Morgan.

Capítulo 7| Razón equivocada

—¡¿Por qué no podemos regresar?! —le exclamo a Jason, necesito saber si estuve ahí. Éste por su lado se encarga de mirar por el retrovisor sin ninguna pizca de diversión.

—Morgan, sabes que fue arriesgado, no puedes estar haciendo este tipo de cosas como si fuera lo más normal del mundo —habla Tyler.

—Y mucho más si no estás segura de lo que quieres hacer —termina Shane.

—Deberías ser más precavida —sigue Estela.

Con el enojo encima abro la boca para hablar.

—Yo sólo...

—casi nos descubren —me interrumpe Jason.

Suelto un suspiro de resignación, Estela me lanza una mirada comprensiva, ruedo los ojos, odio ese tipo de miradas, me hacen sentir como si estuviera expuesta, y todos supieran lo qué me pasa y me tuvieran lástima por esto mismo.

Una vez que llegamos a mi hogar, el cuál, por fuera se ve como una auténtica, y hermosa mansión, no puedo negar que dentro de aquel lugar todo se siente como me siento mayormente todos los días.

—Si quieren pueden entrar —informo rápidamente mientras bajo del coche, y les hago un ademán hacía mi hogar, no es qué quiera hacer amigos, aunque no dudo qué tal vez sólo quiera algo de compañía.

Estos no esperan ni un segundo más, bajan rápidamente del coche, me siguen tras pasar el portón bajo la mirada curiosa del guardia.

—Siéntanse cómo en su casa —hablo en voz alta—. O algo así... Si quieren ver una película, pues la sala de peliculas está en el piso inferior, es subterránea. Al lado de ésta está la sala de videojuegos, la piscina está al fondo en este mismo piso, pero no creo que quieran entrar por el clima.... en la cocina hay bocaditos, y más, el patio está pasando esas mamparas y lo demás ya se darán cuenta de donde queda.

Estos asienten.

—¿No vas a estar con nosotros? —la pregunta de Jason me toma desprevenida, sólo niego con la cabeza y Estela me manda una mirada desilusionada.

—Si necesitan preguntarme algo estaré en mi habitación—hago una pausa—. Segundo piso, tercera puerta tras doblar en el pasadizo.

Estos asienten y me encargo de subir las escaleras tras darles una última mirada.

Una vez en mi cuarto, me dejo caer en mi cama mientras me siento decepcionada de no haber encontrando el lugar qué estaba buscando en la feria Weston Park, y también sintiendo una sensación extraña en el pecho al recordar lo que había pasado cuando estaba sola.

¿Qué hubiera pasado si no me hubieran encontrado? Por lo que recuerdo... en esos momentos yo no sabía ni por dónde salir. ¿Cómo ellos sí?

Entonces así como así empiezo a desconfiar de nuevo en ellos ¿Habrá sido seguro dejarlos entrar en mi casa, sabiendo todo lo que está pasando? ¿Y no es acaso rara la repentina aparición de los que ahora dicen ser hermanos?

Aveces me gusta negar que Tyler siempre me ha llamado la atención, y me parece atractivo y ahora que está en mi casa ni siquiera me acerco a hablarle.

Toc, toc.

Me levanto de un salto para abrir la puerta al momento que la sonrisa de Estela me recibe apenas abro ésta misma, frunzo el ceño.

—¿Sí? —pregunto tras mandarle una mirada extrañada.

—Mmm, pues, yo...

—¿Quieres que baje?

Ésta asiente al instante mientras que yo me encargo de soltar un resoplido tras devolver el asentimiento.

—Okey.

Cierro la puerta de mi habitación para seguirla escaleras abajo, una vez que estoy en la primera planta noto rápidamente que los tres chicos estan sentados formando un medio círculo sobre la alfombra del piso.

Frunzo el ceño, en ese preciso momento Estela se sienta conmigo al lado de estos terminando de formar un círculo.

—¿Es un ritual o algo así? —pregunto con confusión.

Estos se carcajean apenas termino mi pregunta mientras que yo frunzo más el ceño sin comprender nada.

¿Estas segura de que puedes confiar en ellos?

No lo sé.

—Vamos a jugar —Jason me manda una mirada comprensiva tras sonreír.

—¿Ah si? —hice una pausa—. ¿Se puede saber qué?

—¡Claro! —contesta Tyler justo cuando siento como su mirada sobre mi me pone los pelos de punta—. Verdad o reto.

—¡¿Qué?! —exclamo—. Ese es un juego de niños.

—No lo es —murmura Shane sonriente.

—Si lo es —contradigo al instante.

—Si es un juego de niños seguro que no te va a importar jugarlo... ¿verdad? —Tyler pregunta y veo el desafío en su mirada.

Los otros dos chicos y Estela observan expectantes.

—No juego tonterías —murmuro entre dientes.

—¿Entonces a qué estás jugando ahora, Morgan? —éste vuelve a preguntar, pero la diferencia es que ahora está de pie.

Yo también me puse de pie algo desconcertada por su pregunta, pero decidía  entre no prestar mucha atención a aquello o mandarlo al carajo.

—No sé —sonrío—. Tú dime.

—Juega a esto y te lo diré.

—¿Por que tanta insistencia, Tyler?

Este sonríe para luego gesticular un ya verás.

Nos sentamos de nuevo donde antes habíamos estado mientras los demás nos miraban de alguna forma que decido ignorar.

Entonces las luces se apagaron dejándome fuera de lugar al momento que todos gritamos ante aquel acontecimiento con asombro y terror.

—Morgan.

Alguien toca mi brazo haciendo que pegue un brinco sobre mi sitio, volteo a ver y suelto el aire que contenía hace unos instantes al ver a Shane.

—Tal vez... tal vez sea sólo un apagón —susurro, pero luego recuerdo que mi casa cuenta con generador de energía—. Mierda.

—¿Pasa algo? —pregunta Shane.

—Mi casa cuenta con generador de energía, no es probable que la electricidad se vaya así como así. —Hablo por encima de los demás murmullos provenientes de Jason,  y Estela, ya que no puedo escuchar a Tyler.

No se escucha nada más, todos parecen guardar silencio, cuando de pronto se empezaron a escuchar pasos provenientes de la segunda planta por lo lejanos que eran.

—Qué demonios... —dejo la frase en el aire mientras mi cuerpo congelado decide dar un paso, luego empiezo a avanzar hacia aquel sonido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.