Mitad mentira. Mitad verdad

8

Capítulo 8

 

a alguien que no tenga miedo de sostener tu mano, alguien que se interese por las cosas que haces!


 

Sebastián
 

 

Antes de llevar a cabo el plan de mis padres, había invitado a Hanna a un pequeño parque de diversiones. En algún momento de nuestra segunda cita, había mencionado que le gustaban mucho esos lugares
 

Este parque se encontraba en el centro de la ciudad de Bilania, a unos cuarenta y cinco minutos de donde vivimos

Era temprano, el reloj apenas marcaba las doce de la tarde y nos iríamos en mi motocicleta, así que teníamos tiempo de sobra para llevar a cabo todos lo que tenía pensado realizar el día de hoy

 

*******
 


Llegué a su casa, toque el timbre y espere paciente a que ella saliera. Después de cinco minutos salió y me saludo con una sonrisa y un ¿nos vamos?

Le regrese la sonrisa, le tendí el casco extra que traía para ella y la ayude a subir. Se abrazo a mi para  emprender el viaje

La moto iba a una velocidad conciderable, obviamente sin sobrepasar los límites de velocidad. No quería que por imprudente pasara algún accidente

—Ojalá que te este gustando el viaje. No te pregu te si había algún problema en venirte en moto—

No te preocupes Sebas, me está encantando—me preocupaba que estuviera asustada ya que su agarre de apoco se iba haciendo más fuerte. Y aunque no me lo dijo, decidí bajar la velocidad un poco. Deseaba que este día fuera inolvidable para ambos

Una vez que llegamos al parque, estacione en un sitio exclusivo para motocicletas, ambos bajamos y guardamos nuestros cascos en el maletero de la moto

Tomé de la mano a Hanna y nos acercamos a taquilla para poder entrar

¿A donde quieres ir primero? —pregunté esperando que eligiera ir primero a comer

¿Vamos al juego que se encuentra allá? ¿Sí? Siempre quise subirme a ese—señaló una máquina ¡enorme! Donde las personas eran sujetadas por el torzo y brazos y tus piernas quedaban al aire, mientras el juego avanzaba te colgaban a unos quince metros aproximadamente y en algunas vueltas quedaban de cabeza

Un dato curioso que se me olvidó comentar es que le tengo ¡terror! A los juegos mecánicos, sobre todo a aquellos que te llevan a gran altura, justo como al que ella quería subirse ¿cómo no supuse que traerla aquí sería mala idea?

No quería que ella supiera el problema mental que su petición me provocaba, pues los únicos que tenían el conocimiento de mi fobia eran mi hermano Dereck y Biga, ni siquiera mis padres tenían conocimiento de ello. Pero,  no quería lucir como un cobarde, me arme de valor y acepte
 

Ok. Pero, ¿No quiere comer algo antes? 
¿No tienes hambre? — ese fue mi último intento por salvar mi vida y mi orgullo

—No gracias. Primero disfrutemos de las atracciones y luego comemos. ¿Vale? — todo sea por guardar mi patético secreto y que nadie pueda burlarse de mi

Ok, vamos— caminaba a paso lento, tratando de retrasar el momento de subir, pero Hanna jalaba de mi brazo para que me diera prisa

Se le veía ansiosa y yo no podia estar más frustrado. Entre más nos acercábamos podía notar que había una fila bastante considerable de personas esperando su turno ¡masoquistas!

¿Estas segura que quieres esperar tanto? Hay mucha gente en la fila. Si quieres podemos ir al carrucel o al lago en lo que avanzan— Otro intento de salvar mi pellejo. Se me agotaban las opciones y no sabía que más hacer

No Sebastián—dijo con un poco de suplica—Si nos vamos ahora, después puede haber más gente— ya no podía negarme ¿que excusa pondría ahora? La única forma de "salvarme" sería decirle la verdad y aun no estaba listo para revelarle algo asi

El tiempo avanzaba y cada que nos acercábamos más al juego, quería salir corriendo y esconderme. Sentía una sensación horrible, estaba ansioso, nervioso y estaba entrando en panico

Hasta que una frase que mi madre siempre nos repetía a mi hermano y a mi cuando algo nos daba miedo sonó en mi mente, como si me lo estuviera deciendo ella "¡Los hombres no tienen miedo y tu eres un hombre, comportarte como tal!"

Yo quería mostrarle a Hanna que era un verdadero hombre, así que, con las manos sudorosas y las piernas temblando  como gelatina subí al juego. Sentí un nudo en el estómago, para nada agradable

Cerre los ojos con fuerza y suspiré tres veces ¿como era que Hanna no se daba cuenta de mi estado si estaba sudado, temblando, respiraba de forma  anormal? Creo que su emoción no le permitía notar mi situación.  Y mientras seguía con mis problemas sentí como el juego comenzó a moverse

 

 

¡Tu cuerpo desnudo solo debería pertenecer a aquel que se enamore de tu alma desnuda

 


 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.