- ¿Hola?
- ...
-Necesito de tu ayuda.
- ...
-No calles por favor... lo siento, jamás dedique tiempo a tu voz, a tus acciones y tu amor... no te pido que me perdones, pero si te pido que me ayudes a perdonar.
-Yo soy amor, dile a tu corazón que se humille ante mí, dile que me acepte, porque tú eres mi hijo y yo no miro tu pasado, él ahora es lo que tu corazón representa y que desee ser digno de mi voluntad.
-Te amo, ante ti me humillo, tu voz escucharé y tus dichos seguiré.
-Hijo, levántate, seca tus lágrimas que tu corazón me ha aceptado. No me divulgues, tus acciones serán mi voz, y tu amor mi gran bendición.
-Así será, gracias mi señor.
-Cuídate, espero tu llegada.