Capítulo VIII

CAPITULO VIII

Los Arcángeles partieron rumbo al extraño lugar donde los gigantes les habían indicado. El camino era largo hacia su destino pero en el trayecto conocieron mucho del planeta, el mismo que ahora se convertiría en su nuevo hogar.

Debían estar preparados para soportar el tiempo de espera, los cambios climáticos y acostumbrarse a los alimentos que la naturaleza les proveía.

El cansancio se sentía mucho ya que aún no habían recobrado sus fuerzas por completo por lo que necesitaban comer y dormir más seguido. Esto llamó su atención pues nunca les había pasado antes…

- Chicos, debemos detenernos, es extraño pero siento que no puedo reponerme lo suficiente de las batallas que tuve…- Comentó Uriel

Al oír esto Rafael les dijo – Es cierto, yo también lo he notado y creo que tiene que ver con el oxígeno y hasta la misma naturaleza, es como si sus propiedades no fueran suficientes para nosotros –

- Si es así, esto implica un gran problema sobre todo en las batallas ¿Qué podemos hacer? – Preguntó preocupado Gabriel

Uriel se levantó y les animó diciendo – Amigos, lo único que debemos hacer es adaptarnos, eso será lo mejor para que nuestros cuerpos se acostumbren y así aumentaremos nuestro nivel, no se preocupen vamos a lograrlo… Ahora continuemos –

Pasado un tiempo, los jóvenes llegaron a una zona muy extraña del planeta, todo estaba cubierto de nieve y hielo, parecía más bien un océano congelado, las temperaturas eran tan bajas que congelaban hasta el aire y al parecer esto iba en crecimiento.

Uriel y sus compañeros continuaron avanzando y podían ver montañas enormes de hielo pero sentían una extraña presencia que habitaba en el lugar sin embargo no veían nada que les indique una entrada. Hasta que de tanto buscar lograron ver una fuente de agua caliente en el medio de la planicie congelada, el calor era abundante, así como la peligrosa energía que emanaba.

- Ahora entiendo porque nadie que sea de este planeta ha podido sobrevivir aquí – Dijo la chica

Los arcángeles decidieron bajar a investigar y al estar al lado de aquella fuente sus dañadas armas, que parecían estar muertas, comenzaron a brillar y vibrar de manera extraña…

- ¿Pero qué…? – Se preguntaban sorprendidos…

Con la incertidumbre en sus corazones, optaron por entrar a aquella fuente de agua caliente. Una vez dentro, nadaban rápidamente hacia lo profundo, hasta que misteriosamente salieron del agua, no podían entender claramente lo que estaba sucediendo.

Debajo existía un lugar oscuro y seco con abundante calor, muy espacioso, era como si alguien lo hubiera construido intencionalmente. Las armas no dejaban de rechinar, emitiendo ese horrible sonido.

Rafael se detuvo y dijo a sus amigos - ¡Esperen un momento! –

- ¿Qué sucede Rafael? –

- ¡Es extraño pero este calor y esta presencia ya la había sentido antes, estoy seguro! – Respondió el guerrero

Al adaptarse sus ojos a la oscuridad, comenzaron a distinguir pequeños rastros de cenizas en el aire que ardían levemente…

- ¡No puede ser, esta presencia es de…! – Rafael no acababa de finalizar la frase, que sus armas y armaduras se soltaron de ellos y se dispararon a la oscuridad y un gran calor comenzó a arder de tal manera que formó una gran ave de fuego que volaba como si estuviera viva…

- ¡ES EL FORJADOR! – Gritó el joven emocionado

- ¡¿Qué dices?! – preguntaron sus amigos con gran conmoción

Y misteriosamente sus armas legendarias se pusieron delante del ave y ésta les saludó con una voz imponente…

- “Sean bienvenidos a mi morada guerreros, los estaba esperando ansiosamente”–

Los jóvenes estaban enmudecidos y perplejos por lo que estaban viendo…

- Es natural que estén tan sorprendidos, sin embargo no es casualidad que yo esté aquí… Ustedes me conocieron en su planeta como el Forjador pero aquí mi nombre es “Fénix, el espíritu inmortal…”

Antes que nada deben saber que la verdadera guerra acaba de dar inicio. Y para eso ustedes, los Arcángeles, fueron escogidos y deberán combatir hasta el final.

El Rey de AN, aquel que todos veneran y jamás nadie ha visto, es la misma voluntad del universo, que es capaz de tomar la forma que desee. Así también los Titanes son los jueces encargados de ejecutar esa voluntad, pero tal poder, corrompe la mente de cualquier ser. Por lo que ellos tomaron sus propias decisiones y muy pronto regresaran de su letargo, del cual ustedes habían sumido con el sacrificio de sus vidas e intentaran destruirlo todo.

Es por eso que yo estoy aquí, mi trabajo desde siempre ha sido controlar las acciones de los Jueces, que esta vez serán conocidos como “Los cuatro Jinetes de la Revelación” o mejor dicho “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”.

Y ustedes serán los guerreros que combatirán con ellos… veo con asombro que cuatro de ustedes han salido ilesos del primer enfrentamiento…-

- Disculpe mi atrevimiento pero ¿ha dicho cuatro? – Preguntó Gabriel, mientras se miraban entre ellos confundidos