Mónica El Legado Prohibido

CAPÍTULO 02

 

 

En la urbe post-apocalíptica de Acrópolis: una ciudad vacía y desolada, con un cielo color marrón y casas deterioradas. Todo el país de México y el mundo estaba bajo el dominio del Dragón Rojo. En un templo con una torre como base principal, dentro de ella, se veía un calendario con la fecha: seis de octubre del 2047.

En un trono de oro se encontraba el Rey Arconte, portaba una armadura negra, su rostro era cubierto por un casco en forma de dragón. Junto a él, estaban sus guardias con las mismas armaduras metálicas, en la parte de arriba del templo estaba el logo de la corporación; un dragón con un mazo inverso. El dragón simbolizaba el poder y dominio, mientras el mazo hacia abajo simbolizaba injusticia. El mismo logo que llevaban en el pecho los soldados del Dragón Rojo.

En un cuadro el lema que decía: «La venganza está disfrazada bajo el nombre justicia». En un cuarto de la corporación, se encontraba un experimento de una máquina del tiempo, la cual habían robado al Dr. Lewis. Una aparato de alta tecnología, en forma de esfera.

En esa misma habitación hubo un altercado, unos intrusos habían provocadootro reinicio. En una pantalla grande el Rey Arconte, líder de la organización política-religiosa, revisó las cámaras de seguridad.

Llamó a sus mejores soldados.

—Regresaron en el pasado, deben detenerlos.

—A la orden su señoría, nosotros nos encargaremos de matarlos, tengo cuentas pendientes con Lobo Solitario, por lo que le hizo a mi familia —asentó Duncan, postrándose de rodillas ante su rey.

 

 

Mónica había despertado, luego de una agotadora mañana en la universidad. Su hogar era conformado de la siguiente manera: Don Juan, el padre de familia que tenía sobre sus hombros la responsabilidad de mantener un hogar. Y no todo eran buenas noticias, puesto que por su edad ya era casi imposible tener un buen salario con que pagar los estudios de sus hijos. Doña Sonia, ama de casa, una mujer muy sabia y paciente, que a pesar de procesar la fe cristiana, daba sus hijos esa libertad de creer en lo que ellos decidieran. Ambos padres de tres hijos: Mónica, la hermana mayor, Fernanda, hermana y mejor amiga de Dany, por último, el hermano menor Diego, quien admiraba como Mónica crecía y se convertía en una mujer ejemplar.

Su familia llevaba ya tiempo radicando en Cancún, entre las colonias más lujosas de la ciudad, con las mejores oportunidades de trabajo, estudio y avances tecnológicos. Solo que nadie se percataba de un detalle, entre más grande es un gobierno, más corrupción conlleva.

La lluvia azotó las calles, dos sujetos bajo la llovizna caminaban por un callejón oscuro y rocoso.

—¿Qué has hecho con el libro? —preguntó la joven enojada.

—Lo puse en un lugar seguro. Ahora está en buenas manos.

—¿Qué hiciste, idiota? —espetó—.Todo sobre los secretos de los Vigilantes y los Nefilim están escritos ahí, no puede caer en manos equivocadas.

—No te preocupes, mis recuerdos vuelven a paso lento —prendió un encendedor metálico que iluminó su espesa barba—. Yo lo escribí, y aunque lo lea, no recuerdo la información. Esa chica es muy lista, sabrá como descifrar los misterios de los Vigilantes. Ambos lo harán.

—¿Aún no puedes recordarlo todo?

—No, el futuro de la humanidad depende de ella. Mientras no logre recordar lo que pasó en aquella batalla, no puedo ser de ayuda —fumó su cigarrillo.

—También le diste la pluma de Ma’at, supongo yo.

—Así es, solo de esta manera descubrirá la realidad. El cálamo ya está haciendo su trabajo.

La chica de la máscara de halcón dio un gran salto hasta un tejado, las ráfagas de aire eran más fuertes, sus dos coletas eran disparadas con el viento. Desenvainó una katana que portaba en su lado izquierdo de su cintura, junto a su falda negra, cerró los ojos —yo vengaré la muerte de mis amigos, su sacrificio no será en vano—. Abrió sus ojos que reflejaban ira, el filo de la hoja brilló con el destello de la luz de la luna llena.

 

 

Mónica veía su serie de Smalville, la pluma destelló su brillo de nuevo. «¡Es cierto! La pluma de Ma’at, es igual a la que he visto en mis sueños, ¿pero por qué existe en la vida real?».

Llamó a su hermana para investigar juntas el caso. Fernanda, recordó haber guardado en su cajón bajo llave algunas fotografías de su infancia, buscó entre sus cosas, sus viejas fotos.

Su gata Bicho había entrado por un pequeño orificio en la madera de las paredes de su casa.

—¡Bicho! ¿Dónde andabas?

La gatita de pelaje blanco se enroscó entre sus piernas y volvió al hoyo de la pared, Mónica miró por unos segundos con incertidumbre ese orificio, el cual desconocía. Arremangó las mangas de su cuello de tortuga para meter su brazo, «cómo es que nunca lo había visto». Con mucha duda, metió su mano por el hueco entre la madera, comenzó a husmear tanteando con su mano adentro, las yemas de sus dedos tocaron algo grueso y astilloso —¿Qué será esto?—. Estiró más el brazo hasta agarrar lo que parecía un pequeño cofrecillo.




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