Mundos en guerra

CAPÍTULO 10

 Dulces encuentros

 

Han pasado treinta días desde que Edward se marchó al reino de los esclavistas y un poco menos desde que Chris fue confinado a una celda en Edemia, justo en lo profundo incluso más recóndito que los mismos calabozos donde eran encarcelados los prisioneros más peligrosos de Edemia se encontraba un Chris diferente al que pisó por primera vez el reino, en la prisión donde fue confinado no llegaban los rayos del sol Chris era alimentado como mucho una vez al día y si acaso se le podía llamar comida a las sobras que recibía, en la habitación donde este se encontraba carecía de un retrete o un lugar para poder realizar sus necesidades además de tener que convivir con sus propios desperdicios lo único que se le había otorgado como vestimenta era un simple trapo que apenas y lograba cubrir sus genitales, su cabeza había sido rapada y marcada con hierro candente la ilustración de un jabalí ( ilustración pensada por Dann).

 

El cuerpo de Chris no era el mismo de antes: sus labios se agrietaban debido a la resequedad que tenían, esto debido a que el agua que recibía era muy poca, a consecuencia de la mala alimentación las costillas de Chris sobresalen de su cuerpo junto con sus hombros y clavículas, sus ojos siempre estaban cansados y llenos de ojeras ya que Dann todas las noches designaba algunos guardias para que golpearan los barrotes de la prisión donde él se encontraba.

Las únicas visitas que Chris recibía era la de las ratas que se paseaban por la celda donde este se encontraba, Dann  lo visitaba esporádicamente para gritarle que era un asesino y jactarse de que pronto sería el nuevo rey de vez en cuando bebía unas cuantas jarras de cerveza en su cara para luego orinarse en la entrada de la celda, cada día que pasaba la mirada de Chris perdía un poco de su luz, las tormentas eran algo comunes en Edemia a veces estas estaban acompañadas de fuertes truenos que podían poner la piel de gallina hasta del hombre más duro, en una de esas noches tormentosas se encontraba Chris cubriendo sus oídos para intentar silenciar el estruendo que causaban los truenos sólo se quitó las manos de su cabeza cuando logra escuchar su nombre:

—¡CHRIS! ¡CHRIS!

—Leila eres tú… — pregunta Chris  algo confundido.

—No creo que nadie quiera visitar un traidor de la corona, excepto Dann para burlarse en tu cara—habla Leila con seriedad.

—Lo siento…— dijo Chris

—¡Basta! no quiero escuchar tus disculpas, te he traído unas hogazas de pan junto con una jarra de agua—dice Leila mientras observa el cuerpo de Chris.

Chris comía el pan rápidamente mientras tomaba grandes bocanadas de agua, observaba a Leila y no podía evitar que algunas lágrimas cayeran de su rostro, Leila observa a Chris, pero su mirada tenía una connotación seria y sin sentimiento:

—¿Sabes qué Dann mañana será nombrado el nuevo Rey de Edemia?, piensa celebrarlo decapitando tu cabeza enfrente de todo el Reino, muchos esperan con ansias el día de mañana incluso yo era una de ellas —habla Leila con severidad— pero alguien cree que tu alma tiene remedio y que eres un buen hombre.

 

Chris mira a Leila sin entender de quien está hablando antes de que pueda mencionar alguna palabra Leila sigue hablando:

 

—Sarah me visitó varias veces, es una chica astuta aprendió mi rutina del día y logró encontrar el momento para hablar conmigo, me vigilaba entre los jardines del castillo aprendió la hora en que tomaba mi baño en la alberca, incluso los días que me reunía con Dann y los generales de Edemia, las tardes en que visito la tumba de nuestro padre entre otras cosas de mi día a día. La primera vez que la conocí estaba  visitando la tumba de mi padre estuve a punto de llamar a los guardias pero menciono tu nombre dijo que eran muy buenos amigos, decidí escucharla no se miraba como una amenaza, cada palabra que salía de su boca era para defenderte y ella no comprendía porque estabas encerrado en una celda así que decidí contarle que su amado es un asesino y que había matado a su padre sin piedad—Leila pausa su relato para ver la mirada de culpabilidad de Chris—su mirada cambió repentinamente pero eso solo duro unos segundos, después continuó justificando y defendiendo tus actos hay personas que te aman incondicionalmente Chris.

 

Chris con las pocas fuerzas que tenía agarra fuertemente la muñeca de Leila:

—¡Dime!, ¿Está bien? si le paso algo te juro que no te perdonare—dijo Chris con ira.

Leila quita la mano de Chris de su muñeca y continúa con su relato.

—¡Calma! no estás en las condiciones de amenazar a nadie, apenas y sigues con vida—habla Leila con seriedad —después de que rechazara sus peticiones de liberarte continuó insistiendo, siempre encontraba la manera de hablar conmigo y que los guardias no la descubrieran, la verdad le tome cariño, la chica tiene bastante carisma de igual manera mi respuesta siempre era un rotundo no.

Chris añora la cálida presencia de Sarah. 

—Hasta que un día me encontraba en las afueras del castillo, tengo un lugar especial donde crecen las lilas más hermosas de todo el reino, eran las flores favoritas de nuestra madre— los ojos de Leila se vuelven vidriosos.

—¿Estás bien? —pregunta Chris.



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En el texto hay: traicion, aventura, amor

Editado: 22.05.2022

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