Moonlight Dance (pausada)

2- Los ojos profundos

Estábamos por empezar las famosas “dos semanas de organización” de la escuela. Son dos semanas en donde todos los equipos deportivos o clubes extracurriculares se reúnen para hablar de cosas “importantes”. Cronogramas, espectáculos, fechas, etc.

Ser parte del equipo de animadoras, mejor dicho, la capitana del equipo de animaras, es un estrés constante. Para mí estas dos semanas son discutir, gritar, enojarme, y dormir todos los días con dolor de cabeza; eso es ser capitana.

Ever Moon tiene como equipos estrellas al de Lacrosse y al de animadores. Hemos ganado tantos trofeos a lo largo del tiempo que tenemos aparadores propios. Debajo de nosotros tenemos Básquet y Futbol. Todos los años, en estas fechas, todos nos juntamos para organizar los entrenamientos, las prácticas, las audiciones y el vendito uniforme. Todos los años se cambia el uniforme, no sé quién fue el infeliz que puso como “tradición” cambiar los uniformes de los equipos. El mío esta tan nuevo que parece que me lo dieron ayer, y es de hace un año. Lo único bueno de esas reuniones es ver a mis amigos, soy de la típica chica sociable, me llevo bien con casi todos.

Me bañe, peiné, todo lo que se hace por las mañanas normal mente. Mamá y papá no están asique me voy directo a lo de mis amigas y de ahí a la escuela. Era una tradición desde que la mamá de Gwen se divorció hace años. Mamá pasaba por ella y de ahí nos llevaba al colegio. La entrada al colegio y su entrada al trabajo era a la misma hora; y ninguna de las dos podía llegar tarde, asique mamá se ofreció a llevarla. Dos años después sumamos a Brenda.

Pase primero por Gwen y por la cara que tiene no quiere ir. La conozco como la palma de mi mano y su cara es muy evidente. Ella odia esta semana, ser Co-Capitana también es estresante, y lo que yo no hago lo hace ella.

-Si llegan a decir “ay chicas nos hacen los uniformes”- dijo imitando una voz chistosa.- juro por la tumba de mi tía Clotilde que los apuñalo uno por uno con los palos de Lacrosse.- dijo enojada.

Todos los años los chicos “se olvidan” de hacerse los uniformes y una semana antes de mandar los diseños y las medidas a la modista de la escuela nos dicen “ay chicas nos hacen los uniformes. No tuvimos tiempo”, poniendo cara de pucherito. Como idiotas que somos se los terminamos haciendo; pero siempre hacen lo mismo. Nos dicen a todo que sí y cuando se los entregamos empiezan con las quejas

-“ay me queda chico de la entre pierna” “ay la camiseta es muy grande”- dije haciendo una voz chistosa

-“ay el color no combina con los calzoncillos que nadie me va a ver”.- dijo Gwen. No podía evitar reírme.

-“ay la camiseta no es tan ajustada para marcar los músculos que no tengo”.- dijo Brenda ni bien se subió al auto.- Siempre. Es. Lo. Mismo.

Y era verdad, todos los años era la misma historia, las mismas excusas, bueno la de los músculos y el calzoncillo no, pero el resto sí.

-¿Quién había dicho “a mi novia no le queda bien la camiseta”?- pregunte. Sí, uno nos dijo eso una vez.

-¿No fue Austin? ¿Cuándo salió con Sofía? Que ella misma nos dijo, “chicas el uniforme es feo, no me queda bien”- dijo Brenda

-Por dios, cierto. Bueno, también pensemos en eso, le tiene que quedar bien a las novias de los jugadores.- dijo Gwen en broa

- ¿Solo a las oficiales, o a las de fin de semana también?- dije

Si un día escribiera un diario de todas las excusas que me pusieron los de Lacrosse por una u otra cosa haría cientos, una novela de siete tomos.

Llegamos. La escuela es hermosa, siempre lo dije. Es un castillo de un cuento de hadas. Banderines en las puntas con los colores del uniforme; la bandera nacional, la del colegio y la de los equipos están izadas. Todo con los colores de la escuela, siempre todo bien combinado; estéticamente es hermoso todo. En la puerta principal hay un pasacalles enorme que dice “Bienvenidos a una nueva fase” y en medio del cartel un Lobo, muy original para escuela que se llama “Moon”, gris y blanco. Todos estaban en las escaleras de la escuela esperándonos, como si nosotras tuviéramos la llave.

-Al fin llegan las reinas de la escuela. Tarde, como siempre.- dijo Franco en tono de broma. Somos amigos desde el cuarto grado, entro conmigo en segundo de primaria, pero me caía mal.

-Una reina jamás se atrasa, los demás llegan antes.- dijo Gwen citando a Julie Andrews en el diario de una princesa.

-Solo a vos te perdono la llegada tarde.- dijo franco mirando a Gwen.- pero a ustedes dos no.- dijo mirándome a mí y a Brenda.

-Dijimos a las 11:00, y son las 10:57.- respondió Brenda en forma burlona.

La escuela por dentro también era enorme, hasta quinto grado de primaria me perdía. Aún hay aulas y partes que no conozco y me gradúo el año que viene. Los casilleros estaban recién pintados, cada tanto los pintan para que no se arruine, es una escuela que se preocupa por su imagen exterior, y de vez en cuando la interior.

-¿Dónde están los trofeos?- dijo Stefano apuntando donde antes estaba el aparador con los trofeos de Lacrosse

-Te recuerdo que algunos tuvieron una brillante idea de tirar globos con pintura el ultimo día y algunos dieron con la vitrina anterior- dije mirándolos a todos- Asique decidieron sacar todos los trofeos de los pasillos y ponerlos en otro lado, aún no sabe dónde.- dije caminando hacia los vestuarios.



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En el texto hay: fantasia, juvenil, romance

Editado: 07.08.2020

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