Ezequiel un chico delgado con cabello largo rizado, unos ojos saltones oscuros y una mirada triste, venía caminando hacia mí no pude evitar mirarlo sinceramente no tenía por qué pero me dieron ganas de ayudarlo es un pibe que siempre me lo cruzo en la parada del colectivo o por zonas comerciales de la ciudad, vende estampitas, acercándome más también vi que tiene otro pequeños artículos en esa pequeña canasta, de repente veo que se detuvo bajo su canasta lleno de artículos y comenzó a los gritos para llamar la atención de la gente señoras y señores disculpé las molestias mi nombre es Ezequiel sin ánimos de molestar estoy ofreciendo distintos artículos que son de utilidad, ya que no tengo un trabajo elijo vender estos artículos antes de salir a ganarme la vida de otra forma, ese era su pequeño monólogo a la hora de ofrecer sus productos, lo vi varias veces. Pero ese día me animé acercarme un poco, muchos lo cruzaban por al lado y he escuchado más de un comentario donde decían que el pibe es de la calle que no confíen en él, que seguro la plata lo usara para cosas malas, diferentes tipos de comentarios acerca de estos pibes.
Cada vez me acercaba más definitivamente nadie lo registraba lo cruzaban por al lado nadie se detenía, pareciera que no existía para nadie, aunque suele ser normal mucha gente es indiferente hacia los pibes de la calle.
No paso mucho tiempo hasta hablarle, pregunte el precio de un juego de hilos de coser, de inmediato pude notar una leve sonrisa de en su rostro, busque la plata en el bolsillo de mi mochila, se lo di, al pasarme los hilos veo que me dio una estampita, no vi de que era solo atiné a guardar y me fui con una sensación linda en el pecho. Quizás no tendré mucho, pero a Ezequiel siempre lo veía ofreciendo sus cosas y noté en varias oportunidades que nadie le colabora, me sentí bien quizás es su primera venta en el día. Llegue a la parada del colectivo subí, al sentarme mire en mi mochila leí la estampita y algo me llamo la atención. En ella decía gracias sos el primer amigo en años, quede sorprendido ya que Ezequiel es un chico pequeño no pasaría de los 8 años, quizás eso porque al salir a vender no podía disfrutar de jugar con otros chicos de su edad.
Llegue a mi casa, quede preocupado y eso es algo que no pasaba a menudo, menos con algún pibe de la calle. Pero decidí darle una mano desde mi lugar, ya que me consideró un Amigó quería sorprenderlo al día siguiente. Me propuse buscar alguna remera que ya no me quedaban y alguna que otra cosa que pueda servirle, para regalárselo. Eso me volvió a relajar, el día paso, me acosté a dormir.
Al día siguiente al salir del trabajo fui a buscarlo, no logré encontrarlo, a pesar de que caminé por todos los lugares donde siempre lo veía, no estaba, quizás no le tocó salir a vender, aunque lo veía todos los días, pero solo fui a esperar el colectivo y regresar con la esperanza de encontrarlo al otro día, lo cual no fue así durante 4 días no lo volví a ver. El quinto día fui a ver por él, cuando salí del trabajo y ahí estaba me puse contento al menos sabía que estaba bien, vi que su canasta seguía llena de sus cosas, la gente nuevamente ignorándolo. Me acerque, me saludo muy cordialmente, me pregunto si quería algo le dije que no solo pasaba a dejarle un pequeño presente, sonrió muy contentó, tomó la bolsa lo miró y me dijo que muchas gracias, pero no podría usarlo, pensé bueno es muy grande, pero llévatelo más adelante podrás usarlo, el nuevamente dijo no podre usarlo. Realmente no entendí o le había molestado mi intención, me dijo que seguiría vendiendo que todavía no vendió nada, me quede observando cómo se iba, de un momento a otro desapareció, camina muy rápido. Volví a casa, sentí que lo había ofendido al pequeño, pero fue raro que no haya aceptado el regalo.
Esa noche vino a visitarme mi amiga pía, es enfermera, tiene un hijo pequeño que se llama Pablo, separada, es muy buena amiga siempre está acompañándome y ayudándome en muchas cosas.
_Pia: como estas. te notó raro, te conozco que pasa.
_guido: bueno, en estas últimas semanas estuve observando a un pequeño niño de nombre Ezequiel, un pibe que vende cosas en el centro
_Pia: ok y eso te preocupa, sabes que hay muchos chicos en situación de calle si te pones mal por todos, no vas a poder andar.
_Guido: no eso ya sé, pero este chico lo veo siempre, y nada veo que mucha gente lo ignora, el otro día le compré algo, me dio una nota que decía gracias sos el primer amigo que tengo. Quise darle un regalo, en una de esas le era útil, pero al verlo me rechazo el regalo, es más me dijo que no podía usarlo, yo pensé bueno quizás es grande y me respondió no podrá usarlo. Eso es lo que me pareció raro.
_pía: puede que sus padres no le dejan recibir cosas de extraños.
_Guido: pero lo mandan a vender y pierde su infancia.
_pía: hoy en día sabes que es así, hay de todo.
_Guido: decís que intente dárselo nuevamente.
_pía: yo que vos no insisto, dejo las cosas así y ya.
_guido: sabes que siempre trató de ayudar, pero este chico no se tiene algo, me da pena que nadie lo ayude, pareciera que no nadie lo ve.
_pía: entonces pregunta por sus padres, o la casa y llévaselo ahí, tendrá algún otro hermano que le gusté la remera y listo te quedas tranquilo, eso si no te involucres mucho, sabes cómo es la situación con esos chicos.
_Guido: lo sé, tranquila cualquier cosa te aviso.
_pía: Bueno, ahora vamos a cenar que tengo hambre y se hace tarde.
Pasaron unos días, lo volví a ver, y lo seguí. Al acercarme sonrió como las otras veces.
_Guido: hola.
_Ezequiel: hola señor.
_Guido: te traje el regaló que el otro día no quisiste.
_Ezequiel: ya le dije que no lo voy a poder usar.
_Guido: ¿por qué? Tu mamá no te deja aceptar regalos.
_Ezequiel: no sé dónde está mi mamá, no sé nada de ella.