Muñecas de porcelana

Capitulo Sexto

—¿A que te refieres?— Dije nerviosa

—  Hace tres días que tu pobre hermana hizo tu funeral — Dijo girando el anillo de su mano derecha....

Las lágrimas salieron de mis ojos, y respire profundo.

— ¿Por qué me hacen esto?—

—  Somos Psicópatas, así nos divertimos —

Aún me costaba creer que Lucas fuera lo que me decía su hermano.

— Lucas, no es un psicópata, él me ama —

Ronald sonrió y comenzó a reírse a carcajadas como si hubiera dicho un chiste.

— Nosotros no sentimos ese tipo de cosas —

Lucas entró a la habitación y caminé hacia él.

— ¿Él está mintiendo verdad?— Le pregunté a Lucas con la esperanza de que fuera mentira — ¿Tu me amas no es así?

Lucas sonrio y tuve la esperanza por un momento, hasta que comenzó a apretar mi cuello con solo una mano.

— No, ni siquiera por un segundo — Contestó Lucas.

— ¡Estás mintiendo! —  Grité con la poca fuerza que aún había en mis pulmones.

De repente su hermano Ronald trajo consigo aquella Barbie que mi hermana me había regalado. Lucas soltó mi cuello y puso en mis manos esa Barbie.

— ¿Quieres saber quién la hizo?— Dijo acorralandome contra la pared, mientras Ronald observaba con emoción.

Algo me decía que Lucas la había hecho, y rei como loca ante él.

— ¿Así qué por eso íbamos demaciado rápido en nuestra relación?—

— Claro, era una pena no tenerte en mi colección — Dijo emocionado.

Mire hacia la pared que se encontraba atrás de la cama. Y vi fotos de mujeres hermosas vestidas de rojo y otras de color negro, también a la chica que antes nos había traído café.

— Solo faltas tú, ¡ahí!— Dijo señalandome.

Mire hacia donde me señaló, y a la chica que estaba antes de dónde estaría yo. Era Kyme Rocha la chica que había desaparecido y había sido encontrada muerta por posible suicidio.

De repente entraron 5 mujeres de las que estaban en las fotos de la pared, todas vestidas, maquilladas y peinadas pareciendo unas muñecas de porcelana.

Sonrían ante Ronald y Lucas, esperando su buen trato.
Las chicas me miraban con lástima y celos al mismo tiempo. Y mi corazón se partía al imaginar que Lucas había tenido que estar con ellas.

Las chicas me llevaron a la habitación que compartíriamos a partir de este momento.

Todas me miraban atónitas, pues mis ojos no dejaban de llorar.

— Ya no llores, no les gusta vernos con los ojos hinchados—  Dijo una de las chicas— Mi nombre es Kaitlyn.

— Pero no puedo dejar de hacerlo —.

—  A partir de hoy debes vivir como una muñeca, siempre debes verte linda— Dijo otra chica— Por cierto yo soy Katy.

—Yo soy Karen— Dijo otra chica.

—Yo Karla— Dijo otra chica.

— Yo soy la que más tiempo lleva aquí, soy Keisy—

Al ver que eran amables, les pregunté si habían intentado huir. A lo que todas me miraron asustadas.

— Huir pondría tristes al Señor Ronald y al señor Lucas — Dijo Keisy retocandose el maquillaje .

Me frustré al ver cómo veían a ese par de psicópatas como Dioses. Si ellas estaban conformes yo no lo estaría.

En la primera oportunidad lo haría, no me quedaría a vivir como una muñeca viviente.

Al menos había descubierto que Lucas tenía un lunar en la oreja izquierda, y Ronald en la derecha, Así podría actuar ante cada uno de ellos.

Así que cuando entró Lucas a la habitación supe distinguirlo de inmediato.

— Hoy pasaré la noche con una de ustedes— Dijo.

Yo me oculte entre las chicas. Pero resultó en vano. El tomó mi mano y me jalo hacia el, obviamente la mejor opción era hacerle creer que habia aceptado mi destino.
Llegamos a su habitación y el prendió todas las velas aromaticas de su habitación.

— Desearía que no fueras un psicópata— Dije en la esquina de su cama esperando lo inevitable, que me violara o yo terminara aceptando.

El puso música fuerte en la habitación. Y me abrazó.

— Lo siento —   Dijo abrazándome.

— Lo que vayas a hacerme, Hazlo pronto— Dije temblando.

— Está es la única manera en que te pude salvar— Dijo levantando mi blusa.

Cerré los ojos, y el solo quería ver mi herida de bala.

— ¿No vas a violarme?— Dije asustada.

— ¿Por qué creés qué te digo qué te salvé?— contesto mientras ponía cicatrisante en mi herida.

— ¿Está es tu manera de salvarme?— Le pregunté algo molesta.

— Créeme mi hermano no te hubiera tenido compasión— Dijo tomando mi mano.

El extraño comportamiento de Lucas me tomó por sorpresa una vez más.

— No quiero que seas de nadie, solo quiero que seas mia— Dijo Lucas.

— ¿Y para eso debes apartarme del mundo? — Le pregunté mirándolo a los ojos.

— Si—.

Continuará....

Holaaa cómo están.

Le estoy agarrando coraje a Lucas.

Richard te extrañamos, perdón por tu evento canónico.

Si les gustan voten y comenten esa historia

pronto haré el siguiente capítulo.

 

 


 

 




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