Capítulo 13

Maquillaje, joyas y un pesado vestido.

El día avanzaba lento.

Muy temprano en la mañana Katerina se levantó y por pedido del director no fue a la plaza.

-Lord, Señor, necesito que ese día Lady Katerina esté concentrada en su presentación. Necesito que no vaya a la plaza.

Lord Sládek lo miraba con el ceño arrugado.

- ¿Por qué debería acceder? Entre más tiempo mejor.

Sin comprender miraba al apuesto hombre que lo observaba con mirada imponente. Hasta estas alturas, la admiración pasó a ser miedo.

-Señor. Las presentaciones comienzan a las cinco de la tarde, pero la preparación de vestuario, maquillaje comienzan a las dos, y la mental empieza desde la mañana. Por eso necesito que Lady Katerina no trabaje ese día. Ya tendrá suficiente con sus padres para agotarse trabajando.

- Con una condición - él director lo miraba nervioso - Qué le pidas que llegue desde la mañana. Tu mismo lo dijiste, sus padres serán un problema y estarán molestando desde que ella despierte.

- Sí señor, así haré.

A pasos lentos camino hasta llegar al teatro. Por el camino muchas personas curiosas preguntaron porque iba en dirección contraria a la plaza.

« Pensé que a estas alturas ya todos sabrían que soy parte del teatro. Tal vez la información no llegó por estos lados. »

Cuando llegó al teatro vio el cartel que colgaba en la fachada con su nombre en grande.

"Nueva estrella en ascenso. Katerina Macek, la gran acordeonista".

Una innegable sonrisa se puso en su rostro, emocionada de este nuevo comienzo.

Al llegar a su camerino vio sobre el escritorio un gran ramo de rosas rojas junto a una pequeña nota.

"Para la mujer más hermosa que se ha cruzado en mi camino.

Mucha suerte amada mía".

« ¿Amada mía? ¿Hermosa? ¿Qué se supone que sea esto? No puedo entender esto. ¿Habrá sido Maxmilián? Imposible, él jamás podría verme de esa manera. ¿Pero quién? »

Estaba absorta en sus pensamientos cuando Don Dufek tocó la puerta de su sala.

-Adelante - con sumo cuidado dejó las flores en el tocador

- Buen día joven Katerina, ¿Cómo se encuentra? - el director no pudo evitar mirar la carta que la mujer tenía en sus manos.

- Bien. Director - ella dudó un poco - ¿Sabe quien dejó esto en mi camerino? Es que es extraño, no sale quien lo manda.

-No, disculpa, acabo de llegar.

- Ya veo.

El director del teatro sabía muy bien quién había sabido, puesto que él mismo había entregado las llaves.

- Buen día Lord Sládek, ¿Qué lo trae por aquí? - Él mayor no quitaba la vista del gran ramo de rosas.

- No es de tu incumbencia. Aunque si requiero de tu ayuda. Necesito las llaves y que me guíe al camerino de mi amada.

-¿Disculpe? - estaba atónito.

- ¿Es que eres tonto? Siempre preguntando lo mismo. Rápido, antes de que llegue.

- Claro.

A paso rápido caminaron por los pasillos del gran edificio hasta llegar a la puerta correcta.

- Es aquí.

- Bien. Abre y espera afuera.

Al ingresar Viktor respiró el fuerte aroma que tenía la habitación.

« Huele a ella. Estoy seguro. Dulce, un aroma ni grave, ni agudo. Es perfecto »

Pasó la mano por los vestidos colgados imaginándola en cada uno de ellos.

« Siempre serás la más hermosa de todas, mi futura esposa »

Luego de dejar las rosas y la nota se marchó.

«Las ansias pueden conmigo. Cada paso que das hacía mi me enloquece, queriéndote ya conmigo. Nada ni nadie te alejará de mi »

-Puede que sea extraño, pero piensa, ya tienes un admirador. Es tan romántico.

- Puede ser - ella no sentía una pizca de felicidad al recibir una nota proclamándola "Amada mía". - En fin, ¿Para qué me pidió venir tan temprano? Este no es el horario de todos.

- ¿Acaso no estás más tranquila aquí? Es importante la paz para estar preparada mentalmente.

- Bueno, es cierto, estoy más cómoda aquí.

- Genial, me alegra escucharlo. Ahora te dejó para que te relajes, podrías meditar. Yo me iré a trabajar - él hombre salió sacudiendo su mano.

« Así que un admirador »