La tranquilidad del infierno

Ya han pasado unos meses desde que comencé a quedarme con Ray y Sara, el invierno no se había hecho esperar, fue un tiempo de tranquilidad, los mutos estaban en su estado de hibernación por lo tanto no tuvimos muchos problemas alrededor, habían noches en las que me sentía como si aún estuviera en la camilla fría mientras los doctores le hacían cosas a mí cuerpo e ignoraban mi dolor, había otras en las que podía ver los rostros de todos aquellos que habían muerto, en otras sentía que estaba de regreso a las celdas y a la arena luchando por mi vida, sin embargo, había otras en las que soñaba con hermosos momentos. Los ataques habían ido descendiendo tanto que ya casi no los sentía, solo notaba como a veces mis venas se tornaban negras, aquellos días prefería quedarme encerrado en mi habitación, Ray puede que me haya dejado quedarme pero aun así habían momentos en los que me veía extraño, en especial cuando mis venas se marcaban de aquella manera, Sara solía recordarme muchas veces a Caisy, en especial por el tipo de muñecos de nieve que hacía, muchas veces pienso que me habría gustado que ambas se hubieran conocido, muchas veces veía a Caisy triste por no tener una amiga con la que pudiera jugar.

El invierno ya se había retirado dado paso a la primavera, Ray me ha enseñado a cultivar todo tipo de verduras y frutas en un invernadero que habíamos conseguido construir, en las noches escuchaba como le cantaba a su hermana mientras tocaba la guitarra, era un tanto nostálgico ya que recordaba a mi hermana y todas las veces que cuando no peleábamos, cuando reíamos, aquellos momentos en los que teníamos conversaciones secretas y las muchas veces que ella cuidaba de mí.

- ¿Ángel has visto mi rifle? -

Vi como Ray había entrado a la casa con una cara de preocupación.

-Esta en el armario...-

Saco rápido su arma y volvió a salir de la cabaña, por su rostro pude notar mucha preocupación, así que rápidamente fui y revise, Sara estaba en su pieza distraída mientras pintaba con crayolas en su mesita, cerré e inmediatamente tomé mi wínchester mientras iba con Ray, cuando lo encontré estaba retrancado sobre el suelo viendo por la mirilla de su rifle de caza, volteo un momento y al verme me hizo señas de que me agachara así que lo hice y me acerque, al principio no entendía qué era lo que veía, hasta que note un ligero movimiento entre los árboles, era alguien e iba a corriendo, vi en la dirección de la que venía y pude ver una horda de zombis acercarse, había 4 cuadrúpedos, 6 mutos normales y 3 grandes.

- ¿Qué hacemos? -

-No sé, si disparamos podemos revelar nuestra posición y no quiero poner en riesgo a mi hermana-

- ¿Vas a dejarla morir? -

-No sé, pero desde acá puedo ver que lleva una herida en su brazo ¿Qué tal que sea una mordida? -

-No podemos dejarla-

- ¿Qué propones? -

Me quedé pensativo un momento, luego recordé lo que había aprendido en este tiempo así que tomé varias piedras del suelo y las puse en mi chaqueta.

- ¿Ángel qué estás haciendo? -

-Tú solo cúbreme-

Baje rápida pero sigilosamente por esa colina y corrí entre los árboles buscando a aquella persona, cuando la vi pude notar que era una muchacha, estaba escondida detrás de un árbol, la oía sollozar mientras apretaba con su mano izquierda una herida que tenía en el brazo derecho, podía ver que era un vidrio, con su otra mano sostenía un revólver, se le veía bastante preocupada, estaba a punto de romperse a llorar, intente llamar su atención hasta que al fin me vio, le hice señas de que se quedara callada, ella entendió, luego le hice señales de que viera a donde estaba Ray, cuando ella vio yo me puse a correr entre el montón de pinos que había en el bosque y al estar lo suficientemente lejos empecé a escalar un árbol, saque las piedras que llevaba en mi chaqueta y comencé a lanzarlas de tal manera de que chocaran contra un árbol que estaba lejos, la se detuvo, aún no estaban lo suficientemente lejos para que la muchacha corriera a donde se encontraba Ray y ya no tenía más rocas, así que no me quedo de otra, comencé a disparar en dirección de ellos y comenzaron a caminar en mi dirección, era difícil disparar por la distancia a la que los tenía, pero al menos ya se estaban alejando de la muchacha, pude ver como la chica tomo la oportunidad y subió por la colina, voltee a ver a la base del árbol para bajarme, sin embargo, note que habían 3 de los cuadrúpedos, 4 de los normales y 1 solo de los altos, volví a disparar hacia ellos y cuando solo quedaban 3 zombis mi arma no disparó más, genial ahora estaba atrapado, al menos ya había acabado con los rápidos, comencé a pensar que tal vez podía bajarme y echar a correr, el único alto que quedaba se notaba que era bastante lento y a los otros dos mutos podía ganarles en una carrera, pero tenía que ver en qué dirección correr para que no nos siguieran a la cabaña. Nueva nota mental no quedarte pensando tanto tiempo en un árbol; sin darme cuenta sentí como el muto alto tiro de uno de mis pies, ahora que estaba cerca podía notar su verdadera altura, estaba casi a 4 metros de altura, estuve luchando un momento mientras sentía como jalaba de mi pierna y yo me sostenía de la rama, un disparo sonó y note como el agarre desaparecía, al volver a la seguridad de la rama oí otros dos y los zombis restantes cayeron al suelo, pude notar que había sido Ray, baje sigilosamente el árbol y fui en dirección de donde estaba escondido mi amigo, él ya me estaba esperando mientras sostenía a la chica en brazos, le había sacado el vidrio y le había cubierto la herida con un pañuelo que tenía, al llegar a la cabaña llevó a la muchacha a otra habitación, yo fui a revisar de que Sara aún estuviera en su pieza, apenas entré la vi parada sobre una sillita de plástico mientras veía por la ventana con algo de preocupación, luego volteo a ver a la puerta y corrió hacia mí, sujetándose con fuerza a mi pantalón.