Monstruos

Prefacio

¿Crees en los monstruos? ¿No? Pues permite que te diga que los monstruos sí existen. 

¿Recuerdas cuando eras pequeño y no podías dormir con la luz apagada? ¿Qué hay de tu armario? ¿Ya se te olvidó como lo mirabas de reojo bajo las sábanas? Temías al ser que dormía en el interior y querías tenerlo vigilado. ¿Y cuando te tapabas por completo por miedo a que lo que había bajo tu cama tocara tus pies y te arrastrara hasta su estómago gracias a sus garras y fuerza sobrehumana? Yo recuerdo todo eso, nunca los he olvidado... ¿Por qué? Porque nuestra mente de niños jamás nos engañó, solo nos preparaba para la realidad, para el mundo adulto, donde todo es incluso peor que la ficción. 

No, no existen los mosnturos con garras y colmillos, pero sí existen los monstruos con sonrisas falsas que te llenan de confianza. ¿Crees que no hay nadie bajo tu cama? Es muy posible que alguien haya entrado en tu casa mientras no estabas, puede que ahora espere escondido en tu habitación, esperando a que entres y bajes la guardia para agarrarte con sus manos totalmente humanas. 

¿Te sientes seguro caminando de noche? Sí, es obvio que el hombre del saco no existe... ¿O sí? Esta noche fácilmente podrías estar caminando de vuelta a casa y alguien, que espera en las sombras, te atrapará y te meterá en su coche. Entonces, quizás no vuelvas a ver jamás la luz del día. ¡Espera! ¿Y si cuando sales del supermercado y subes a tu coche el cajero amable que te atendió decide secuestrarte?

¿Y si tu vecino es un asesino? 

¿Y si el chico que te gusta es un maltratador? 

¿Y si tu mejor amiga es la líder de una secta peligrosa? 

¿Y si esa chica tan simpática que trabaja en la tienda que siempre visitas es una acosadora?

Los monstruos se ocultan bajo una capa de falsa simpatía. Se acercan a ti y cuando has caído en sus redes aprovechan para cumplir sus más bajos deseos. ¿Qué? ¿Aún crees que los monstruos no existen? 

Los monstruos existen, son tan reales como tú y como yo. Quizás, tú mismo podrías serlo, yo podría serlo. ¿Y si ahora estoy en tu armario esperando a que me busques con tu mirada mientras te ocultas en tus sábanas? 

Cuídate, revisa bajo tu cama... Puede que esta noche te lleves una sorpresa. 




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