Morgan.

Capítulo 3| Una más

Han pasado sólo catorce horas desde que recibí aquella nota, en otras palabras la recibí ayer a las dos de la tarde con no sé cuantos minutos, y acaba de sonar el timbre de mi casa. Reviso el reloj una vez más mientras me cubro con las sábanas hasta arriba como si el mismo satanás hubiera venido a mi puerta.

4:37 am.

El timbre suena una vez más, el sonido de este retumbando por toda la casa y me digo interiormente lo estúpida que soy todas las veces que puedo, ya que, le dije a Leia —la que probablemente es mi niñera y no me lo han dicho, porque mis padres prefieren hacer eso, no decirme nada—, que no se quedara conmigo hoy.

Todo por darle la contra a mis padres, desde luego.

Tomo una fuerte inhalación, para luego hacer uso de mi valentía y pararme de mi cama, aunque este con el cuerpo totalmente adormecido, para luego ponerme mis pantuflas de peluche.

—Carajo —espeto cuando piso mal un escalón, enredando mis pies torpemente por la somnolencia que llevo encima, y haciendo que me caiga, golpeándome una parte del cuerpo que prefiero no especificar.

Sigo bajando aquellas escaleras hasta llegar a la puerta, algo creciendo dentro de mi ser, instalándose en mi pecho y estrujándolo de la manera más alarmante para luego hacer que mi corazón corra dentro de este como si estuviera en una carrera.

Meto la llave, la giro haciendo que la puerta se abra  y frunzo el ceño al ver una caja mediana envuelta en papel de regalo rojo.

—¿Eh? —susurro en pregunta para agacharme un poco y tomar la caja entre mis manos.

La alzo preguntándome como es que alguien pudo atravesar el portón que está en frente de mi casa y bajo muchos picaportes, y dejó esta caja aquí.

Jalo del listón que se encuentra encima de esta, para luego abrirla con un sensación extraña encima y las manos tiritando por el frío.

Abro los ojos tanto que duelen, y me atoro con mi propia respiración, el corazón me empieza a latir frenéticamente.

Dejo de escucharlo debido a que algo más capta mi atención dentro de aquella caja, dejo de mirar aquella hoja de papel para luego mirar algo más.

El collar que usaba Catherine el día que fuimos a aquella feria o también el día de su desaparición.

 

Parece que no has entendido, ¿Piensas que ella tiene el lujo de seguir con vida?
 

Hay que ver si esto lo captas, el reloj sigue avanzando, Morgan.


•••

—¿Estas segura? —pregunta aquel sin quitarme la mirada de encima, desvío la mirada en su dirección una vez más.

—Solo estoy haciendo suposiciones ¿ok?

Este rueda los ojos, para luego soltar un suspiro cansado, imito la acción y lo observo descaradamente cuando este se distrae.

No hay que negar que me atrae un poco, pero sigue siendo un idiota que creyó que le estaba amenazando. Sin olvidar que también le están mandando notas, y en mi parecer creo que esta involucrado en esto, pero... tampoco puedo pasar por alto que no puedo involucrarlo sólo por recibir aquellas notas.
Además nos están mandando notas o posibles amenazas entre líneas y no estamos haciendo nada al respecto, no podemos contar con la policía, nos ignoraría, como lo han estado haciendo con el caso de Catherine Carters.

Agh, estoy peor que cuando juego con el jodido cubo rubik.

—¡Jay! —grita uno de los amigos de Jason, llamado Zayn, si mi memoria no me falla.
—¿Qué pasa?—pregunta este, tras formar una sonrisa en su rostro, la noto algo fingida pero no digo nada.

—Mañana es el partido, necesitamos ir a la práctica —murmura el pelinegro como si fuera un asunto confidencial, y me regala una sonrisa de boca cerrada.

—En un momento voy —dice Jason, aquel pelinegro se va tras asentir con la cabeza.

El castaño enfoca su atención en mi, de nuevo, justo cuando las preguntas empiezan a nacer en mi una vez más, me muerdo el labio con nerviosismo, han pasado solo unas horas, esto se me está yendo de las manos.

—Tenemos que hacer algo —suelto sin más dejándome guiar por mis ideas—. Si no hacemos nada, van a seguir mandando aquellas notas.

Este me observa sin decir nada, y por un momento pienso que lo que acabo de decir está fuera de lugar, al menos, hasta que este asiente y me mira, tomo su silencio como una invitación a que continúe hablando y lo hago.

—Mañana vamos a ir al lugar dónde fue la desaparición de Catherine —hablo atropellando las palabras.

Este me observa con los ojos bien abiertos, tal vez, pensando que estoy loca.
—Pero... ese lugar fue clausurado —murmura, tan bajo que por un momento pienso que no ha dicho nada.

—Lo sé, Jason. —Murmuro con obviedad, algo irritada por su inusual comportamiento.

Este me observa cuando toca la campana que da finalizado el horario de clases, todos empiezan a salir de sus salones, excepto los del equipo de la preparatoria, ellos ya se fueron hace un rato al campo deportivo de esta misma.

Todo es tan confuso...

Suelto un suspiro resignada mientras giro sobre mi propio sitio, dando una media vuelta y me encamino a mi casillero, un "espera" de parte de Jason me hace detener el paso, es entonces ahí cuando veo a alguien a lo lejos, frunzo el ceño al ver a una chica rubia y bajita llamada Estela, me sé su nombre porque es o era una amiga de Catherine, así que también fue parte de nuestro grupo de amigos.

Lamentablemente se peleó con Cat (el diminutivo de Catherine), luego de su pelea Catherine no me quiso hablar más de ella.

—¿Qué pasa? ¿Qué estas mirando? —pregunta aquel castaño y sigue la dirección de mi vista, para poder ver lo que veo.

Una nota roja como el vino —igual a la 
mía y a la de Jason—, cae de su casillero dejándome totalmente fuera de lugar e ida.

—¿Viste eso? —pregunto y doy media vuelta hasta quedar frente a él.

—Sí —murmura.

Lo observo algo inquieta, es obvio que hay más personas involucradas en esto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.