Morir por amor o morir de amor

Capítulo 21

Katerina no entendía porque el hombre que estaba delante de ella no era él encantador Maxmilián y era aquel hombre de aspecto malhumorado. ¿Le había pasado algo? ¿O es que acaso se había cansado de ella? Y es que su autoestima le hacía pensar lo peor.

-Bien, basta de formalidades, comencemos con la clase. No puedes tener un bailarín joven así que lo harás conmigo. No te preocupes, que no te haré nada, no pongas esa cara. Espera, ¿Es por aquel joven anterior? - Él hombre rio - Niña tonta.

Ambos ensayaron por horas, la joven ya estaba exhausta, el maestro no hacía pausas, a diferencia de su anterior maestro.

Antes ocupaban tiempo para conversar cosas triviales. Esos detalles habían movido el corazón de Katerina.

Al término del ensayo el maestro Arnošt se retiró rápidamente y no fue amable. Ella extrañaba la preocupación de Maxmilián y las caminatas hasta la salida. No sabía que haría al pasar los días.

Mientras tanto, cierto hombre se encontraba en la oficina del director del teatro.

-¿Lo hiciste verdad? - habló amenazante.

-Sí señor, está hecho. Su nuevo maestro es un señor mayor, casado y con hijos. Es ideal para instruir a lady Katerina - respondió rápido. Aún le parecía extraño llamarla de esa manera.

La joven no era del estrato más bajo, pero no era parte de la nobleza, por eso no entendía todo lo que hacía el lord. Sabía que la mujer era excepcional, pero no creía que fuera lo suficiente para los esfuerzos del hombre.

-¿Cómo se te ocurre contratar a un joven como maestro de baile de mi amada? ¿Eres idiota? ¿No había más maestros acaso? - dijo lleno de furia.

-Yo pensé que así se sentiría más cómoda - Él director estaba asustado por los gritos.

Él lord daba vueltas por la oficina como león enjaulado.

-Eres un idiota. Ya mismo vas a cambiar ese maestro y vas a colocar a un hombre mayor o mejor aún, a una mujer.

-Pero señor, anular el contrato le saldrá muy caro al teatro - alegó.

-No me interesa, problema suyo. Esto casi arruina mis planes - dijo sentándose - Así que resuélvelo.

-Sí señor.

-Bien, más te vale que no vuelva a tener contacto con otro hombre de esta manera - dijo amenazante.

-Sí señor, no hay problema.

Viktor caminó hacia la puerta y salió dejando la puerta abierta. Desde el exterior se podía ver como el director ponía sus manos en su cabeza dándose cuenta que ya no tenía poder sobre su propio teatro.

Luego de unos minutos aquella acordeonista tocó la puerta deseando hablar con quien dirigía el teatro.

-Adelante - dijo desde el interior de la oficina - Oh, Katerina, señorita pase por aquí, siéntese.

Don Dufek sabía que debía tratar a la dama con delicadeza y respeto.

-¿Qué necesita?

-Quiero saber por qué cambiaron a mi maestro de danza - dijo ella un poco tímida.

-Sabía que preguntarías, pero me temo que no puedo darte respuesta - dijo mirándola con tristeza - Mejor cuéntame, ¿Qué te pareció tu nuevo maestro?

Ella pensó las palabras correctas.

-Un poco serio y estricto - dijo ella.

-Eso es mejor, ¿No crees? Pronto serás una experta.

Katerina no estaba convencida, sabía que había algo extraño dentro de toda esta situación.

-¿Él está bien? - indagó.

-Sí, lo está, así que no te preocupes por él - su rostro se había vuelto serio.

~~~

Katerina estaba acongojada, caminaba con la cabeza caída, su corazón dolía y ella desconocía el porqué. Antes recordaba sus clases de baile con alegría, pero ahora al hacerlo sentía una punzada en el pecho.

La joven tomó ubicación en el mismo lugar de siempre en la plaza; preparó sus cosas y comenzó a tocar.

Y a la distancia el mismo hombre miraba a la mujer con una sola pregunta en su cabeza.

« ¿Por qué tus ojos reflejan un dolor profundo? ¿Qué es lo que te angustia? »

Las personas detuvieron sus ajetreadas vidas para apreciar la música. Ella tocaba una melodía alegre, pero su postura, su mirada emanaban tristeza. Y las personas lo notaron y comenzaron a murmurar, situación que enfureció al Lord.

-Averigua donde estuvo antes y que fue lo que ocurrió - dijo a uno de sus hombres, uno de los que lo acompañaban.

-Sí señor - dijo con una pequeña reverencia.

« Sólo espero que no sea lo que pienso »




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.