la mañana. Pero tampoco nadie se dio cuenta de su desaparición. Nadie menos ellos cuatro, los Guardianes restantes en aquella época. Ellos lloraron su desaparición, habían perdido a una compañera, una amiga, un aliado. Aquel día, Kellya Hann desapareció de la faz de la tierra y predijo un suceso demasiado peligroso. Por lo que, a pago de su acción, una maldición cayó sobre ella haciéndola desaparecer. Pero no dejándola ir al Otro Lado hasta que su profecía se cumpliese.
«Y cuando la Oscuridad llegue, el mundo caerá en sus manos y los Guardianes se habrán rendido ante los humanos. »
Editado: 11.03.2022