Bueno, no me quejo, en el primer piso tenía varios árboles de un verde enebro y la fachada era de un celeste cielo muy bonito, si tal como te lo imaginas.
Mi madre me pide que aliste unas manzanas en dos canastas para compartirlas y que la acompañe a saludar a los vecinos, por qué según ella tenemos que dar una buena impresión, me rio y la sigo.
Vamos primero a la casa de la izquierda, se ve bonita, de un color gris, pero con líneas rosadas. En la placa de la residencia figura el apellido de: Los Williams, que clase de personas serán, pienso. Nos abrió una pareja de ancianos muy amables, la mujer se llamaba Emily, tenía toda la piel arrugada y su cabello blanco como la nieve, su esposo se llamaba Raúl y tenía puesta una chaqueta verde muy graciosa. Nos contaron que llevaban 45 años de casados y en ese momento mi madre me dijo:
-Vez hija consigue un novio de una vez para que tengas más cantidad de años de casada y les ganes- dijo riéndose.
-Eres una chica muy linda, tus pecas parecen constelaciones- agregó Emiliy
Me ruborice de inmediato puesto que nunca me gustaron mis pecas. Nos despedimos de los ancianos y ellos nos agradecieron por la grata visita y las manzanas.
Cuando nos dirigíamos a la casa de la derecha, empezó a sonar el teléfono de mi madre, ella me dijo que se tenía que ir urgente al trabajo, que le faltaron entregar unos papeles y que visitara a los vecinos yo sola, que ella volvía en la noche. Me puse un poco ansiosa, porque mi madre era mi soporte con ella perdía el miedo a hablar.
Ella salió corriendo a pedir un taxi, mientras yo me ponía en marcha hacia los vecinos. Era una casa completamente gris con bordes azules como el cielo de noche. Me parecía una casa triste.
-Qué tipo de personas vivirán aquí-pensé otra vez, mientras me acercaba a ver la placa de residencia que decía: Los Jones.
Toco el timbre tímidamente, no abren, bueno lo intenté, digo en voz alta mientras me doy media vuelta, cuando de repente escucho.
- ¿Que intentaste? - dice una voz masculina.
-Nada- digo sonrojándome
Era un hombre no más alto que 1.76, tenía puesto una bata blanca de doctor y un chupetín en la mano, sus ojos eran de un color miel y no pasaba de los 30 años.
-Hola, querida que necesitas – dijo el hombre.
-Buen…no, bueno me llamo Emma y soy la vecina que acaba de mudarse al costado, mi madre me pidió que saludara a mis veci….nos, vecinos y que les invite estas ricas manzanas- digo en voz baja.
-Que dices?, no te escucho nada – agregó riéndose.
-Digo… que me vengo a presen…- No termino de hablar y me interrumpe.
-Mentira querida si te escuche, pasa – dice señalándome la puerta de su casa.
Entro tímidamente, por dentro era grande y espaciosa, tenía tres sofás rojos y bien largos, como para varias personas, la mesa del comedor era muy grande.
- ¿Cuántas personas vivirán aquí?, estás pensando, no es ¿así? -Me dice el hombre.
-Me llamo Phineas, soy el pediatra de la familia-agrega. Así que has venido a present…
Lo interrumpe un chico de cabello negro con una lunar bajo el ojo izquierdo era de igual tamaño que Phineas, y era tan guapo que parecía modelo. Me sonrojé al verlo llegar rápidamente hacia mí, me tomo de las manos y dijo
-A sí que tú eres nuestra nueva vecina, que preciosa eres cariño, ya era hora de que venga gente bella por esta ciudad-
-Yo… yo me llamo Emma - dije apartándome del abrazo que me dio después de tomarme de las manos.
-Deja de molestarla –dijo Phineas, volviendo a meter a su boca el chupetín que tenía.
De un momento a otro apareció desde la cocina un chico de un cabello azul oscuro, con un lunar bajo el ojo derecho y unos lentes morados acompañado de dos chicos más, uno de largo cabello rojo y trenzado con unos potentes ojos marrones y el otro que parecía el mayor con un cabello amarillo como la miel con lentes grises.
- ¿Es tu novia? – dijo el de cabello rojo
-Pues claro – dijo el cabello negro, guiñándome un ojo.
Automáticamente me sonrojo y esquivo la mirada hacia el que se veía mayor.
-Tranquila, no mordemos, me llamo Nicolas y este pesado de aquí es Isaac –dijo señalando al de cabello rojo y el de lentes morados es Nell, no te preocupes si no te habla es tímido –Nosotros somos los Jones, no te asustes que faltan más, somos diez.
-Die..diez ?-dije asombrada
-Pues claro nena, me llamo Gabriel y soy modelo - dijo besándome la mano. - ¿Qué haces aquí?, preciosa.
-Mi madre me dijo que les invitara estas manzanas, están ricas, y bueno que me presentara –digo nerviosa. - Me llamo Emma y tengo 19 años espero llevarme bien con ustedes y creo que eso es todo, mejor ya me retiro-digo rápidamente, dándome media vuelta.
-Ven ya la asustaste-no se quien lo dijo, porque salí lo más rápido que pude de la casa.
Que increíble tantos hijos y Nicolas me dijo que eran diez, como serán sus padres-pensé
Mientras me dirijo a mi departamento, que día tan agotador y todavía no he termino de abrir las cajas –grito al aire. Termino de bañarme y me pongo un polo y unos shorts porque no encuentro mi pijama en las cajas, mientras doblo mi ropa, me llega un mensaje de mi madre, diciendo que traerá pizza para cenar, que saque los plásticos del sofá y que busque una buena película para ver, amenos comeré pizza para recobrar fuerzas.
-Los Jones, hahahaha cómo es posible que todos sean tan guapos, eso solo pasa en películas, que increíble es la genética, que nervios cuando Gabriel me abrazó, que habrán pensado de mi- digo en voz alta, sonrojándome.
Me dispongo a buscar una buena película, de suspenso como le gusta a mi madre. Son las 8 de la noche y hace frio- pienso. Ojalá pueda conocer mejor a los Jones, se ven interesantes y guapos por supuesto-río.