29. EL UNICORNIO Y EL OSO.

Había una vez un unicornio que estaba con un oso. El oso trajo pegatinas, pero el unicornio quería él también

—¿Oso dónde compraste las pegatinas?—. Le preguntó el unicornio

—No te diré —. Contestó el Oso.

 El unicornio se fue triste a la casa, pero el Oso se preocupó. Porque en realidad, él había cogido las pegatinas de la gaveta de la habitación del unicornio.

—¿Mamá dónde están mis pegatinas? —. Preguntó el unicornio.

—No lo sé hijo, ¿dónde las dejaste?

—En mi gaveta.

—Pues búscalas, el único que entró fue tu amigo el Oso.

—¿Qué?

 En ese momento tocaron a la puerta, el unicornio fue a abrir y se encontró con el oso, que tenía la cabeza abajo y estaba muy apenado.

—¿Qué quieres oso? —. Le preguntó el unicornio.

—Vine a disculparme unicornio. Toma, son tuyas las pegatinas, yo las tomé de tu gaveta.

—Oh —dijo la mamá unicornio— eso no se hace. Nunca debes robar, ni coger nada sin permiso del dueño.

—¡Eres un ladrón! —. Le grito el unicornio y le arrebató las pegatinas.

—No unicornio, no le digas así. Tu amigo el oso cometió un error del cual está arrepentido y vino a devolver lo que tomó. No debes de gritarle ladrón ni ofenderlo. Eso que hizo estuvo mal, pero que lo ofendas también lo está

 —Disculpa unicornio, es que me gustan mucho las pegatinas—. Dijo.

—Pero no debiste tomar las mías, si me las hubieras pedido yo las compartiría contigo.

—Aún puedes hacerlo —dijo la mamá unicornio— el oso nunca más tomará nada sin permiso de otro dueño. Ahora pasen a jugar y yo les buscaré unas golosinas.

—Está bien —dijo el unicornio— no lo vuelvas a hacer, seguiremos siendo amigos porque te arrepentiste y me devolviste mis pegatinas. Gracias. Toma la mitad.

 Y se pusieron a jugar felices, pero recuerden amiguitos, jamás deben de tomar algo que no es suyo sin permiso. Eso se llama robar, y es muy malo.

 Y colorín colorado este cuanto se ha acabado.

Cuento ideado por Emili Ilias.

Los quiere su escritora

Bris