~ ELETTRA ~
—Si tu hermano me llega a ver acá seguramente querrá matarme —Marc había aceptado quedarse conmigo esa noche, si se iba al día siguiente, al menos quería disfrutar de la última noche que estaríamos ahí, lo que pensé que podría ser un viaje normal, había terminado mejor de lo que nunca imaginé, algo que había estado atormentándome por meses, ahora había salido a la luz y me sentía tranquila al respecto—. Tu habitación es mejor que la mía… —Comencé a quitarme los zapatos a un lado de la puerta mientras que él se sentaba en la cama.
—Dame unos minutos, necesito cambiarme, si quieres puedes ir a buscar algo de ropa y regresar… —Aunque no me importaba si él dormía desnudo, tampoco quería incomodarlo al punto que pasara mala noche. Comencé a quitarme la ropa y el maquillaje, necesitaba darme una ducha para dormir, así que terminé rápidamente antes de que Marc pudiera irse de ahí. No quería quedarme sola por primera vez, durante los últimos meses había estado con ganas de estar sola, de hacer todo bastante sola, pero por primera vez, quería que alguien se quedara a mi lado. Una vez cambiada, salí del baño, encontrándome a Marc en ropa interior en la cama—. Te dije que fueras a buscar ropa… —Le reproché con una sonrisa mientras secaba las puntas de mi cabello con una toalla.
—Yo no uso pijamas y lo sabes —Se puso las cobijas sobre su cuerpo—. Que bien te ves —Mis mejillas se sonrojaron al escuchar lo que decía ese hombre, negué con la cabeza mientras tiraba la pequeña toalla a un lado para acostarme del otro lado de la cama—. Quiero sentir al bebé, ¿puedo? —Él quería acercarse a mi cuerpo mucho más, asentí con media sonrisa, el colocó su cabeza a un lado de mi vientre—. Hola pequeño, sé que mi voz es nueva, pero yo soy tu papi…
Mientras él le hablaba al bebé, pasé una de mis manos por su cabello, esa cercanía solo la había tenido con mis hermanos, que después de un tiempo habían aceptado que iba a tener al pequeño, además que Bruno le encantaba leerle cuentos, así que no era algo nuevo, pero que alguien pudiera decir que era su padre, había que mi corazón latiera con mucha fuerza.
—Que sepas que mami y papi te esperan con ansias —Mi piel se erizó cuando sentí los labios del hombre sobre mi piel, pude sentir como todo dentro de mí se movió, incluyendo al bebé—. ¿Viste? —preguntó sorprendido y con una sonrisa—. Se movió con mi voz…
—Es bastante inquieto, así que no lo alborotes, por favor —Cuando alguien comenzaba a hablar, tenía la manía de no dejar de moverse hasta que volviera a escuchar algo más y yo sufría ya que no me dejaba tranquila por horas y lo único que me ayudaba era comenzar a cambiar, pero ahora me encontraba tan cansada que solo podía pensar en dormir—. Me alegra que te lo hayas tomado tan bien… Siento mucho no haberte dicho antes, solo tenía miedo de tu reacción… —Él se acostó a mi lado, pasó una de sus manos por mi rostro, apartando los mechones que estaba sobre mi frente.
—Te entiendo, sé que no me comporté de la mejor forma contigo, sentí celos cuando te vi con Zane, quería prohibirte verlo, porque sé que es un cabrón, no quería que te hiciera daño —Recordé como me había hecho sentir cuando me dijo que el condón se había roto, ¿tenía que comentarle eso? ¿Sería correcto? —. Sé que no debí decirte nada, pero tenía tanto dentro de mí que me rompí, esa noche hice una tontería…
—Sí, creo que yo también hice muchas tonterías esa noche, pero no creo que debamos hablar de eso ahora —No quería recordar el hecho de que muy posiblemente estaba engañándolo, aunque mi corazón estuviera gritando que él era el padre de mi bebé, mi parte reaccional solo estaba repitiéndome una y otra vez que debía hablar con la verdad—. Al menos que quieras…
—Estuve con una mujer esa noche, alguien que conocí cuando te dejé ir, me sentí tan mal, que quise irte a buscar… —No era algo de lo que yo pudiera reclamarle, habíamos dejado las cosas bastante claras esa noche como para ahora discutir por ello—. Y ahora qué sé que también estuviste con Zane, sé que al menos no soy el único que la cagó…
—Sí, hablando de eso… —Miré al techo, sabía que era el momento para hablar de lo que había pasado esa noche, yo sentía que me rompería nuevamente—. Tengo algo que contarte, no es algo de lo que me sienta orgullosa, pero creo que tengo que decirte —tomé aire antes de seguir con el relato, sentía la mirada fija del hombre sobre mí y eso me estaba haciendo poner mucho más nerviosa, pero tenía que seguir—. Esa noche que estuve con Zane, el me comentó que el condón se había roto —Me giré para verlo, tenía el ceño fruncido—. Yo no estoy segura de eso, yo no lo vi…
—¿Qué se rompió el condón? —Lo vi sentarse en la cama, parecía enojado—. ¿No pensabas decirme eso?
—No quería comenzar una pelea por eso, yo no estoy segura de que eso sea algo seguro, yo no he hablado con él desde que eso paso —El hombre ni siquiera volvió a mirarme, parecía estar conteniéndose, pero yo necesitaba que me dijera algo, no podía quedarme con eso sabiendo que podría no ser su hijo—. Dime algo, Marc —Le pedí luego de que pasaran un par de minutos.
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Editado: 28.09.2023