CAPITULO III
Así comenzó el andar de estos cinco jóvenes que creían en la misión que se les había encomendado. Era un largo trayecto el que tenían que realizar para llegar a aquel valle oculto, pero estaban tan entusiasmados que eso era lo de menos, porque para ellos, este viaje era una aventura increíble.
Sariel se convirtió en el guía del grupo, ya que él tenía el mapa y sabía cómo leerlo; Rafael se encargaba de buscar el agua y la comida; Uriel les enseñó la habilidad de volar por los cielos; en tanto Miguel y Gabriel ayudaban en todo.
Habían pasado ya noventa días desde su partida y según lo que marcaba el mapa, no habían llegado ni siquiera a la montaña que indicaba la mitad del camino, aunque a lo lejos era visible para ellos.
Los días pasaban y el lazo de amistad que los unía era cada vez más fuerte entre ellos; podían conocer más de cada uno, su vida, historia, gustos y sueños. Así mismo sin darse cuenta aumentaba su fuerza y su poder.
En un momento, Sariel y Rafael sintieron una extraña energía, por lo que decidieron adelantarse para investigar de dónde provenía.
—Escuchen, hay una especie de energía poderosa más adelante, pero no puedo identificar qué es exactamente, así que estén preparados —avisó Rafael.
—No me digas que tienes miedo —dijo Uriel riendo—. Si quieren yo iré delante para protegerlos niños mimados. —
—Seguro que moriremos antes con la comida que nos das…- murmuró uno de los jóvenes
— ¿Qué dijiste? —
— ¡No! ¡Nada, nada! —respondió Rafael.
Todos reían, olvidando por un momento el largo camino que les quedaba. Gabriel intervino:
—Bueno entonces vamos a ver qué es. ¿Dónde exactamente? -
—Es un poco más adelante -.
—Sí, justo donde el mapa marca el río, sea lo que sea debe de venir de allí —puntualizó Sariel.
—Vamos, entonces —dijo Miguel.
Llegando al río pudieron notar que no era uno cualquiera sino uno bastante grande y que había que cruzarlo obligadamente.
—Es bastante ancho y parece profundo así que sugiero que volemos por encima y listo. Así de paso ponen en práctica lo que les he enseñado —propuso Uriel.
Todos aceptaron la sugerencia de Uriel y comenzaron a cruzarlo por aire, teniendo en cuenta que hacía muy poco habían aprendido a usar esa habilidad, no eran tan veloces como ella. De repente una incontrolable presión los atrajo hacia abajo y el único que podía ver al causante de esta situación, fue Rafael, quien poseía la habilidad de ver lo oculto -.
— ¿Qué sucede, qué viste? —preguntó Miguel -.
—Puedo sentir un gran poder — intervino Sariel.
— ¡Es una especie de ser extraño en el río, puedo verlo! —dijo Rafael sorprendido
— ¿Qué clase de ser extraño? —preguntó Uriel.
—Hay que cruzar ya o nos caeremos al agua -.
Un estruendo salía de las profundidades como si fuera una voz potente. Mientras luchaban por no caer, sus cuerpos se volvían cada vez más pesados y sin poder sostenerse más cayeron como grandes piedras. Sorpresivamente Miguel creó un escudo en forma de burbuja gigante a su alrededor para que ninguno se ahogara.
—Miguel ¿cómo hiciste eso? ¿Cómo no nos dijiste antes que podías hacer algo así? —preguntó Rafael.
—No lo sé, solo imaginé lo que quería. – Les respondió
Y las tensiones se aliviaron con un momento de risas entre ellos.
—Qué gran imaginación ¡o sea que puedes controlar la magia! eres genial —dijo Sariel.
—Bueno, ahora pensemos cómo salir de aquí. ¿Puedes hacerla subir? —preguntó Rafael.
—La corriente es muy potente, de milagro puedo sostenernos sin ser arrastrados —respondió Miguel.
—Eso no es problema para mí —dijo Uriel—. Miguel, mantén la burbuja estable y haré que nos elevemos hasta arriba.
Uriel comenzó a utilizar su habilidad de controlar el aire y pudo elevar la burbuja hacia la superficie pero de repente, una luz en el agua comenzó a rodearlos y de la luz salió una voz que decía: «Yo soy el espíritu del río ¿Ustedes quiénes son y qué buscan en mis dominios? » -
— ¡Eras tú! No queremos nada contigo, solo queríamos cruzar y nos atrapaste, así que será mejor que nos liberes o ya verás.
— ¡Uriel! Tenemos que ser más amistosos —dijo Gabriel.
—Qué valor tienes niña. Estando en esa situación, te atreves a amenazarme -. Dijo el espíritu
—Por favor necesitamos que nos deje pasar, no fue nuestra intención meternos en sus dominios pero este era el único camino que teníamos —dijo Rafael.
—Veo que no hay mentira en sus palabras. ¿A dónde quieren ir? -
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Editado: 03.09.2020