Capitulo VII

CAPITULO VII

Yehadiel fue en busca de Asael y Ramael por orden directa del Patriarca, quienes tenían la orden de investigar la fuente de energía que estaba alterando la estabilidad de su planeta, sin embargo, estos dos hicieron contacto directo y se unieron a ella.

Los tres regresaban rápidamente de camino a Arcan pero la energía que los vigilantes habían absorbido comenzó a tener serios efectos en ellos. El hambre y sed repentinas eran uno de ellos, así también como el aumento de su poder y violencia. Yehadiel quien los escoltaba pudo percibir tal energía por lo que cierto temor lo invadió en su interior y esto pudo ser percibido por los nuevos y agudos sentidos de Asael y su compañera…

—Pero ¿qué significa esto? siento como si el poder de esos dos se incrementara bruscamente, como si hubieran superado al mío — Pensaba Yehadiel con preocupación

— ¿En qué piensas Yehadiel? — Preguntó Ramael

— Parece como si algo te preocupara. No será que nos tienes miedo ¿verdad? -

— ¿Tenerles miedo a ustedes? ¿Qué cosas dices? Al único al que hay que temer es a nuestro señor –

• Como tú digas — respondió Asael con una risa burlesca

Sin embargo estos dos ya casi ni parecían ellos mismos, solo pensaban en saciar sus deseos. Pronto llegaron al templo y se dirigieron todos al salón principal donde Shemihaza aguardaba impaciente…

— Creí haberles dado una orden a ustedes dos y lo primero que hacen es estar perdiendo el tiempo -

— Quiero saber… — empezó Asael — por qué mandó a ese inútil a buscarnos. Estábamos cumpliendo parte de nuestro trabajo que es investigar… -

En ese momento fueron interrumpidos por otro de los líderes estaba también en el salón pero ninguno lo habían notado…

— ¿Te parece prudente cuestionar las decisiones de nuestro señor? — preguntó Artaqof quien era la mano derecha y poderoso protector del Patriarca — ¿Y en mi presencia? -

Un gran temor invadió sus corazones al ver a este poderoso arcaniano que según se decía, formaba parte de los generales principales y más poderosos del rey luego del Patriarca.

—Lo siento mi señor yo… - con voz temblorosa y cabeza gacha, Asael se disculpaba

—Lo sentimos poderoso señor — intervino Ramael — Le pido por favor que perdone la impetuosidad con la que actúa mi compañero Asael, le prometo que no volverá a pasar -

— Espero que así sea si es que valoran sus vidas — se oyó con autoridad a Artaqof

— Está bien — acalló Shemihaza — Ahora díganme: ¿qué es lo que tienen para mí? -

— Si me permite señor quiero preguntarle algo — dijo Asael

• Adelante -

— ¿Es cierto que usted le permitió a Daniel vivir fuera de Arcan? -

—Ustedes solo deben hacer lo que les ordeno y nada más. Con respecto a Daniel, vino a mí a solicitar autorización y yo se la di no sé por qué genera tanto alboroto -

— ¿Pero mi señor sabe qué está haciendo en ese lugar? ¿sabe que está entrenando nuevos guerreros? -

— Estás molesto porque unos niños te dieron unos cuantos golpes y tu orgullo quedó por el suelo — interfirió Yehadiel

—Tú cállate o ¿es que quieres morir?

• ¡Ya basta!... Yehadiel por favor déjanos solos – Ordenó Shemihaza
• Como usted ordene mi señor -

— Escúchenme ustedes dos — dijo el Patriarca — no me interesa qué haga o deje de hacer Daniel con su vida y a ustedes tampoco debe importarles, lo que quiero saber es si pudieron hacer lo que les dije -

—Espero que sean buenas noticias y no solo hayan desperdiciado el tiempo con niños — dijo Artaqof.

—Pues déjenme decirles que sí — explicó Asael — hemos hecho un hallazgo bastante interesante y esto podría cambiar para siempre el futuro de AN y el nuestro también -

— Nos envió a investigar aquella oscura energía pero alguien ya había contactado antes con ella — explicó Ramael

— ¿Cómo es eso posible? ¿Quién fue? -

— Hemos podido seguir su rastro y nos llevó hasta Querb, donde dimos con el sujeto. Esto llamará más su atención — dijo Ramael

—Es un querubín, aunque distinto al resto de su raza, este posee una belleza y poder que supera por mucho a nuestros lacayos — añadió Asael.

—Entonces es un prodigio alguna mezcla tal vez — señaló Artaqof.

—No lo sé pero tiene a toda la ciudad bajo su control y lo mejor es que está planeando una revolución -

— ¿Una revolución? Tal vez se le subió el poder a la cabeza y quiere mi puesto como patriarca — dijo Shemihaza con una sonrisa burlona

— ¿Y por qué no lo trajeron ante nuestro señor? -

— Con todo respeto Artaqof lo que en realidad quiere el querubín es el trono del rey -

— ¿Qué has dicho? — preguntó Shemihaza.