Mine || 4#

22

~ ELETTRA ~

 

El fin de semana había pasado más rápido de lo que habría imaginado, estuvimos en la casa disfrutando de la compañía de todos, no teníamos nada que hacer así que decidimos estar ahí tranquilos, jugando con los niños o cocinando entre todos. El domingo Marc y yo teníamos un par de cosas que hacer, ya que al día siguiente nos mudábamos al departamento, finalmente íbamos dar ese paso, así que no quería perder más tiempo en eso. Solo teníamos que llevar las cosas personales y el día se nos pasó relativamente rápido, ya que hablamos por horas.

 

—No pensé que haríamos esto tan pronto, pero estoy feliz —Marc se acostó en la cama, ya era bastante tarde y él tenía que hacer los primeros movimientos para llevar las cosas al departamento mientras que yo trabajaba media mañana, tenía suerte que mi nombre fuera el mismo de la empresa ya que hacía que pudiera faltar para mis cosas personales—. Santino me ofreció un trabajo, necesitan un chofer en la empresa y dice que sería un buen lugar para comenzar, además que me ayudarán con el papeleo…

 

—Eso es excelente, así te tendré cerca todo el día —Me acosté a su lado y di un pequeño beso en su mejilla, ahora comenzaba a crecer su barba y picaba cada vez que le tocaba la zona—. Me gustas más con barba, pero sin ella te ves taaaan bien —Alargué con un puchero—. Ya no sé cómo me gustas más…

 

—Es mucho más cómodo estar sin la barba, solo tengo que recortarla cada cierto tiempo y me ayuda a verme más serio, ¿no crees? —Cada vez que me miraba a los ojos me hacía temblar las piernas, ese hombre tenía el poder para hacerme débil. Asentí con una sonrisa, estaba cansada y parecía que cuando estábamos en la cama era cuando más hablábamos—. ¿Cuándo tienes que ir al médico? Me gustaría acompañarte, no falta mucho para que nazca…

 

Él se levantó para poner su rostro cerca de mi vientre, había comenzado a hacerlo todas las noches, aunque dudaba que el bebé escuchara con claridad algo, siempre que lo hacía, el pequeño reaccionaba, aun no sabía que sexo era, tampoco era algo que me preocupara, solo quería que estuviera sano y que no haya complicaciones en el nacimiento.

 

—La tengo la semana que viene, así que podrás acompañarme, no debes preocuparte por eso… —Era un sueño que estaba viviendo, no sentía que nada de que lo que pasara fuera real, pero tenía que regresar a la tierra para darme cuenta que sí, todo eso lo estaba viviendo sin ni siquiera merecerlo, no sabía que había hecho para que esas cosas me pasaran. Sabía que no había hecho muchas cosas buenas en mi vida, no había tomado los mejores caminos, sin embargo, parecía que todo había estado bien por el momento.

 

Los días se nos escapaban por los dedos. Cuando nos dimos cuenta, ya nos habíamos mudado y ahora estábamos solos, aunque me había dado pena dejar a mi madre, sabía que esto era algo que algún momento tendríamos que hacer, para tener cierta privacidad y que Marc no estaba acostumbrado a esa vida. Además, que yo también quería un poco de cambios, siempre había vivido en el mismo lugar, así que sería algo bueno para todos.

 

Aunque la semana había pasado demasiado rápido, todo fue bastante tranquilo, ahora habíamos comenzado a salir un poco más y a disfrutar de la ciudad. Él estaba mucho más seguro al salir solo y se movía mejor, cosa que me había dejado tranquila para irme a trabajar, ya que él se ocupaba en las mañanas con el trabajo que tenía en Berna y su negocio.

 

Estaba pensando en que quería hacerle un regalo, ahora que estaba haciendo algunos trámites para sus documentos, sabía que podría manejar cualquier vehículo, así que, porque no conseguirle una moto como la que tenía en la Berna, siempre me habían gustado y conocía un par de personas que podrían conseguirme una para el cuanto antes, además de que se acercaba su cumpleaños, esto había sido una información que me había dado Goldie.

 

—Buenos días, señorita Rinaldi —Ese jueves había estado lloviendo, se acercaba el invierno, época no tan favorita, ya que estaba siempre lloviendo y todo se hacía más complicado, el tráfico era terrible, por eso me gustaban las casas que no estaban cerca de la ciudad, ya que ahí si era bonito una tormenta. Levanté la vista para ver quien había entrado a mi oficina, me quité los audífonos cuando vi a Marc vestido de negro, bastante forma—. ¿Cómo me veo?

 

—Dio, que bien te ves, ¿no me digas que ya te contrataron? —Caminé hasta el, realmente el uniforme le quedaba bastante bien, esperaba que todos lo vieran y puedan chulearlo como lo siempre lo hacía.

 

—Si, mañana comenzaré, ya tengo mi licencia, lo demás llegará luego —Anunció dándome un beso en los labios—, ahora te podré llevar a donde quieras, seré tu chofer…

 

—¿Mío?

 

—Bueno, también para Nicolás, pero principalmente tuyo, Santino quería que te siguiera cuidando, quería que estuviéramos cerca, ya falta poco para que nazca y hasta Loretta quiere que te cuide —Sabía que Santino no quería que estuviera sola la gran parte del día, menos cuando apenas faltaban un par de semanas para que naciera el pequeño—. Le dije que me diera más tareas, no quiero sentirme tan inútil solo estando detrás de ti…




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