Mitad máquina

Smit

 Hace más de treinta años que la humanidad decidió negarse a si misma, decidieron negar la naturaleza y cambiaron sus cuerpos por máquinas, ellos lo llaman mejoras, pero yo no veo más que latas llenas de carne y cerebros vacíos, sin alma, sin corazón, sin sentimientos. El ser humano a perdido su humanidad, sólo habemos un puñado de personas que nos negamos a eso y nos tratan como locos, pero, ¿que hay de malo en querer envejecer como un hombre normal?

Tengo 45 años y no me siento tan mal, por las mañanas me levanto y salgo a correr un rato por el parque de la ciudad, vivo en el distrito 24, las personas me ven correr como si fuera un raro, ¡ja¡ que estupidez, corro, no me importa, pasó por el desayuno y regreso a mi apartamento, estoy cansado, sudoroso y satisfecho por mi mañana de ejercicio. Luego de tomar una ducha me cambio y me dirijo a mi trabajo, me gusta ir caminando, en medio de tantas máquinas me gusta sentirme humano, sentir cansancio, dolor. Soy un detective de ciudad capital, el mejor de todos, decidí ser detective para poder tener el poder sobre esas asquerosas máquinas, solo me provocan repulsión.

-smit llega tarde- 

-tranquilo comandante, llegue caminando-

-eso a mi no me incumbe, toma tu trasero y muévete, te quiero en mi oficina, tenemos un caso-

El comandante (buen sujetó) con algunas mejoras peculiares, tiene las extremidades mecánicas, dice que cuando fue detective le sirvió en la batalla, le digo que con un tiro entre ceja y ceja se puede calmar a cualquier imbécil. Me dirijo a su oficina y me pregunto ¿que tendra para mi? Hace tiempo que los casos no salen de cualquier robó menor, las personas se volvieron muy pacíficas, la humanidad no se preocupe por lo de los demás, aunque no falta el idiota que se cree superior sólo por ser una maldita máquina. 

Llego a la oficina del comandante.

-tome asiento smit, lo que le voy a mostrar es muy fuerte- me arroja una carpeta con el informe, al abrirla mis manos tiemblan de horror, pasó hoja por hoja palpando cada fotografía con mis dedos sin creer lo que veo 

-¿que es esto?- pregunto horrorizado -¿quien hizo tal atrocidad?-

-no lo sabemos, al parecer hay un asesino suelto, el muy imbécil les arrancan las partes mecánicas a sus víctimas y deja que mueran desangradas, es tu deber atraparlo- 

El comandante me da la carpeta con el papeleo y me dirijo a mi cubículo para analizar a profundidad el caso, habro la carpeta, son 8 víctimas distintas cada una con muertes atroces, sin ninguna de sus mejoras sin importar que tan simples o profundas sean, es como si el asesino arremetiera contra las víctimas y tomará de las partes con sus propias manos ¿con que clase de animal estoy tratando?

-smit- el comandante llega a mi cubículo de repente -tenemos una escena del crimen, ve de inmediato- de una manera progresiva me da las indicaciones del lugar de los hechos, tomo mis cosas y me dirijo hacia el lugar, como llegue caminando le pido el auto al comandante para poder llegar de inmediato, me siguen un par de compañeros pero pido que no venga conmigo nadie, no quiero a una maldita máquina cuidando mi trasero

-Las máquinas forman parte de nuestras vidas para bien o para mal smit- dice el comandante mientras me dirijo hacia afuera -y no puedes cambiarlo- ¡puras pendejadas! Subo al auto, el comandante tiene estilo, Chevrolet Camaro del 69 en perfectas condiciones, arranco, pienso en que me encontraré en ese lugar, por la manera tan repentina de la situación, se muy poco de este caso y es un asesino audas, a pesar de la voracidad con la que arremete contra las víctimas no deja pistas.

Al llegar a la escena del crimen me encuentro con un panorama terrible, miro horrorizado los cuerpos de una mujer de tal ves unos treinta y cuatro años, rubia, de un metro sesenta y el de un niño, ¿tal ves su hijo? no lo se, pero era un pequeño niño, de un metro treinta, rubio con unos ojos azules como el cielo. La mujer no tenía sus partes mecánicas que se componían de sus extremidades y algunos órganos internos, el niño, aún no había tenido ninguna modificación, entonces, ¿porque lo mataron? 

-que tenemos- 

Alzó la mirada para ver quién dijo eso y una mujer me mira con una expresión casi inerte frente a la situacion.

  • -¿quien eres?-
  • -soy la detective rachel y fui asignada para el caso-
  • -tabajo solo- le dije ya molesto por la situación -asi que largate-
  • -creo que no se va poder- me dice mientras saca una carta de su bolsillo y me la entrega.
  • Le hecho una mirada, es del comandante, al parecer es necesario trabajar juntos para tener diferentes perspectivas del caso. La miro de arriba a abajo, una mujer alta, de un metro setenta, de cabello negro y Lazio, curvas tan pronunciadas y supremamente sensual.
  • -al parecer eres el típico lunático que no acepta la modernización- me dice muy presunciosa -y por eso no quieres trabajar con los mejorados-
  • -no confío en ustedes, que puedo esperar de una persona que niega su humanidad-
  • -no tienes opción-
  • Que rayos pensaba el comandante al darme un compañero y todavía a esta mujer, de donde salio, nunca la había visto antes.
  • -de donde vienes nena, nunca te había visto- la miró con los ojos entre serrados y un poco intrigado.
  • -soy nueva, recién entró y me pusieron con, escucha esto "el mejor agente que hay" para cojer experiencia- su actitud comienza a desagradarme -no sabía que iba a tener que trabajar con un loco arrogante-
  • -mira sólo no me estorbes de acuerdo, que sabes del caso, esto es lo que tenemos- voy por la carpeta a mi auto, la tomo y se la entregó -con este caso y la investigación que se a llevado es todo-
  • -maldicion- exclama de una forma resignada -esto va estar más difícil de lo que pensé-




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