Muerta

27 de agosto de 2018

Sueños van, sueños vienen, mi vida es un eterno sueño.

Claro, porque si no imagino cosas, me tengo que afrontar a la realidad, y ¿quién quiere eso, no? Por eso hay tanto drogadicto en este mundo.

Como mi padre, que lo único que hacía cuando venía a casa era violarme. No se cansaba, y no le perturbaba en lo más mínimo que fuera su hija y tuviera siete años. Tal vez él también estaba soñando mientras lo hacía.

Tal vez yo también soñaba cuando mi madre lo encontró una de esas noches, y lo mató.

"¡Putas!" gritaba mi padre, mientras se desangraba "¡Siempre van a serlo!".

Mi hermano pequeño nunca lo supo, y piensa que murió de cáncer.

Ya quisiera yo.



#24866 en Otros
#1965 en No ficción
#7643 en Relatos cortos

En el texto hay: miedo, rencor, alucinaciones

Editado: 19.08.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.