CAPITULO II
En el año 2025 en una importante universidad de la provincia de Tucumán, al norte de Argentina, se graduaba con honores en la carrera de Bioquímica, una inteligente joven de nombre Irene Gramber de tan solo 21 años de edad.
Sus padres provenientes del norte de Europa, migraron al país en el año 2000.
Con gran interés en el estudio de la genética, Gramber presentó una teoría sobre la evolución de los seres vivos basándose en un estudio propio de la sangre.
Dicho trabajo tuvo tanta repercusión en el ámbito científico que dejó impactados a varios estudiosos del tema en distintas partes del mundo, sobre todo en la gran potencia Norteamericana.
A pesar de lo brillante que comenzaba a ser la vida profesional de Irene, esto no cambiaba el hecho de que desde su nacimiento sufría una extraña enfermedad desconocida, la cual le provocaba severas convulsiones y fuertes ataques en su sistema motriz, paralizándola durante varios minutos. Y aunque los médicos le aplicaron distintos estudios clínicos, no pudieron determinar que era exactamente lo que ella tenía por lo que se inclinaron hacia lo psicológico, deduciendo que posiblemente la joven sufría de alguna especie de estrés.
Los padres de Irene, creyentes cristianos y desesperados por lo que aquejaba a su hija, llevaban su caso a las iglesias para que se hicieran plegarias por ella, sin embargo esto no mejoraba.
Lo que más les preocupaba era que en algunas ocasiones cuando aparecían los síntomas, Gramber no solo quedaba paralizada de cuerpo entero sino que también comenzaba a hablar un extraño dialecto, además de gritar y hasta algunas cosas se prendían fuego a su alrededor. Por lo que los reverendos de las iglesias le insinuaban que ella podría estar siendo poseída por alguna fuerza maligna y con urgencia debía ser asistida con un exorcismo. No obstante ambos padres se negaron a dicha práctica y así mismo por temor se lo ocultaron a los médicos. Cuando la niña se recuperaba les decía a sus tutores que había tenido sueños extraños y visiones, sin embargo ellos le prohibieron hablar de esas cosas con otra gente.
Desde los 15 años se le recetó una fuerte medicación para controlar los ataques a lo que al parecer fue de mucha ayuda ya que las convulsiones y otros síntomas cesaron rápidamente.
Desde entonces es que Irene comenzó a estudiar todo lo que tenga que ver con la genética y así algún día encontrar la cura para lo que ella padecía.
Todo iba bien hasta que cayeron los supuestos fragmentos del cometa en el año 2023.
Gramber se encontraba en su cama durmiendo en ese momento y cuando estos objetos hicieron impacto, repentinamente su cuerpo se encendió en llamas por completo provocando gran incendio en la casa. Las alarmas comenzaron a sonar y sus padres fueron a ver a la joven en su habitación que era consumida rápidamente por las flamas…
-¡HIJA! – Gritaban desesperados
Y al llegar hasta la puerta de la habitación, quedaron perplejos por lo que habían visto.
Irene estaba flotando en el aire en medio del abrumador fuego sin recibir daño alguno mientras éste la rodeaba, pero lo más sorprendente era que frente a ella había una espada enorme y mientras los padres gritaban y veían como el fuego avanzaba por toda la casa, la adolecente extendió su brazo para tocar dicha arma diciendo con una potente y desconocida voz: -“El Tiempo de la gran batalla se acerca”-
Al decir esto inmediatamente la espada absorbió el fuego y ascendió al cielo a gran velocidad e Irene cayó al suelo inconsciente manteniéndose así por cinco días.
Los bomberos al llegar pudieron ver como el fuego desaparecía por sí solo mientras subía al cielo en forma de remolino y las autoridades no encontraron respuesta para el extraño suceso que luego fue informado como una simple explosión por fuga de gas.
Al cabo de un tiempo, todo volvió a la normalidad para la familia Gramber, Irene se convirtió en una excelente científica con sus innovadoras ideas.
Poco después la joven fue contactada por una importante Organización creada por el gobierno de Los Estados Unidos, la cual se dedicaba al desarrollo farmacéutico de cara al mundo. No obstante su oculta y verdadera función era la Biotecnología avanzada y la nueva industria armamentista.
Dicha organización había presentado un poderoso proyecto futurista nacido desde sus descubrimientos en la zona de impacto del año 2023, tal proyecto fue aprobado y puesto en marcha al instante con el nombre de “El Nuevo Humano”…
La ambiciosa compañía comenzó a reclutar a los mejores jóvenes científicos superdotados de todo el mundo.
Con el slogan público de “Creando un futuro” fueron atraídos y convencidos de unirse al equipo y Gramber era una de ellos.
Los reclutas fueron trasladados directamente a un gran laboratorio secreto montado a varios kilómetros bajo tierra justo debajo de la zona de impacto que fue denominada como “Área 0”.
Una vez dentro de las instalaciones de la compañía, Irene comenzó a sentir la inquietante sensación de que en ese lugar había algo tenebroso pero misteriosamente familiar.
Mientras realizaba sus labores, descubrió muchos espeluznantes secretos ya que no todo era como les habían explicado en su reclutamiento.
Sus trabajos comenzaron a tratarse de peligrosos experimentos en humanos que según la compañía, eran voluntarios. A pesar de que trabajaban todo el tiempo, estaban constantemente bajo vigilancia, con cámaras y micrófonos por todas partes además de dos guardias por cada profesional.
Las instalaciones disponían de energía eléctrica ilimitada y los artefactos que manejaban eran de una tecnología jamás antes vista.