Muñecas de porcelana

Capitulo Diesisiete


— La recompensa será tuya pero hazme un favor— Dije de rodillas ante la desconocida — Llévame al Hospital Skyblue—

— ¿Estás segura?— Preguntó mirando mi estado fatal.

— Si— respondí — necesito ver a mi ex prometido—

Realmente necesitaba saber si era Lucas chequeando su brazo, estaba enferma de ser engañada una y otra vez.

— Te llevaré en cuanto amanezca, ¡solo que en ese estado no!— Dijo la mujer dándome un cambio de ropa limpia unas sandalias y una toalla— Mi nombre es Kimberly Johansson.

— Gracias, por ayudarme — Dije agradecida—.

Tome las cosas que me había dado, y caminé hacia el baño, era un baño bastante ordenado, sus paredes rosas y el piso blanco me hicieron sentir cómoda, me dí una ducha. Al oler el shampoo y el jabón de tocador sentí una enorme satisfacción, Richard nunca me dejó utilizar jabón y shampoo para asearme, ya que según mi esencia se perdería entre esos químicos.

Me di una ducha rápida y me detuve delante de él, un espejo en forma de rosa en el baño. A través del espejo me di cuenta que ya no podría ser la misma persona de antes, ahora en mi mirada se notaba la desesperación y sobre todo mi sed de venganza.

Sali del baño con ropa limpia y caliente, pero aún seguía hambrienta, pero me daba pena mencionarlo. Para mi sorpresa, Kimberly tenía algo de comida caliente para mí.

—Soy mala en la cocina, por lo que si no te gusta puedo hacer otra cosa—dijo Kimberly ruborizada.

Intenté una cucharada de estofado, y no pude dejar de comer hasta que terminé mi plato.

— ¡¿Que dices?! ¡Esto está delicioso!— Dije emocionada.

Levantó una ceja, no podía creer lo que estaba diciendo.

— ¡Es la primera vez en dos meses qué pruebo algo tan rico!— llore emocionada.

— ¿Pues que comías para que una sopa recalentada te sepa bien?— pregunto kimberly sorprendida.

- A veces solo vegetales cocidos -respondí- Pero antes, cuando vivía con mi prometido, quería ser menos guapa, así que comía casi nada.

—No entiendo, ¿por qué quieres ver a tu prometido?—.

— Él está en coma y el hombre que me secuestró es probable que tenga algo que ver con su accidente— Respondí levantándome de la mesa y llevando los trastes al fregadero para lavarlos — El me dijo que no le haría daño si no me escapaba pero no cumplió con su palabra.

Termine de lavar los platos y los acomode en su lugar.

— Ya está amaneciendo — Dijo Kimberly tomando las llaves de su auto — Vámonos.

Caminamos hacia su auto y entramos en él, puso la dirección de donde queríamos ir en el Maps y esté nos dirigió.

— Tus padres o hermanos deben estar impactados con la noticia de que estás viva— Dijo Kimberly encendiendo su teléfono mientras manejaba .

- Solo tengo a mi hermana y en el momento en que vaya a ella no voy a ser capaz de pensar en la venganza- dije con una sonrisa de costado.

— ¿No es más fácil hablar con la policía que vengarse? —Kimberly me preguntó.

— El hombre que me secuestró no es solo un secuestrador, es un asesino en serie— Dije nerviosa, pues él me doblaba en fuerza y una venganza contra el sería casi imposible — el asesino a alguien justo frente a mí.

— La justicia lo hará pagar—.

- Tengo que hacerlo por las víctimas, él no merece estar en una prisión cómodamente- contesté - No cuando él ha disfrutado cada cosa que hace.

— Tienes razón, al final de cuentas mi hermana falleció por circunstancias sospechosas hace mucho tiempo y haría hasta lo imposible por vengar su muerte— dijo Kimberly con los ojos rojos aguantando las ganas de llorar.— Pondré música no quiero que me veas llorar.

Asentí con la cabeza, realmente la música había dejado de gustarme hacia mucho.
Su teléfono comenzó a reproducir la canción de Aerials de Sistem of a down la canción favorita de Lucas, derrame un par de lágrimas, esa canción me habia recordado la noche en que me entregue a él. Llegamos al hospital  Skyblue en media hora.

— Toma — Dijo Kimberly dándome unos lentes y un cubrebocas — Te van a reconocer si no llevas puesto esto.

Sonreí a Kimberly y le pedí acompañarme, 
ya qué ella me había ayudado bastante.
Entramos al hospital sin siquiera tener certeza de dónde estaría Lucas.

Caminamos por los pasillos de ese enorme hospital esperado encontrar la habitación donde estaba Lucas.
Me desespere al estar buscando por más de una hora.

— ¿Crees que este aquí?— Dijo Kimberly agotada.

— Estoy casi segura — Respondí.

Estaba a punto de rendirme, pero escuché una voz familiar por aquellos pasillos así que lentamente me acerque a ese hombre y toque su hombro.

— ¡¿Quien eres?!—  Dijo Ronald exaltado.

Baje mis lentes oscuros un poco para que Ronald pudiera reconocerme. Y efectivamente él me reconoció, me llevo a la habitación de Lucas.

Mire a Lucas postrado ante esa fría cama, inerte, como un muñeco que a pesar de los moretones en su cuerpo seguía viéndose tan hermoso como el primer día que lo ví.
Me acerque a el y tomé su mano izquierda, levantando la manga de su brazo. 
Vi la enorme cicatriz que me había pedido que mirara para asegurarme de que era él.

—¡ Levántate, por favor! — Dije apretando su mano.

— ¡Si tú nunca te hubieras ido de su lado, el estaría bien!— Grito Ronald.

La unica persona que me protegía del odio de Ronald, era mi amado Lucas. Ahora debía ser más fuerte y no llorar ante nadie.

—¡¿Crees que no me arrepiento de nada?! _ dije molesto.

Un doctor entró a la habitación y nos pidió que guardaramos silencio.

— ¡Dime! ¿Que harás para demostrar que tú te arrepientes? — dijo en voz baja.

— Creo que estoy embarazada— Dije tomándome de la mano de Lucas.

Ronald comenzó a reír como loco, hasta que recordó que su hermano le dijo que había dejado de ser virgen.

— El único hombre que he amado es tu hermano —.

Ronald se acercó a Kimberly ignorandome por un momento.




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