Mundo, escucha
Por Mayra Marrufo
Siento a mi país sumergido en la desgracia, se ha ido la luz y evaporado el agua, la comida se ha convertido en un recuerdo al paladar.
Estamos en medio de la oscuridad, sentimos que solo la maldad de este régimen avanza.
Unos bailan entre la sangre de los que han caído, mientras otros lloramos sangre por tantos heridos.
Ver a una madre con su hija muerta en brazos, agobia al mundo entero y más a los que se quedan adentro, una cosa es verlo en las redes y otra diferente presenciar la ausencia, el dolor y tanta angustia.
¿No sé qué está pasando? Mundo, oye la voz de un pueblo que se queja con dolor, que ve a su gentilicio morir, partir o caer en depresión.
Mundo, oye la voz de un pueblo que hoy quiere reclamar su derecho a la vida y el poder estar en paz.
Hace poco había renacido la esperanza y muchos manifestaron que dejaran pasar la ayuda humanitaria.
Los televisores estuvieron encendidos a nivel mundial.
Estoy segura que en cada rincón de la tierra había un venezolano, sea en Argentina, Chile o en Paraguay. Seguramente unos cuantos lloraron al ver a Chino y a Nacho al momento de su reconciliación, justamente en ese momento se sintió que Venezuela volvería a renacer y más aún cuando inesperadamente las cámaras enfocaron a Juan Guaidó; un joven valiente, guerrero y héroe con aires de libertador. Tiene un no sé qué, que nos hace vibrar y volver a creer, hace que la palabras de Daniel Habif retumbe nuevamente cuando alzó su voz y proclamó estrofas de fortalecimiento para una Venezuela herida.
¡Venezuela Ruge que ya viene tu momento!
Ese día se escuchaba la voz de un pueblo: Abran fronteras y eleven banderas, vestidos de blanco queremos gritar, alzando la voz que ya hay libertad.
Mundo: Oigan la voz de un pueblo que solo implora la paz, oigan la voz de mi gente que no quiere sufrir más.
Madres han visto morir a sus hijos, otros han visto partir sus amigos y el pueblo ha sufrido en silencio cuando caen sus guerreros.
Oigan la voz de este pueblo, que sigue llorando el destierro, ha visto sufrir al anciano, abraza aquel que ha emigrado y sueña con libertad.
Mundo, oye la voz de este pueblo que sigue sufriendo en silencio. Oye el quejido del niño, oye la voz de la hambruna, la enfermedad y la angustia.
De una vez abran fronteras y eleven banderas, vestidos de blanco queremos gritar, alzando la voz que ya hay libertad.
Mundo no desampares a Venezuela, tierra que te abrió las puertas cuando te tocó emigrar.
Mundo, no cierres tus ojos ante la angustia, la injusticia y tanta tortura.
Mundo, ya hay mucha sangre derramada, inocentes no han podido sentir la vida porque han muerto antes de nacer por injerencia política.
Mundo, ya son muchos los desnutridos, miles lo que están heridos y millones los abatidos.
Mundo necesitamos activar ya el artículo 187 # 11. El pueblo no aguanta más.