My Beast Friend

Capítulo IV

Observo como Sandra Wagner se ríe plácidamente en compañía de sus amigas. Es tan hermosa, entiendo por qué Joe se fijó en ella. Su larga cabellera de rizos naturales y negra azabache le llega hasta la cadera, sus rasgos faciales son muy delicados: nariz y labios finos, con unos ojos de un azul tan claro que parecen irreales, unas cejas finas y hermosas, y unas pestañas largas y abundantes. Su cuerpo es uno que le causa envidia a muchas personas, por sus curvas poco exageradas, pero sólo necesarias y unas piernas esbeltas y tonificadas. Ella luce a la perfección con su piel canela tentación y su actitud amable. Pero,  como no todo es color rosa, algo malo tiene: su ego. Ella sabe perfectamente la hermosura que posee, es decir, sabe que sus padres hicieron una perfecta combinación, siendo su ascendencia alemana de su padre y afroamericana de su madre.

 

 

Ese día llegué temprano a la escuela y estaba fuera esperando a que mis amigos llegaran, pero como es habitual ellos venían tarde. Me encontraba apoyada en la misma pared de siempre, cuando divisé al amor platónico de mi amigo acercarse  a la institución. Al pasarme por el lado, me miró de arriba a abajo con desdén, y se adentro en el edificio de color gris. Rodé los ojos y saqué mi teléfono con la intención de jugar Candy Crush, pero, al recordar lo que mis amigos opinan con respecto a mi y el dichoso juego, decidí hacer otra cosa. Así que conecté mis auriculares y reproduje mi música, comenzando a sonar outside de Calvin Harris y Ellie Goulding. Amo esa cancion, y no puedo evitar comenzar a mover mi cabeza siguiendo el compás de la melodía, cerrando los ojos para sentir aún más el delicioso ritmo que embriaga mi ser. 

 

 

La música sirve como un relajante muscular y mental. Al cerrar los ojos y concentrarme en la música, no pienso en nada más, se me olvida todo. De lo único que soy consciente es de los latidos emocionados de mi corazón. Espero a que termine la canción, y cuando lo hace, abro los ojos. 

 

 

Es en ese momento cuando me topé con unas lagunas azules hermosas, que me miran con un brillo inexplicable. Esos ojos pertenecen a Joe, quien, apoyado del capó de su auto, me miraba de brazos cruzados. Sentía que algo comenzaba a crecer, y quería creer que eran meras imaginaciones mías, para que mi ego no llegue hasta el cielo y luego caer en picada y estrellarme contra el pavimento. Un sonrojo comenzó a extenderse por mis mejillas, y empecé a sentir vergüenza, porque ya luchaba en vano en ocultar mis sentimientos hacía mi mejor amigo, y por ello baje mi mirada al suelo. Pero luego pensé en lo cobarde que estaba siendo, así que volví a subirla, con el propósito de enfrentarme al destino. Él me regaló una sonrisa ladeada, y se acercó decidido hacia mí, logrando que mi corazón palpite más rápido de lo que ya lo estaba haciendo. 

 

 

-Hola- me dijo. Inmediatamente olfateé su delicioso aroma, y su cercanía provocó que, además de hacer que mi corazón casi salga de mi pecho, mi piel se volviera completamente de gallina, especialmente la de mi cuello. Y cuando depositó un beso en mi mejilla para acompañar su saludo, un hormigueo extraño me recorrió esa parte de mi cuerpo.

 

 

-Hola- respondí tratando de sonar normal- ¿Como te fue en tu cita de ayer?- hice la pregunta tratando de sonar más como una amiga cotilla.

 

 

-Horrible…-respondió acompañado de una mueca. Hasta sus gestos graciosos son sexies. ¡Callate!

 

 

-¿Me quieres contar?- el asintió.

 

 

-Sandra puede ser tan hermosa como una modelo de Victoria's Secret, pero tiene un ego que llega hasta el cielo… -su mirada parecía más divertida que decepcionada- ¡Solo habla de sí misma!- miró hacia el suelo, negando y sonriendo al mismo tiempo.

 

 

-Me lo esperaba- respondí. Él subió la mirada y mi aliento desapareció completamente.

 

 

-Creo que me lo habías advertido- respondió. Yo no lo recordaba, pero probablemente así haya sido-. Pero soy  tan buen amigo que no hice caso a los consejos de mi mejor amiga- sentí como si un pequeño balde de agua helada me había caído encima. Debería ya de acostumbrarme, llevo años en lo mismo. Soy su mejor amiga. 

 

 

Como si los ángeles escucharán mi súplica de que este momento pasara, Lina apareció, pero como siempre llegaba tarde, y cuando abrió la boca en un intento de decir algo, se escucho la campana. Joe y yo comenzamos a reír, y me relaje completamente.

 

 

-No es justo- se quejó Lina, al emprender nuestro camino a nuestra clase de literatura.

 

 

-Eso es para que aprendas a llegar temprano, pequeña Lina- habló Joe.

 

 

-Que yo si llego temprano, es el timbre que suena antes de tiempo- dijo.

 

 

-Si, anja, y yo gane un concurso de belleza-Dije. Que se note el sarcasmo. Joe me dedicó una mirada que no pude comprender. Decidí que hoy sería un buen día, así que me propuse ignorar los camiones que transitaban en mi estómago, porque mariposas no eran. Decidí, también, tomar en cuenta la canción que escuché esta mañana. Me di cuenta que me estoy haciendo daño yo misma, y que cuando se tarda tanto tiempo, el fuego se apaga*.

 

 

Sacudí mi cabeza, y comencé, por primera vez en muvho tiempo, a sentirme regocijada de paz. Los tres entramos riendo de las bromas que Joe hacía a nuestra primera clase: Español, con el peor profesor de la historia del mundo, logrando que muchos, incluyendome, nos sintamos sumamente aburridos. Lina no tardó ni dos minutos para quedarse dormida luego de haber acostado su cabeza entre sus brazos. Joe se sentó a mi lado hoy, y, al sacar su cuaderno, pude figurar los garabatos que se dedicaba a hacer.

 

 

Eran dibujos extraños, de uno animales gigantes que en mi vida había visto. Ni siquiera en las películas, serie o en algún libro que haya leído antes. Era una figura inmensa, con una forma parecida a la de un lobo, con un pelaje tan negro como la noche. No tenía cara, pero si se presentaba su hocico, que mostraba los miles de  que poseía. Volví a sacudir mi cabeza, disponiendo mi mente a pasarlo por alto y a prestar atención a la clase de acentos y tildes que el maestro impartía hoy.



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En el texto hay: fantasia, amor, mejores amigos

Editado: 27.12.2023

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