Muñecas de porcelana

Capitulo Septimo

Aún quería creer en Lucas, olvide que me había ahorcado y me había convertido en una muñeca más en su colección.

Todos los días me pedía pasar la noche con él, aún que solo para que acariciara su pelo mientras dormía. Él decía que solo de esa manera dormía en paz. Olvide lo malo y de un momento a otro, abandone la idea de huir.

Siempre que me veía más como una muñeca, Lucas me sonreía más, y traía a casa mí pastel de tres leches favorito. Y en mi mente imaginaba mi vida con él. Aveces pensaba en Richard, y imaginaba que ya me había olvidado, eso era lo que merecía.

-Ire a Japón a una junta de negocios- Dijo Lucas mientras desayunábamos juntos- Te dejare a cargo de mi hermano-.

Asentí con la cabeza, desobedecerlo lo molestaria, y dejaría de tratarme como lo había hecho hasta ahora.

- ¿Antes de irte podría ver desde lejos a mi hermana? - Dije mientras servía su te helado favorito - Te prometo no huir.

- Aún si intentas huir, habrá consecuencias cariño, soy un hombre importante - Dijo cortando la carne con un cuchillo.

Aún seguía amando a Lucas, y también le temía, el ya no era aquel chico amable, y romantico del que me habia enamorado ahora era un ser violento que no le importaba lo que yo sintiera, terminaba doblegada ante él, cada ves que recordaba lo facil que era para él asesinarme.

- Claro que te llevaré- Dijo tomando las llaves del auto.

Sonreí emocionada, era la primera vez en tres meses que la vería. Llegamos adónde estaba mi hermana, para mí sorpresa estaba en el cementerio, coloco unas rosas en mi lápida y comenzó a llorar desconsolada.

- !Hermanita, te extraño! -

Su cara era irreconocible, sus ojos hinchados, su piel marchita y las ojeras pronunciadas, mis lágrimas cayeron como un diluvio.
Por un segundo, no me importo la amenaza de Lucas y corrí hacia ella, pero fracase ya que Lucas me tapo la boca y me arrastró hasta su auto.

- Eres una maldita perra - Dijo mientras cerraba los vidrios del carro y conducía hasta su mansión.

Yo no paraba de llorar y el se enfureció aún más. Y comenzó a golpear el volante del auto.

Al llegar a la mansión me arrastró hasta la habitación de torturas, a la cual sería mi primera vez entrando.

- Rompiste tu promesa cariño-

- Por favor, perdóname-

El me postró en una cama y me ato de pies y de manos. Observaba sus herramientas de tortura como si fueran sus juguetes.

- Te dije que habria consecuencias- Dijo mientras se acercaba a mi con un cuchillo puntiagudo.

En eso entro Ronald a la habitación y comenzó a golpear frenéticamente a Lucas.

- ¿Estas loco?- Dijo Ronald.

- Esa perra no cumplió con su promesa-.

- Te permití hacerte pasar por mi, con la condición de qué no trataras mal a Kendall-

Miré la oreja de cada uno y había cometido un error fatal, con razón Ronald se había cubierto las orejas con el pelo.

- ¡Nosotros secuestramos para divertirnos!- Exclamó Ronald .

- ¡ Yo estoy cansado de hacer eso! - Contestó Lucas.

- ¡No me digas que esa perra te ablando!-

- Ella es la primera mujer que he amado -.
- Tú no conoces ese sentimiento- Dijo Ronald con el labio roto y riendo como loco.

Lucas me abrazó y yo no correspondi ese gesto, estaba confundida. Y si se trataba de otro de sus juegos no sería capaz de seguir viva.

Salí de la habitación y las demás chicas estaban sorprendidas, ya que no había un solo rasguño en mi cuerpo.

- ¿Intentaste huir de Ronald?- Dijo Keisy

- Yo solo quería abrazar a mi hermana-

Caí al suelo envuelta en llanto.

- Todos siguen sus vidas, y pronto ella dejará de llorarme - Dije- Prefiero morir ahora mismo.

Rompí un espejo y tomé uno de los vidrios que cayeron al suelo. Corté mi muñeca con un vidrio y justo en ese momento Lucas o Ronald, ya no quería saber realmente quien era quien, trato de detenerme pero fue en vano.

- Estoy cansada - Dije mientras la sangre goteaba al suelo -.

Continuará...

 

 

 




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