Darius estaba inquieto desde que habían visitado el otro reino había visto en el camino una chica de cabello castaño y ojos miel, se había alejado de su familia para regresar y logró encontrarla
- Hola, ví que estabas observando el carruaje
- Hola... - La chica estaba tímida, nunca se imaginó que el principe se acercaría a ella - Lo lamento, es que es raro verlos por acá
- Estamos visitando otro reino, el futuro faraon debe encontrar esposa y este es el lugar perfecto
- Esposa? Cuántos años tiene?
- 18, es la edad perfecta, yo también debo estar en esa edad
- Que? Disculpa? Pero que clase de.....? - Ella se detuvo en el momento en el que recordó con quién estaba hablando «Es el principe, es el principe, es el principe» se recordó - Lo lamento - Tomo aire y continuó - Alteza me parece una edad demasiado corta para enamorarse - Darius la miró extrañado
- Enamorarse? De que hablas? Estás bien? Si sabes que nosotros no podemos enamorarnos verdad? - Ella lo miró sin comprender - Quien eres? A qué reino perteneces?
- Soy Israelita - En el momento cuando Darius escuchó esa palabra se inquieto al instante ¿Israelita? Era eso posible? Su padre le había hablado de ellos muy poco aunque algo que si recalcó mucho es que no debía acercarse, Pero ¿Como le explicaba a su corazón que dejara de latir tan fuerte por una mujer?
- Ammm yo.... Debo irme.... Creo.... Creo.... Que se hizo tarde - Dijo y se fue sin dejar que ella lo impidiera, Raquel quedó impactada con aquellos ojos negros y cabello rubio que la miraban con tanta intensidad, pero no podía ser, era el principe
Darius volvió al otro reino antes de que alguien se diera cuenta y todo el camino de regreso a casa se quedó callado
Era claro que esa chica lo había cautivado pero también era cierto que por ser príncipe y el consejero del futuro faraon esa no podía ser su esposa
Intentó pensar con quién hablaría sobre esto Pero nadie era suficientemente apto para guardar un secreto, nadie lo cubriría con sus sentimientos y sabía que no era correcto enamorarse de Raquel
Raquel, ese nombre no paraba de darle vueltas en su cabeza, había escuchado su nombre cuando se estaba alejando del lugar y para sus oídos era un nombre precioso
Era un nombre que lo cautivaba a parte no había conocido en palacio a alguien con dicho nombre
No lograba concentrarse en nada, había permitido que sus primos le ganaran en un combate
- Darius? Estás bien?
- Emmm si.... Solo algo cansado..... - Dijo y se fue
Había pasado una semana y no sabía que hacer, había intentado escaparse para verla Pero no había podido con tantos guardias y ¿Que les diría? Aún no era mayor de edad y su padre lo cuidaba demasiado
- Hijo? Hijo!! - Su madre estaba parado en la puerta de su habitación cuando el estaba intentado escapar por la ventana - Darius!!! Que estás haciendo????
- Mamá!! Me asustaste!! - Dijo entrando a la habitación con rapidez
- No respondiste mi pregunta ¿Que haces?
- Emmm..... Estoy tratando de....
- De? Salir por la ventana!! A dónde vas?
- Yo.... Iba con Dreck
- Dreck está en sus aposentos, deja de mentirme, dime qué hacías
- Necesitaba tomar aire y.... Sabía que papá no me dejaría salir sin compañía
- Por Bastet, Darius - Se horrorizó - No puedes salir sin compañía y mucho menos sin la protección de los dioses jovencito, te quedas aquí, muy bien te lo ha dicho tu padre - Salió molesta con su hijo y fue a sus propios aposentos
- Darius? Que ocurre? - Llega su hermana y nota que está pensativo y triste
- Nada, no pasa nada
- Vamos, tu y yo no nos ocultamos nada, dímelo
- Estoy...... Es que yo.... Conocí a alguien....
- Y?
- Es una chica
- No te estoy entendiendo hermano, explícate
- Me enamore de una hebrea - Lo dijo tan rápido que a la princesa le costó entenderle, Pero luego de unos segundos proceso sus palabras a la perfección
- Que!? Que te enamoraste de quien??? - Susurró porque sabía que era un tema delicado en palacio - Que se supone que harás??
- Nada! No haré nada!! Es una hebrea y nunca la volveré a ver, punto - Dice con firmeza y su hermana no puede estar más de acuerdo
- Sabes que te apoyo en todo hermano, si me hubieras dicho lo contrario me meto en problemas por ti
- Lo sé, y te lo agradezco
- Lastima que no pueda ser tu consejera
- Ey, serás la esposa de un gran hombre algún día
- Si.... Eso creo - Suspiró - Yo no tengo tanta prisa - Su hermano asintió, sabía que era cierto, su hermana no tenía tanta presión aunque tuviera su misma edad podía tener eso llamado amor, no como el, con el era distinto
Pasaron algunas semanas y olvidó a aquella chica lo que no sabía era que el tiempo se iba a encargar de unirlos de nuevo y de demostrar que todo cambiaría
Cuando los hebreos volvieron a Egipto, ella estaba en ese grupo y los dos se miraron entre la multitud
- Deberías ir a saludar - Susurró su hermana - No seas grosero, no te preocupes, yo te cubro - Dijo y continuó saludando para no hacer notar la falta de su hermano y el aprovechó el momento, le hizo señas y se escabulló entre sus padres y sus tíos para salir a otro lugar más tranquilo y sin vigilancia
- Hola.... - Dijo tímido
- El otro día.... Saliste corriendo.... Y yo....
- Lo sé.... Lo siento.... Es que... No debería.....
- Hablar con hebreos, lo sé
- No no, lo que iba a decir es que no debería alejarme de mi familia cuando estamos en tierras desconocidas
- Oh comprendo, no te preocupes
- En serio?
- Claro, hay muchos lugares que yo tampoco conozco y..... - En eso aparece Dreck
- Darius? Que haces? Nuestros padres nos están esperando, me dijeron que viniera a buscarte
- Rayos! Se me pasó el tiempo - Susurra
Cuando Darius miró a su alrededor no vio a nadie más que no fuera su primo
- Nos vamos ya? - Dijo desesperado