La amistad es... ¿qué es la amistad? La verdad es que no lo sé, pero en la vida siempre se encuentran amigos incondicionales que no cambiarías por nada, que a pesar del tiempo se aprecian, se aman y se quieren. Puede haber peleas y discusiones, pero siempre, siempre, siempre seguirán siendo mejores amigos; esto claro, si se quieren de verdad. Hay casos que el cariño es tanto, que se terminan enamorando, unas veces correspondido, y en otros casos nefastos en los que no. Otros son, que descubren cosas que no sabían, secretos escondidos, de aquellos que son tan grandes que como el mismo sol, o que tal vez puede ser insignificante. En cambio, yo Jazmín, una adolescente normal de 17 años, conllevo una amistad normal, hasta ahora, claro.
Mis padres se separaron cuando yo tenía 4 años, desde entonces vivo con mamá, en una gran casa ubicada en Juneau, capital de Alaska, y sé que es extraño, pero me encanta este lugar, me encanta el clima, la comida, el paisaje, las personas, me encanta todo. Mamá decidió mudarse aquí para estar lo más alejada de papá como sea posible. Voy cada verano a visitar a mi padre a Nueva York, con su nueva esposa y mis dos hermanos, Josh y Aprill, que tienen 13 y 8 años respectivamente.
Mis amigos... qué les puedo decir, son los mejores del mundo, Joe y Lina, somos inseparables, estamos juntos noche y día desde que vine aquí. Nos conocimos en la primaria, el primer día que llegué a clases. Yo estaba sola sentada y meciéndome en un columpio solitario colgado de un gran árbol de caoba. Joe llegó, me ofreció de sus dulces, yo acepté, Lina se puso celosa, pensando que ya la habían cambiado, ya que ellos eran amigos desde antes, yo le ofrecí la muñeca que tenía, y algo maravilloso sucedió: nuestros ojos brillaron y nuestros corazones se alzaron al unísono. Nos volvimos uno y jamás nos hemos separado.
Salgo de mi ensueño, y regreso a la realidad cuando suena el timbre de la escuela, todos huyen del curso sin dejar siquiera que el profesor diga la tarea. Como todos los días, me reúno con los chicos en la entrada para irnos juntos a casa en el auto de Joe. Yo subo al copiloto y Lina al asiento trasero, Joe, como es el conductor y dueño del auto, sube al asiento del conductor. Mi casa queda cerca de la de él, a algunas dos calles, mientras que la de Lina queda a algunas ocho calles.
Me siento tan afortunada de tenerlos, feliz de poder saber que cuento con otras personas a parte de mi madre, en las buenas y en las malas, siempre a mi lado. Los amigos no son para siempre, pero el siempre sí existe para los amigos verdaderos, y estos locos son mis verdaderos amigos.
Como siempre Lina se queda primero, luego yo, y Joe, por su puesto, sigue solo camino a su casa. Saco las llaves de mi mochila de diseño de cuadros azules y blancos, abro la puerta y entro a la casa. "Mamá", grité como todos los días al llegar, para comprobar que mamá seguía trabajando, como siempre. Desde que vinimos acá es así. Ella se refugia en los papeles y los quehaceres, siempre está ocupada, y creo es más para combatir con la soledad que se la atormenta. Su amor hacia mi es incondicional, eso lo sé, porque, que ahora mismo no se encuentre en casa, no es sinónimo de que no me ame. Ella me ama. Lo sé.
Dejo la mochila encima del sofá y me dirijo a la cocina. Busco en el refrigerador algo comestible, escojo un poco de pudín de chocolate que mamá hizo anoche para el postre y decido que lo comeré en mi cuarto, así que me dirijo nuevamente a la sala de estar, recojo mi mochila de encima del sofá, puesto que a mamá no le gusta que la dejen allí, ni que le hagan desorden, subo las escaleras y entro a mi cuarto. Lanzo la mochila a algún lugar de este, mientras yo me dirijo al baño para quitarme el uniforme y darme una buena ducha, después de un día de colegio tan estresante. Luego de bañarme, me envuelvo en la toalla y me dirijo al armario, escojo una blusa crema y unos shorts blancos rasgados. Busco mi portátil y lo enciendo, me dirijo a abrir mi cuenta de Facebook, como siempre Lina y Joe estaban conectados. Abro chat con Lina. Ella es una chica tan hermosa, tan alegre, simpática y muy amistosa, tiene una cabellera negra corta con un flequillo, verdaderamente es muy guapa, con sus ojos marrones, piel morena, labios finos y pómulos marcados, no muy alta y con un cuerpo delgado pero con curvas,no está de más decir que siempre llama la atención.
Jazmín:¨Hola¨ le escribo.
Lina: ¨¡Hola!¨ me respondió alegre como siempre ¨¿qué haces? ¨.
Jazmín: "Nada, ¿y tú??"
Lina: "Muy aburrida"
Jazmín: "Yo también, ¿y si vamos al parque??"
Lina: "Perfecto, avísale a Joe para que vaya con nosotras"
Jazmín: "No hay problema"
Lina: "¿A las 5:00?"
Jazmín: "Bien, deja y le aviso a Joe". Dios, que nervios... le voy a escribir a Noe.
Le avisé con un rápido y nervioso mensaje de nuestro plan y aceptó. Él siempre ha sido un chico que no dice no por respuesta y siempre está feliz, él es alto, pelo rubio, ojos azules como el cielo, y muy, demasiado guapo.
Me levanté de la cama y me puse unos converse negros y blancos, los clásicos, tomé mi celular en manos y le mande un mensaje a mamá diciéndole mi paradero. El parque no quedaba tan lejos de casa, quedaba a eso de 20 minutos caminando, son las 4:30, así que hay tiempo de sobra.
Llegue al parque a eso de las 4: 55, cinco minutos antes, como siempre temprano. Yo soy la más puntual de grupo. Me senté en un banco del parque a esperar a mis amigos, que como siempre llegaban tarde, busqué mi celular y empecé a jugar Candy Crush, para entretenerme hasta que ellos lleguen.
-Estas obsesionada con ese juego-escuche una voz detrás mía, era Joe. Un suspiro salió de mis labios al ver esa sonrisa medio ladeada que me dedico. El bajo la mirada y luego la levantó. Dios mio ¿cuándo Joe se volvió tan guapo?