Muñecas de porcelana

Capitulo Segundo

 

Pasaron los días y era el día de mi primera cita con Lucas. Estaba a punto de salir de casa cuando Richard tocó mi puerta, y yo abrí.

—Debo decirte algo— Dijo Richard queriendo entrar.

— Sé breve, tengo que irme— Dije cortante.

— ¿En serio tanto me odias?—Dijo Richard molesto.

— No te odio, solo no me gustas—Dije.

Richard se metió a mi departamento y cerró la puerta, comenzó a acorralarme contra la pared.

— ¿Si te beso aceptarás salir conmigo?— Dijo Richard.

Al ver mi expresión asustada, se detuvo antes de besarme.

— Perdóname, olvida que esto pasó, ya no te molestaré, olvidemos nuestra amistad— Dijo Richard abriendo la puerta y marchándose.

Sonreí, al fin me había librado de él, ahora solo me concentraría en Lucas. Llegó Lucas a mi casa y me llevó en su auto, Lucas estaba vestido con un traje y estaba peinado, llevaba loción, y yo solo pensaba en lo afortunada que era de estar con él.

Vendé mis ojos y hasta que el auto se detuvo me pidió desvendarme los ojos. Al ver lo que había frente a mí, casi lloro de emoción.

— No lo puedo creer— Dije emocionada.

Me había llevado al museo de fotografía que siempre había querido ir, pero por alguna extraña razón nunca había podido.

— ¿Cómo supiste que era mi sueño venir?— Dije abrazándolo.

— Vi tu Instagram y noté lo mucho que amas la fotografía— Contestó Lucas.

Sonreí y bajé del auto, apresurando a Lucas para entrar al museo. Observamos todas las fotos y Lucas me tomaba fotos en las imágenes más impactantes.

Poco a poco mi corazón dejaba de ser mío, ahora pertenecía al hombre junto a mí. Ese hombre tenía todo lo que yo quería, él amaba la fotografía y el arte, me ponía nerviosa con solo mirarme.

Tomé una foto de los dos y la subí a Instagram, obteniendo muchos "me gusta".

— Siento que tú y yo somos almas gemelas, conectamos tan rápido— Dijo Lucas sonriendo y tomando mis manos.

Mi corazón no dejaba de latir y era extraño cómo en solo una semana me había perdido en él.

— Gracias por llegar a mi solitaria y triste vida— Dije con lágrimas en los ojos, recordando que toda mi vida había sido una tortura.

En ese instante, él me acorraló contra la pared y comenzó a besarme apasionadamente, yo también hice lo mismo. De repente, en mi cuello dejó una marca de chupetón con sus labios.

— Alguien nos va a ver, y dirá que vayamos a un motel— Dije con la voz exaltada.

Él sonrió y dijo en silencio:

— Así sabrán que me perteneces —.

Sonreí a medias y seguí su juego.

— Desde que llegaste a mi vida, ya era tuya—.

Vi cómo su rostro se iluminó al escuchar esas palabras, e ignoré el hecho de que solía actuar muy posesivo.

Al día siguiente en el trabajo traté de ocultar la marca del chupetón, aunque sin éxito. Richard lo vio y pude sentir cómo se quebraba más su corazón.

Vi entrar a Lucas a la oficina, él estaba vestido y peinado como siempre, pero en mi mente solo existía el hombre arreglado de ayer.

— ¿Por qué no vienes como estabas en la cita?— Le dije al oído.

— Porque podría perder el control e intentar besarte aquí mismo — Dijo Lucas.

Me sonrojé y corrí hacia el baño. En el camino no dejé de pensar en el por qué era tan distinto adentro y fuera de la oficina. Total, no le tomé importancia y me lavé las manos, hasta que escuché una pelea.

Me acerqué a la multitud y pregunté qué sucedía. Antes de escuchar alguna respuesta, vi cómo Richard golpeaba a Lucas, teniéndolo en el suelo.

Julia, la chica que amaba a Richard desde hacia un año, corrió hacia el y tomo sus puños con sus pequeñas manos.
Yo fui a levantar a Lucas y mire molesta a Richard.

Tome el botiquín de primeros auxilios y comencé a poner ungüento en los labios de Lucas.

— ¿Por qué te dejaste golpear?—  Dije preocupada.

— Por que si regresaba el golpe me atraería consecuencias — Dijo Lucas sonriendo.

Cada vez que veía esa sonrisa me derretía aún más por el.

— Por favor nunca le sonrías asi a otra mujer— suplique a Lucas.

Lucas me beso en la frente, y yo me sonroje  como una niña. En un instante me imaginé una vida a su lado, envejecer juntos, este chico era mi alma gemela.

Nos fuimos a nuestros escritorios y en cada oportunidad nos mirábamos sin disimular.

De repente una compañera dijo alarmada la última noticia: Kyme Rocha había sido encontrada, se discutía si su muerte había sido un suicidio o un asesinato.

Había sido encontrada con el pelo decolorado de rubio cenizo, uñas pintadas de rojo, labios rojos y un vestido negro con zapatillas Rojas.

Mire mis zapatillas rojas y no deje de temblar por el miedo de ser la siguiente.

continuará

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.