Capítulo 9
¡si pudiste amar a la persona equivocada, imagina cuánto amaras a la correcta!
Sebastián
Mientras todos gritaban con euforia y reían, yo solo deseaba que terminará el juego y poder respirar con normalidad. Juro que no abrí mis ojos en ningún momento, suena exagerado lo sé, pero en verdad estaba aterrado
El tiempo se me hizo eterno, pero suspiré con alivio cuando mis pies tocaron la tierra
Abrí mis ojos y trague el nudo que tenía en la garganta
—¡Eso fue increíble Sebas, gracias! — dijo aún con la adrenalina en su cuerpo
—Si que lo fue— dije irónico, aunque esperaba que sonara tranquilo y sobre todo sincero
Ella solo me sonrió y volteo a mirar por todos lados buscando un nuevo juego al cual subir, yo solo quería sentarme y esperar a que mi cuerpo se recuperará, sin embargo, Hanna tomó mi mano y jalo de ella
—Vamos Sebas, aún faltan muchas atracciones más por probar— la estaba pasando fatal—Ahora vamos a ese—
Yo trague saliva cuando dirigí mi vista al juego que señalaba, pues era un tipo de "elevador" del cual subidas a una altura considerable, que hasta pensar en los metros me daba vértigo; y de la nada te dejaban caer de golpe a una velocidad que me reseco la boca
Subimos al juego, estaba seguro que en cualquier momento devolvería todo lo que había cómido en la semana, estaba a punto de llorar, la sensación arriba era horrible, pero bajar era el infierno ¿quién se divierte con esto? Están locos
*******
Al bajar de aquella cosa, respire profundo y lleve mi mano a mi estómago
–¿Estas bien Seb?— me miró con una pequeña sonrisa en su rostro
—Si, estoy bien—Solo siento que mis órganos se quedaron a mitad del juego. Complete en mi mente
Después de ese juego, los demás ya no fueron tan horribles, ya que, para mí buena suerte había mucha gente haciendo fila para los más fuertes, entonces Hanna decidió subir al carrusel, lugar donde mi vida no corría peligro
Seguimos así hasta que el reloj marcaba las cinco de la tarde
—Hannie, me la estoy pasando increible—sarcasmo— pero, ahora quiero que vayamos a otro lugar ¿te parece? —
—Claro Sebas. Gracias por esto, hace mucho que deseaba venir—
Regresamos a la moto, subimos y emprendimos el viaje de vuelta, ella volvió a tomar me de la cintura durante casi una hora hasta que llegamos al destino
—¡Llegamos! —
—¿Qué estamos haciendo aquí Sebi? —dijo muy sorprendida
—Tu querías conocer las instalaciones oficiales del equipo y yo... Yo quería darte una sorpresa—
—¡Que lindo Sebastián! —Se acercó y me abrazo— pero ¿como conseguiste que me dejaran entrar? —
—La verdad fue con ayuda— dije un poco apenado
—Sebi, no debiste— entonces se acercó y me dio un ligero beso cerca de los labios. Al darse cuenta se sonrojo y se disculpo
—Perdoname, me deje llevar por la emoción—
—No te preocupes Hannie y no es nada, en serio— la tome de la mano—ven vamos adentro— no quise incomodarla con lo del beso, solo entramos y la lleve a conocer los vestidores, las tribunas, la sala de prensa, el túnel la cancha y todo
Se le veía muy emocionas, cada lugar lo recorría con admiración y curiosidad, sobre todo cuando llegamos al área de placas conmemorativas
Su padre era un gran aficionado al fútbol, sobre todo del Bilania fc y a ella también le encantaba, se conocía a las estrellas del equipo desde jugadores hasta técnicos
—Mira, el es Edson Rojas. Delantero en el ochenta y cuatro y pasó a la historia tras su actuación en el torneo de clubes y por el papel tan importante que ocupo con la selección en el mundial de México en el ochenta y seis—
Yo ya conocía la historia detrás de todas la placas, pero, no quería ser mal educado por lo que la deje continuar
—Y Nicolás Torres, defensa que se inició en el club y fue uno de los primeros de su generación en despegar su carrera. En el dos mil doce ganó su primer medalla de plata a los diecinueve en los juegos olímpicos—
—Lo sé Hannie ¿qué te parece si seguimos con el recorrido? —
Ella me miró un momento, después sonrió y acepto
Llegamos a la cancha, donde en el césped se encontraba una manta, una canasta y una que otra lámpara de lava, la verdad ayudaba un poco ya que comenzaba a oscurecer, nos acercamos y la invite a sentarse a mi lado sobre la manta
—Hanna, espero que te esté gustando la sorpresa que te prepare—
—De hecho me encanta Sebastián. Gracias, esto es increible—Nos miramos fijamente por un momento, la analice. Ella era encantadora, divertida y teníamos tanto en común ¿qué podía salir mal? En verdad me gustaba, me sentía bien a su lado
—¿Comemos? — le pregunté señalando la canasta. Ella se acercó a tomarla y a sacar todo lo que mi madre había puesto en ella, papas fritas, emparedados de salchicha, galletas con queso algunas bebidas de gas
—Bueno Sebas. Ya me trajiste aquí, que por cierto me encanta, pero, yo te quiero ver en acción—dijo moviendo las cejas de arriba abajo-
No pude evitar soltar una carcajada por sus gestos
—Pues ahora estamos de paro por el fin de temporada, pero, en una semana regremos a los entrenamientos, así que, ¿te gustaría acompañarme a mi primer práctica?
—Claro que sí ¡ya quiero que llegue el día! —
Deje mi plato a un lado y me acerque a ella. Estaba decidido a hacerle la pregunta. Ya no esperaría, éramos jóvenes
—Hanna. Me la paso muy bien contigo y tu sabes que... Pues que me gustas desde hace tiempo y... —tome aire y por fin le pregunte—¿Te gustaría ser mi novia? —
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Editado: 20.01.2023