Mundos Fantásticos 3 - La batalla por el final

Capítulo XII

-“Ya solo quedan dos de ellos”-

 

Los arcángeles estaban frente a frente con los últimos jueces, uno era cubierto por una luz amarilla brillante y el otro de un resplandor negro como el vacío del espacio exterior. Esto no significaba para nada que sean los más débiles ni que la victoria sería fácil de conseguir.

Lo incomprensible de la situación era que ya no hablaban como antes, tal vez porque dos de ellos habían sido exterminados o quizás estarían planeando algo.

El silencio dominaba en la alturas, solo había miradas fijas y constantes, ninguno hacía un solo movimiento. Estaban estáticos como esperando la oportunidad perfecta para atacar. La temperatura había descendido tanto que el mango de sus armas se congelaba ligeramente por encima.

Un solo y mínimo crujir del fino hielo fue suficiente para que en un segundo diera inicio la pelea. La velocidad que utilizaban para moverse al golpear era increíble. El choque frenético de sus golpes, eran tan potentes que estremecían la tierra. Esta vez los titanes no iban a subestimar a sus oponentes, era una lucha del todo por el todo. Mientras el Patriarca se dirigía rápidamente hacia la zona de combate, podía percibir el gran poder. Shemihaza sabía que aunque los guerreros eran cuatro contra dos, la lucha era desigual ya que él conocía sus verdaderos límites y por eso es que se apresuraba a llegar.

En el mundo de abajo la combinación de fuerzas estaba dando frutos. En muchas ciudades los infectados habían sido exterminados y otros comenzaron a huir a lugares debajo de la superficie y alejados. Todavía quedaba mucho por hacer y por causa de la oscuridad se perdía la noción del tiempo. Hacía ya varios días que los relojes no daban la hora exacta y por las ondas magnéticas, todo aquello que le daba vida a la era digital dejó de funcionar.

La batalla en los cielos era intensa, a medida que luchaban contra los jueces, los arcángeles notaban que mientras sus adversarios se mantuvieran juntos sería imposible vencerlos y sus ataques combinados se sentían cada vez más letales. El cansancio comenzó a sentirse en ellos y los titanes avanzaban sin problemas.

 

-“¡Si seguimos así seremos derrotados, necesitamos separarlos!”-

 

- ¡Este será el fin de su existencia!- Dijo uno de los dos enemigos y cuando decidieron abalanzarse sobre ellos para cumplir con su amenaza, el patriarca apareció en frente del juez que se vestía de oscuridad diciéndole:

-¡¿A dónde crees que vas!? ¡Tú pelearas conmigo, “Magog”!-

-Pero tú eres…- Alcanzó a decir el titán, cuando los arcángeles con asombro exclamaron a una voz -¡¡El Patriarca!!-

Inmediatamente Shemihaza les dio la orden

-¡Ustedes derroten a Gog y déjenme este a mí!-

- Supongo que esos son sus verdaderos nombres- se dijeron entre los guerreros

-¡Excelente, entonces no lo hagamos esperar!-

 

El enfrentamiento que ahora parecía equilibrado con la llegada del líder arcaniano, reanudó. Pero algo estaba mal, la marca que estaba impresa en el brazo de Shemihaza lo estaba consumiendo poco a poco y Magog pudo percibirlo -¡Has sido marcado! Tu hora está cerca –

- ¡Ya cállate y terminemos con esto de una vez! – Le espetó el arcaniano mientras sentía como su fuerza se desvanecía lentamente.

Los arcángeles no estaban mejor aunque los jueces habían sido divididos, lo que no sabían era que la energía de la marca que el patriarca llevaba en su brazo alimentaba a los titanes volviéndolos invencibles.

- ¡Esto no tiene sentido! ¡Siento como si ese miserable es más fuerte ahora que cuando estaba con su amigo! – Exclamó Uriel confundida

Gog atacó gravemente a los jóvenes haciéndolos caer en un mar cercano, Shemihaza aunque intentaba ayudarlos no podía librarse de su oponente y al instante Gog lanzó un ataque que hizo desaparecer aquel mar. En tanto Magog le advirtió al arcaniano sobre lo que estaba sucediendo

- La energía que consume tu brazo nos alimenta y nos vuelve invencibles, esa energía nos llama y nos pide ayuda en otro punto del universo y debemos ir –

- ¡No puede ser! ¡Entonces lo que Azheloth dijo era verdad, sus señores manipulan a los titanes para que los liberen! ¡Y yo he sido su mensajero! ¡Maldición! –

Gog y Magog rodearon a Shemihaza y comenzaron a absorber la energía oscura que emanaba de la marca y sin poder defenderse gritaba por el dolor que esto le causaba. Sorpresivamente los guerreros arcanianos Sahariel, Baraqel, Kokabel y Yehadiel llegaron, heridos y con las pocas fuerzas que tenían intentaban salvar a su líder. Pero el poder de los jueces era inigualable ahora. Cada ataque que lanzaban se volvía contra ellos con más fuerza.

En las profundidades del abismo de aquel extinto mar estaban los arcángeles inconscientes. De repente un aura tranquila subía por la tierra debajo de Uriel y mientras cubría su cuerpo le daba calor y con una voz temple pero firme le hablaba…

-“¡Uriel, Uriel! Tú y tus compañeros fueron elegidos desde antes de nacer, siempre lo has sabido. Has jurado vencer al mal ¿acaso vas a rendirte? Aun no has usado todo tu poder y sabes bien que… ¡Ahora es tu turno para atacar!”-




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