Es el año número 26 de la Guerra de Recursos. Dentro de una habitación en una estación espacial que orbita el planeta Tierra se encuentran Nathan y Timothy, un ingeniero en redes y topógrafo, intentando conectarse a una red de internet desconocida. Mientras Timothy programa comandos para conectarse a esa red, le agradece a Nathan por haberlo llevado a esa estación espacial para probar su experimento después de que se lo presentaran a la familia de Noah y Nathaniel, quienes ahora se encargan de su proyecto de Prosperidad y Subsistencia de la Raza Humana en el Futuro.
Cuando Timothy logra establecer la conexión, escribe unos comandos más para intentar abrir la red. Luego presiona el botón de Enter en su computadora y logra abrir una curiosa página web que muestra la palabra Spacenet en grande en la parte superior de esta, seguido del top 10 de Clasificación Universal de Inteligencia de las Razas Alienígenas y un menú con botones que guían a información sobre las distintas razas alienígenas que existen en el universo. Al observar esto, Nathan y Timothy celebran esta nueva meta chocando los cinco con sus manos. Luego Timothy le pide a Nathan que reúna a todos en el salón principal de la estación espacial para presentarles este posible nuevo logro para la humanidad. Nathan sale de la habitación y corre mientras Timothy investiga la nueva red.
Todos los residentes de la estación espacial están dentro del salón principal charlando mientras esperan a Timothy. Entre ellos esta Nathan sentado en la silla frente a una mesa hablando con una chica de pelo grisáceo que es su mejor amiga, y nieta del difunto Noah. Poco después Timothy entra al salón principal y camina hasta un escritorio que se localiza detrás de un tubo pegado a una pared. Timothy conecta su computadora a ese tubo mediante una conexión HDMI inalámbrica, para que el tubo proyecte un holograma de la pantalla de esta, mostrando la página de la Spacenet. Timothy se asegura que el holograma se vea bien, y empieza su presentación sobre su reciente descubrimiento.
—Hace unos meses, cuando estaba de expedición en el centro de la Antártida estudiando el terreno nuevo liberado por el derretimiento de los glaciares, mi computadora detecto una extraña señal que no había visto antes— pasa a la próxima diapositiva de la presentación, donde se ve una curiosa página web—. En el navegador apareció esta página web, que mostraba un título en grande con el nombre Spacenet, una clasificación de, al parecer, las razas alienígenas más inteligentes del universo; y un menú con varios botones que dirigían a información sobre aquellas razas extraterrestres. Incluso había información de nuestra raza. Después de la expedición intenté conectarme a esa red nuevamente varias veces y de distintas formas, hasta que hace unos minutos encontré la manera.
Timothy pasa a otra diapositiva en la cual se ve el nombre de una red de internet, y les indica a todos los presentes en el salón principal conectarse a ella. Todos, mediante una tecnología de escaneo de imágenes integrado en los smartwatches de cada uno, analizan la diapositiva para en cuestión de milisegundos entrar a la Spacenet. Todos quedan asombrados al ver la página web que se muestra en las pantallas holográficas de sus smartwatches.
—Para conectar a esta red, utilice una señal llamada Sun-Li, la cual utiliza la luz del sol para de forma inalámbrica para conectar a internet— Timothy continúa explicando—. Sin embargo, esta conexión no es perfecta.
De pronto a una persona del salón se le desconecta la señal, apareciendo un aviso de esperar ocho minutos para reestablecer la conexión.
—La luz del sol dura un aproximado de ocho minutos en llegar a nuestro planeta, lo cual a veces puede que ocurran desconexiones en las cuales tengan que esperar ese tiempo para que la señal vuelva— menciona Timothy—. Otra alternativa para conectarse era almacenar energía del sol en una esfera de Dyson, pero con nuestra tecnología actual duraríamos años en construirla. Pero con esto podremos seguir investigando aún más detalles sobre el universo. Incluso quien sabe, lograr nuestro primer contacto con algún ser extraterrestre.
Gracias a la conexión de la Spacenet en aquella estación espacial, la humanidad pronto supo sobre la existencia de otros seres inteligentes fuera del planeta Tierra. Fue un acontecimiento sin precedentes. Timothy continúo investigando y programando la señal Sun-Li para mejorar la conexión a la Spacenet, hasta que lograr contactarse mediante mensaje a texto con alguien que parecía ser un alienígena.
Días después, Timothy vuelve a llamar a todos al salón principal de la estación espacial para realizar algo que la humanidad anhelaba desde hace muchos años, el contacto cara a cara con un ser extraterrestre. Timothy enciende la pantalla holográfica, mostrando al instante una videollamada con el rostro de un extraño ser de piel roja, ojos semicirculados de color verde colocados en diagonal y una fila de pequeños apéndices curvos que reemplaza la parte en la que debería estar su boca.
—Es un gusto conocerlos, terrícolas— dice el alienígena comunicándose mediante un idioma humano que todos en la estación puedan entender—. Soy Takmag, un ser de una raza alienígena llamada Molav. Los contacto desde la sede principal de La Unión Universal de Razas Alienígenas, una organización que procura la paz, prosperidad y supervivencia de cada raza alienígenas existente en este vasto universo. Desde hace mucho tiempo hemos querido contactarnos con ustedes, pero debido a su escasa tecnología no lo logramos hasta ahora. Es increíble que pudieran conectarse a la Spacenet sin utilizar una esfera de Dyson.
—Sin embargo, tenemos una conexión limitada— menciona uno de los presentes en el salón principal.
—Lo se. Así que, como dicen ustedes, vayamos directo al grano. He leído mensajes de texto que me ha pasado Timothy sobre que ustedes están pasando por una situación muy grave en su planeta— expresa Takmag.