Mine || 4#

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~ ELETTRA ~

 

Martin se quedaría con nosotros un par de días más, así como Goldie, la joven estaba encantada con la ciudad, así que siempre estaba regresando a Roma para conocer, me encantaría poder acompañarla y enseñarle todo lo que yo había disfrutado hace algunos años, pero tampoco quería dejar a Marc con la niña solo mientras yo me iba de fiesta con su hija, sentía que no estaba del todo bien.

 

—Creo que debería venir más veces —Padre e hijo habían ido a dar una vuelta por el viñedo a caballo, cuando regresaron un par de horas estaban hablando bastante animados, era algo que me encantaba, ya que estaban poniendo de su parte y no había nada hostil entre los dos—, todo es muy bonito…

 

—Y debería volver cuando sea época de cosecha, tendremos mucho más trabajadores en el viñedo, el vino será de los mejores de Italia —sonreí acercándome a Marc, el me rodee su cuerpo en un abrazo—. Estaba pensando que podríamos ir a visitar a mi madre, me llamó y parece que algo ha pasado… —Conocía a mi madre perfectamente, ella no sabía mentir, así que sabía que algo estaba mal con mis hermanos, parecía que Santino estaba en la casa desde hace varios días sin Sofía o los niños—. ¿Qué piensas?

 

—¿Está bien tu madre? —Asentí sin realmente creerme lo que estaba diciendo, solo quería saber lo que había pasado, no quería que mi hermano estuviera solo de haber pasado algo—. Aun es temprano, podemos llegar a una buena hora y regresar mañana —volví a asentir, teníamos que hacer un par de mochilas con nuestras cosas para ir hasta la casa de los Rinaldi.

 

Además, Martin podría conocer un poco de la ciudad mientras estuviéramos en la ciudad, así que sería bueno ir hasta la casa de mi madre. Martin no puso ningún, pero así que no tardamos en dirigirnos hasta la casa de mi madre. En el camino, decidí escribirle a Sofía, aunque siempre nos hablábamos, llevábamos un par de días sin charlar, así que mejor enviarle un mensaje.

 

Hola querida, ¿cómo te encuentras?

 

Escribí sin saber realmente que podía preguntarle, no sabía que estaba sucediendo, podía imaginarme cualquier cosa, pero que Santino haya dejado a sus hijos con Sofía, tenía que ser algo grave.

 

Hola Elettra, no estoy bien, tengo un par de días sintiéndome mal, justo te iba a escribir, quería ir al viñedo con los niños, ¿hay algún problema?

 

Algo realmente había pasado y no quería pensar que esos dos iban a separarse, aunque podría ser una pelea y que en unos días estarán mejor, siempre las parejas tenían peleas que luego de unos días lo resolvían, así que no podía negarme a tener a mis sobrinos en casa.

 

Justo estamos yendo a casa de mamá, pero si quieres mañana en la tarde puede ir al viñedo, estaremos de regreso después de mediodía, sabes como es mamá… Además, tenemos al padre de Marc en la casa, pero no te preocupes, puedes quedarte con nosotros el tiempo que quieras.

 

Mañana nos veremos y te contaré que fue lo que pasó.

 

Tendría que esperar hasta el día siguiente para saber lo que había pasado o podría sacárselo a mi hermano. No tardamos mucho tiempo en llegar ya que no hubo tráfico, Goldie se había quedado con unos amigos y no estaría hasta mañana, así que podríamos quedarnos tranquilo. Teníamos un par de semanas que no veníamos por estos lares, pero Diora al reconocer el lugar comenzó a emocionarse por ver a la abuela.

 

—Creo que ahora entiendo de donde vienen los gustos por las casas grandes —Martin vio la casa de mi madre, aunque la nuestra no era tan grande, teníamos una buena propiedad. Como siempre, Loretta corrió a recibirnos cuando entramos por la puerta, Diora como siempre saltó a los brazos de su abuela, aun no había caído la noche, así que podríamos hacer algo para la cena entre todos.

 

—¿Dónde está Santino? —Pregunté cuando llegamos a la sala y no le vi por ahí. Loretta había comenzado a hablar con Martin animadamente, me miró y su sonrisa se borró.

 

—Está en la habitación que era suya —Asentí y me disculpé con ellos para ir hacia donde estaba mi hermano, necesitaba saber si estaba bien. No me tomé el atrevimiento de tocar la puerta, ya que le encontré con los audífonos y seguramente los tenía a todo volumen, caminé hasta él.

 

—Hola hermano, ¿pasó algo? —Vi como se quitó los audífonos y me miró a los ojos. Tenía el rostro un poco hinchado, seguramente había estado llorando—. Santino —Caminé hasta el, rodeando el escritorio y lo abracé con fuerza, le escuché sollozar con fuerza, hace mucho tiempo que no veía a mi hermano de esa forma, tampoco era algo que quisiera de él, solo quería su felicidad, odiaba tener que consolarlo cuando no merecía estar mal.

 

—La he cagado… —Susurró luego de un rato, me separé de él para tomar su rostro y limpiar sus lágrimas—. Y ahora no creo poder recuperar a Sofía.




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