Capítulo 17. Confirmando errores, confirmando sentimientos.

JungKook.

Apenas me levanté en la mañana, fui directamente a la escuela a buscar a Jhoath, para decirle que es lo que me está pasando con ella, aunque ni yo mismo sé que es lo que siento. Cuando llegué, no la encontré por ningún lado, tal vez debería estar con los profesores, ayudándoles a las tutorías que les hace a otros chicos de vez en cuando, y fue así que no la vi en toda la mañana, hasta que llegó la hora del descanso.

En ese tiempo, la busqué tanto en la cafetería como en la biblioteca, pero en ninguno de los dos lugares la encontré, solo me quedaba uno: el jardín que estaba casi al final de la escuela. Cuando iba hacia allá, la encontré sentada en la banca de siempre. Parecía estar perdida en sus pensamientos, porque no notó mi presencia. Se levantó, tomó su mochila y caminó hacia donde estaba, deteniéndose al verme.

–¡Jhoath! Al fin te encuentro –dije emocionado.

–¿Y para qué?

–Quería hablarte sobre lo que paso ayer…

–No hay necesidad de hacerlo, no me interesa –dijo de manera fría, lo que me hizo sobresaltar.

–¿C-cómo que no te interesa? –pregunté confundido.

–Ya me oíste JungKook. Ayer fuiste muy claro con tus palabras, y dado tu emoción con la que llegas, me queda claro que ya decidiste que hacer con tu vida –dijo tratando de pasar por mi lado, pero me coloqué frente a ella.

–Jhoath…

–Fuiste muy claro ayer. No necesitas mi ayuda ni apoyo en ningún aspecto de tu vida, no voy a hacerte cambiar de opinión, ni siquiera voy a intentarlo, así que lo mejor, será solo ser compañeros de clase, nada más.

–Por favor, espera –dije tomándola del brazo, pero ella se zafó.

–No vuelvas a tocarme así –dijo enfrentándome –. Sigue con tu vida, yo con la mía, olvida todo, haz de cuenta que jamás me conociste –siseó.

Fue ahí cuando pude observarla mejor. Sus ojos eran fríos, oscuros, no cálidos y chispeantes como antes. Sus facciones eran duras y agresivas, no dulces y tiernas como antes. Esta no era mi Jhoath, era alguien más, pero, ¿qué fue lo que pasó para que cambiara?

Pareció aprovechar mi silencio, porque se fue, dejándome con un millón de dudas en mi cabeza, con intenso dolor en mi pecho y con la sensación de que perdí lo más valioso en mi vida. ¿Qué fue lo que hice? ¿Cómo no recordé las veces en que ella fue lastimada? Fui tan egoísta, tan idiota, que no me di el tiempo de manejar las cosas de manera más suave.

Lo único que hice desde el principio fue quejarme, no valorar su esfuerzo y solo desear que llegará el momento en que todo terminará. Ahora, por eso, ella se fue, se fue por mi causa, y eso me duele, me duele mucho más que cuando me enteré que Hee-Young solo me usaba, siento que este dolor me consume, me destruye, me hace querer desaparecer del mundo.

No lo pensé demasiado al ir por mi mochila, salir de la escuela e ir a refugiarme al único lugar que sabía tendría consuelo. Corrí sin parar hacia la empresa, usando ese pasillo secreto que se hizo para que pudiera ver a Jin sin problemas. Seguí corriendo sin importarme si había alguien adentro, solo abrí la puerta, encontrándolo con Taehyung, pareciendo ver algo en la pantalla.

–¿JungKook? ¿Qué haces aquí? –preguntó confundido, mientras se ponía de pie.

Jadeé tratando de recuperar el aire, pero hasta eso me dolía, me quemaba por dentro. Dejé caer la mochila al suelo y corrí a refugiarme en sus brazos, dejando salir mis sollozos y lágrimas, sin importarme si me veía como un niño patético.

–¡La perdí, Hyung! ¡La perdí por idiota! ¡La he perdido para siempre! –dije entre sollozos.

–¿A quién? ¿A quién perdiste? –preguntó confundido.

–¡Perdí a Jhoath! ¡La perdí por estúpido! ¡La lastime! ¡Ahora ella me odia! ¡Me odia Jin, me odia! –grité desesperado.

Él solo se limitó a abrazarme, consolándome en este momento tan doloroso por el que estaba pasando. No sabía que hacer ahora, me sentía perdido, mareado, dolido, estaba sintiendo demasiado, y eso me estaba haciendo enloquecer del dolor.

No sabía cómo hacer que Jhoath me escuchará, que me perdonará, que me dejará explicar, pero con Jin abrazándome ahora, se sentía como un buen comienzo.