Mitad máquina

Bob

-mi marido era un hombre muy tranquilo- nos dice en medio del interrogatorio -no se porque lo asesinaron-

-¿habia algo especial en sus mejoras?- 

-no, no, era como cualquier otro... Aunque- hace una pausa a sus palabras y duda si en seguir contando o no.

-vamos Marta, ayúdeme a hacer justicia- le digo mientras la miro a los ojos -no se guarde nada-

Me mira a los ojos dudando si seguir o no.

-mire lo que le voy a contar es totalmente confidencial- me dice en un tono discreto - mi esposo trabaja con un grupo de personas para poder adaptar la conciencia de una persona a una máquina, así podrían crear un cuerpo eterno- 

No podía creer lo que escuchaba, me cuestionaba si estaba hablando en serio o solo lo invento, mientras la miraba pasmado Rachel seguía la interrogación.

-¿Y quiénes eran estos sujetos?-

-mire señorita- le dice con una mirada un tanto aterrada y plasmada por lo que estaba a punto de revelar -esas personas son las que han asesinado en estas últimas semanas-

--¿usted a hablado con alguien más sobre esto?- le pregunto

-no, la gente que está detrás de esto es muy poderosa, decidí no confiar en nadie, pero, usted.... Usted detective tiene algo, siento que puedo confiar en usted-

Sorprendido por sus palabras decido seguir la interrogación -y de este grupo de personas, ¿queda alguien con vida?-

-si, solo una- me dice.

-¿quien?-

-yo- la miro aterrado sin poder creerlo -eramos un grupo de científicos dispuestos a llevar la evolución humana al siguiente nivel, todos firmamos una lista y un pacto para que cada uno recibiera parte del logro, sin embargo mi esposo decidió dejarme por fuera, no entendí en ese momento porque, solo pensé, ¿Tal vez quiera que sea una victoria mutua o algo así? Ahora lo entiendo, quería protegerme-

Salgo de la casa a fumarme un cigarrillo, me siento un tanto mariado por lo que descubrí, detrás mío vino Rachel.

-que sucede compañero- me dice de una manera calmada

-no me vengas con jueguitos ahora, no estoy de humor- estoy molesto y se lo hago saber

-mira es una situación difícil lo sé, también yo estoy impactada con todo esto- me mira a los ojos, parece convencida de sus palabras -pero ¿Que harás? ¿Dejaras el caso? Vamos, ¡dime!-

La miro, de verdad me agrada, es fuerte, determinads, decido responder a sus preguntas.

-atrapemos al maldito- 

-ya nos empezamos a entender ¿No, compañero?

 -callate- 

Un auto negro pasa un tanto sospechoso, Marta sale reconociendo el auto desde la sala de su casa, con los ojos que parecen salirse y una expresión de aterrada dice.

-es el auto de mi esposo-

La miro, no es tiempo de pensar. Corro al auto para perseguir al sujeto que al percatarse que tomo nuestra atención acelera y huye.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.