Mine || 4#

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~ NARRADOR ~

 

Sofía no podía estar más contenta con que Marc haya venido a Roma por Elettra, la dejaba tranquila el saber que la mujer no estaría sola durante esos meses que faltaban de su embarazo, aunque hasta el momento no había podido hablar bien con la pequeña Rinaldi sobre porque se había regresado a Roma, había estado demasiado ocupada y silenciosa como para mantener una conversación con alguien de su familia, ni siquiera con su madre.

 

—¿Cómo está ella? —Marc estaba de copiloto, habían puesto un poco de música mientras iban a la casa de los Rinaldi, además de que la mujer le enseñaba un poco de la ciudad. Además de que estar en el convertible lo hacía todo más bonito, la música se perdía con el viento y la velocidad que tenían.

 

—Se ha mantenido trabajando, parece que solo va a su casa para dormir y cambiarse de ropa, su madre se encuentra un poco preocupada por su salud, pero parece estar bien con eso —Sofía no sabía mucho de lo que estuviera pasando en la vida de Elettra, aunque siempre la veía, la mujer se había negado a hablar de como realmente estaba. Así que ahora nadie sabía lo que realmente le pasaba—, espero que todo se arregle, ella necesita apoyo y saber que tu estas en Roma, le alegrará.

 

—He estado escribiéndole y solo los lee… —confesó con algo de vergüenza, no sabía realmente como explicar lo había pasado entre los dos y como se habían vuelto a alejar de esa forma, pero tampoco quería confesar lo que había estado ocultando Elettra, la entendía, después de haberlo pensado bastante, el entendía que, si eso se sabía, lo más seguro es que querrían comérsela vida.

 

—Verás que cuando lleguemos a la casa, todo va a estar mejor, son ambos adultos y si van a tener un hijo, lo mejor es llevarse bien para el bienestar de ese pequeño —ella quería que su cuñada, casi hermana, estuviera bien, sobre todo con lo que se le venía, no era fácil el ser madre, ella había tenido suerte de tener a su esposo ayudándola y a toda la familia, pero Elettra no parecía querer la ayuda de nadie—. Ella parece quererse mudar sola, solo que hemos estado con mucho con el trabajo no ha podido hacerlo…

 

—En algún momento lo haría, solo que no quiero que lo haga sola, no quiero que ella sienta que no tiene mi apoyo en esto, voy a dejar mi vida por ella, no sé qué más hacer para que ella me crea —Marc ya estaba desesperado, no esperaba que alguien le aplaudiera las cosas que estaba haciendo por la madre de su hijo, pero necesitaba un poco de ayuda para saber que más era necesario para que le creyeran, tampoco creía ser tan mala persona como para que su palabra tuviera tan poco peso—. No sé qué más hacer…

 

—No te preocupes, conozco a Elettra, solo está pasando por un mal momento ahora, debe sentirse con todo encima y no sabe cómo gestionar todo lo que siente —La joven Rinaldi quería intentar explicar lo que había estado pasándole a Elettra, pero no estaba en su cabeza y apenas quería darle explicación a lo que no entendía de su comportamiento.

 

Hablar de eso había sido complicado, ninguno entendía lo que realmente estaba pasándole a la menor de los hermanos, pero no querían presionarla más de lo que ya estaba. La mujer tenía un gran proyecto en sus manos que ahora estaba con demasiado estrés, se venían días donde tendrían muchos eventos públicos y la prensa comenzaría hacer preguntas. Marc y Sofía llegaron pronto a casa de Loretta, quien se sorprendió bastante al ver al hombre ahí, pero le gustó saber que el hombre hablaba en serio sobre hacerse cargo.

 

—¿Sabes dónde te quedarás? —Estaban tomando café, Elettra no regresaría hasta la noche y no querían interrumpir su trabajo.

 

—Aún no lo he visto, pero comenzaré a buscar algún lugar para poderme quedar, lo tengo en mente para esta noche —Loretta no permitiría que el padre de uno de sus nietos se quedara en algún hotel de la ciudad, no estaba del todo seguro el lugar como para arriesgarlo a tener un problema grave. Así que lo invitó a quedarse en la casa al menos hasta que pudiera conseguir un departamento por esos meses, algo más seguro que un hotel.

 

Mientras más conocían a Marc, parecía ser una persona diferente a la que aparentaba, era un hombre bastante amable y educado, tenía una sonrisa hermosa que hacía reír con solo verla, así que, durante esa tarde hasta llegar a la noche, los tres estuvieron conociéndose y riéndose mucho. Marc tuvo la oportunidad de conocer a los hijos de Santino y Sofía, le gustaban mucho los niños y cuando había llegado la noche y estaban esperando a los demás, él estaba jugando con los niños, todos estaban en la alfombra mientras que Sofía terminaba de ayudar con la comida, se podía ver como los niños estaban disfrutando de la compañía de Marc.

 

—Hemos llegado —Anunció Santino, quien había ofrecido llevar a su hermana a su casa, ya que de igual forma tendría que estar en la casa para ver a su familia y luego ir a su casa. La menor de los Rinaldi tenía la mirada centrada en su celular, había llegado un correo esa tarde diciéndole que iba a salir una noticia importante sobre ella y querían detenerla, pero no sabían cómo hacerlo aún, así que era algo que estaba tratando de resolver.




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