Es una mañana tranquila de un 21 de diciembre, las personas se levantan temprano para poder reunirse con su familia, se respira tranquilidad en esta normalmente ajetreada ciudad y en la televisión dejaron de pasar los noticieros mañaneros para reemplazarlos por películas.
-Ya va siendo hora de desayunar
Mientras desayuno voy pensando que hacer el día de hoy, quiero disfrutarlo al máximo, me encuentro pensando cuando en la televisión están pasando “Tras el corazón verde”, Tras el corazón verde, verde, verde…
Después de un agradable desayuno salgo a conseguir una esmeralda, una roca de un precioso color verde, el cual era parte de una herencia familiar y terminé perdiéndolo de una manera estúpida en mi adolescencia, por lo que me arrepiento hasta el día de hoy.
Las familias se encuentran reunidas en los parques circundantes y las calles dejaron el bullicio de los vehículos por las charlas de las personas y los pasos de las mismas, algo que antes podríamos decir que era imposible, la algarabía y alegría se desborda en todos los ciudadanos por lo que sin ninguna duda hoy es el día más feliz que haya existido.
Me dirijo al Mall a ver si hay tiendas abiertas el día de hoy mientras doy un paseo por este lugar, aún hay pequeños negocios abiertos, Supongo que algunos prefieren seguir trabajando, me compro un helado y mientras converso con los empleados, tal parece que esto es lo único que han tenido en su vida por lo cual no saben qué hacer un día como hoy. Prosigo mi paseo, el lugar está abarrotado, en el piso superior al parecer están regalando comida como agradecimiento a los comensales, me retiro ante la gran cantidad de personas que se encuentran en este piso.
Lastimosamente no encuentro ninguna tienda de joyerías abierta, me hubiera gustado haber conseguido la gema, aunque sea para sentirme bien conmigo mismo, ya que soy hijo único y quedé solo después de las muertes de mis padres.
- Conque cerrado, ya me esperaba algo así
Se va atardeciendo y el cielo empieza a ponerse en su característico color naranja, observo el sol que va poniéndose, admiro tal maravilla, es difícil de explicar con palabras, pero la belleza de un cielo así es asombrosa, continuando con mi camino encuentro una piedra y prosigo pateándolo recordando mi niñez en donde solía ir hasta casa pateando piedras que se me cruzaran en el camino, adentrándome a la plazuela del parque pateo muy fuerte la piedra y sale disparado hacia un arbusto cerca de una banca, voy a buscarlo y al adentrarme al arbusto encuentro la piedra, pero también un brillo proviniendo desde la tierra el cual es de color verde y al escarbar un poco encuentro una esmeralda.
-Imposible, no creo que esto pueda ser cierto -digo asombrado por el descubrimiento, no sé cómo pudo haber llegado, pero me alegro de haberlo encontrado
Me agacho a levantarlo, pero se me dificulta levantarla
Cálmate, cálmate, no en este momento, por favor
Mi cuerpo empieza a temblar, haber visto la hora al intentar levantarlo me causó un terrible malestar, el cuerpo me empieza a sudar y el escalofrío recorre todo mi ser, las náuseas se van haciendo más fuertes, respiro hondo para calmarme y levanto la esmeralda.
-Qué horrible momento tuve que pasar justo ahora
Intento recuperar la compostura, mirando alrededor me calmo y se dibuja una sonrisa en mi rostro al ver a todos reunidos en el parque, miramos el cielo, se ve tan hermoso, más que nunca, no; tal vez siempre se vio así solo que no pudimos detenernos a ver, pero ahora podemos admirarla. Levanto la esmeralda para apreciarla mejor, mientras la gente empieza a abrazarse, otros se toman de la mano y se dicen cosas dulces, en mi soledad solo observo la gema y siento una parte de mi tranquilo porque pude obtener lo que había perdido.
Perdón madre, perdón padre, perdonen a este hijo tonto que dio la esmeralda por sus vicios, no medí la importancia que era esto, al saber que era un regalo de parte de sus padres en su boda hizo que me odiara, pero lo tengo de nuevo, no es el mismo, pero espero que pueda compensarlo.
Siento una paz dentro de mí y me guardo la esmeralda al bolsillo, después de todo solo me queda observar el cielo.
Es una noche tranquila de un 21 de diciembre, algunas personas empiezan a llorar, algunos solo abrazan fuertemente a sus seres queridos, yo solo mantengo la calma pensando en mi vida, Tal vez no viví de la mejor manera, pienso mientras admiro el cielo el cual se baña por las estrellas y por la gran roca que va acercándose hacia nosotros, será cuestión de minutos para que todo esto haya terminado así que derramo mis últimas lágrimas antes de que esto llegue a su final.