Un enemigo inalcanzable.
Unas horas más tarde después de haber capturado a Dante este fue llevado al cuartel 51, Edward ordena a sus hombres que lo lleven a la sala de interrogatorios, la sala era una habitación totalmente oscura, el único medio de luz en el cuarto era la lámpara que colgaba sobre la mesa donde se encontraban los grilletes por donde pasaban las cadenas que aprisionaba las manos del interrogado, en el suelo de la habitación se encontraban los demás grilletes estos se encargaban de aprehender las piernas del sujeto.
Dante se encontraba en total silencio, este silencio es bruscamente interrumpido por el portazo que da Edward para entrar a la habitación. Dante espera impaciente para ver el rostro de aquel que podría ser su verdugo, Edward toma su tiempo y entra lentamente a la habitación generando aún más incertidumbre en el ambiente, acerca una silla donde se encontraba Dante y luego procede a sentarse hasta quedar frente a frente.
—¿Dante es tu nombre verdad? — pregunta Edward.
—¿Dime todo este teatro es para causar miedo?— pregunta Dante.
—Ya veo, no contestaras ninguna de mis preguntas, sabes eres el primero que sale del otro lado de la brecha que por lo menos parece humano. Capturamos a muchos de tus aliados, pero todos parecían bestias sin alguna pizca de inteligencia—habla Edward con una mirada desafiante en su rostro.
Después de escuchar las palabras de Edward, Dante empieza a reír sin parar, su risa simplemente para cuando Edward se levanta de su silla y golpea fuertemente la mesa.
—Las bestias que tu conoces solo son el lastre en una cadena de hombres más fuertes, la guerra querido verdugo apenas está por comenzar, los exploradores fallaron pero muy pronto conocerás a tus verdaderos enemigos— habla Dante con una gran sonrisa.
Edward se queda callado unos segundos y su mirada se posa fijamente sobre la de Dante inmediatamente el silencio es interrumpido por los múltiples golpes que propina Edward sobre el rostro de Dante, lo golpea impetuosamente y solo frena sus golpes cuando mira que la vestimenta blanca de Dante se tiñe del rojo de su sangre.
Edward con voz agitada pregunta.
—¿Por qué atacan nuestro planeta? ¿Qué quieren de nosotros?
—Yo solo soy un soldado, trabajo para ellos y saben la existencia de este reino, van a querer tener estas riquezas, yo trabajo para el reino de Urin pero existen muchos más reinos y todos van a querer una porción de estas tierras y ustedes no están preparados para pelear contra ninguno de ellos. Al amanecer la brecha será cruzada por el ejército dorado de Urin y anunciará el fin de su civilización y ni tú ni nadie podrá detener el paso de los guerreros dorados—responde Dante con una mirada penetrante.
Edward toma su localizador y llama a sus hombres, les ordena que informen a la alianza mundial del ataque que viene en camino, cuelga su localizador vuelve a sentarse en su silla y con una mirada tranquila le habla.
—Esperemos que digas la verdad, en la brecha estará el ejército más vasto que tus amigos hayan visto en su vida, mientras tanto te haré un poco de compañía.
En la brecha se reunía un ejército masivo nunca antes visto, este ejército era constituido por la alianza de las grandes potencias mundiales, el lugar costero donde la gran brecha se había originado se encontraba plagado de navíos y buques de guerra, el cielo se ensombrecía por la flota masiva de aviones de guerra junto con helicópteros que invadían el cielo, la tierra temblaba de los pasos que daban los grandes batallones que se movilizaban hacia la entrada de la brecha.
Justo como lo mencionó Dante cuando llegó el amanecer un ejército dorado marchaba desde el otro lado de la brecha, los hombres que marchaban con las armaduras doradas eran hombres como ellos ninguno era como las bestias que estaban acostumbrados a observar, el batallón de la tierra superaba enormemente al ejército dorado, pero en unas cuantas horas, el mar que estaba plagado de navíos y buques se miró reducido a barcos incinerados y escombros que flotaban sobre el mar. Del cielo los helicópteros y aviones de guerra caían como si fueran simples moscas, solo bastó unas cuantas horas para que el ejército de la tierra se diezmara a la mitad inevitablemente el ejército de la tierra tuvo que emprender la huida.
Mientras tanto Edward vigilaba sin quitarle el ojo de encima a Dante cuando se escucha un fuerte estruendo fuera del lugar, Edward alista su arma sale de la sala de interrogatorios y mira a sus compañeros totalmente degollados y con sus miembros esparcidos por todo el pasillo, junto a los cuerpos mira aquel monstruo que había salido tiempo atrás de la grieta. Antes de que Edward pueda reaccionar el monstruo desaparece, Edward se logra mover rápidamente pero aun con su agilidad el monstruo le roza la mejilla, Edward alista su katana y lanza un corte rápido directo al cuello del monstruo, pero antes de lograr acertar el golpe este desaparece. Edward retrocede tiene que pensar un plan rápidamente o en cuestión de segundos terminará pintando el pasillo con sus entrañas, Edward respira profundamente y acto seguido el suelo se cubre de sangre.
Editado: 22.05.2022