~ ELETTRA ~
—Estaré abajo en el restaurante, nos vemos en unas horas madre —Loretta no se había quedado tranquila con la explicación que le había dado, evidentemente no, pero ahora mismo no quería tener que explicarle a los demás lo que estaba haciendo. Santino había estado pesado ese día con el trabajo, pero saber que había llegado el final de mi día de trabajo y que vería a Marc, me había hecho sentir contenta.
Al llegar a una mesa donde estaría esperándolo, comencé a ver redes sociales, en Italia les encantaba acosar a las familias como la nuestra, siempre salía una noticia nueva sobre los Lamborghini y a la siguiente algo sobre alguna otra familia, pero siempre veíamos cosas sobre nosotros que eran mentiras y nos sorprendían. Santino tenía un equipo que se encargaba de mantener esas noticias absurdas a limite, pero no siempre lográbamos mantenerlo todo para nosotros.
—Qué bonita te ves —Alcé la mirada, Marc estaba con una sonrisa, se acercó a mí para dar dos besos en mis mejillas. Se sentó a mi lado, era un hombre bastante alto y atractivo, intrigante tal vez, yo a veces pecaba de enamoradiza, no tenía control de mis emociones muchas veces, así que quería tomarme las cosas con bastante calma—. Ayer no tuvimos la oportunidad de hablar… Así que cuéntame un poco de ti, de tu vida…
No había mucho que contar luego de todo lo que habíamos tenido que vivir. Sobre todo, en mi caso, luego de salir de rehabilitación, Santino me permitió tener un trabajo en la empresa, había comenzado por lo más bajo, hasta llegar a lo que era ahora. Así que pude soltar algunas cosas de mí, seguramente si el buscaba mi nombre en internet, sabría más cosas de que las yo le había contado.
—Ahora es tu turno para contarme de ti —Hablé luego de que nuestra comida haya llegado, así como yo me había extendido hablando sobre mi vida, quería escuchar lo que él tenía para decirme.
—Bueno, tengo 49 años, tengo una hija que tiene 20, estuve casado con su madre por unos 18 años y nos separamos hace unos 5 años, han pasado muchas cosas desde entonces, pero no hay mucho que decir de mí, tengo un taller mecánico, donde me va súper bien… —Explicó bastante relajado, esperaba que no me estuviera mintiendo acerca de su ex mujer, yo no quería tener problemas por haber aceptado salir con un hombre casado—. Me gusta viajar en moto, aunque también me gusta pasar tiempo en casa… ¿Hay de ti? ¿Qué es lo que te gusta hacer cuando tienes tiempo libre?
—Antes me gustaba salir de fiesta un montón —Confesé riéndome sobre eso—. Pero después de la pandemia aprendí que me gusta pasar tiempo en casa, en familia principalmente, tengo muchos sobrinos que adoro… Así que soy la tía que les consciente y compra cosas —Eso lo había hecho sonreír, por un momento me dieron ganas de robarle un beso, pero tenía que contenerme esos impulsos.
—¿No tienes hijos? —Negué con la cabeza, aunque lo había pensado un par de veces, no quería tener hijos mientras estuviera soltera, siempre me había imaginado teniendo una familia como la que tenía ahora Santino, pero se me había complicado bastante el conseguir pareja—. ¿Novio, esposo? —Volví a negar con la cabeza, el semblante del hombre cambió por uno sorprendido—. No puedo creo que no tengas novio… Eres hermosa y joven, seguramente tienes muchos pretendientes en Roma.
—Nadie que realmente me interese como para prestarle mi atención —Él tenía razón, yo tenía un par de conquistas, que solo me habían servido para divertirme por un rato, pero ninguno me había cautivado lo suficiente como para llegar a tener una relación seria. Nunca me había enamorado de nadie, había comenzado a pensar que tal vez no encontraría a nadie a quien amar, tampoco era algo que me quitara el sueño—. Estoy destinada a convertirme en la tía soltera millonaria —Bromeé con una gran sonrisa, a lo que el hombre me la siguió. Después de eso no dijimos nada más, solo nos quedamos viéndonos a los ojos.
Marc en un impulso me tomó del rostro para acercarme a sus labios y besarme con algo de fuerza, el beso era algo que había estado esperando desde hace un rato y como predije sus labios eran suevas, ahora no me importaba el que el hombre fuera muchísimo mayor que yo, quería seguirlo besando, llevé mis manos hasta su cuello para tenerlo un poco más cerca, sentía que había perdido el aliento, pero no me importó, quería seguirlo besando. Cuando finalmente nos separamos, nos quedamos mirando un buen rato a los ojos.
—Eres hermosa —Susurró antes de darme un beso más en los labios.
Después de compartir un par de besos más, pudimos seguir un buen rato con nuestra conversación, aunque me hubiera encantado poder seguir hablando con él durante la noche, tenía que regresar a la habitación antes de que mi madre bajara para saber que estaba haciendo. Pagamos la cuenta para ya irnos.
—Me gustó mucho pasar tiempo contigo, espero que se pueda repetir —Marc me había tomado de la mano para acompañarme hasta el ascensor, había insistido en llevarme hasta la puerta de mi habitación, pero no quería que mi madre se diera cuenta de con quien estaba.
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Editado: 28.09.2023