My Beast Friend

Capítulo V

Mis piernas, guiándose prácticamente solas, se acercaban a su preciado destino. Mis pisadas eran rápidas, fuertes y decididas, tan diferente a lo que sentía en mi pecho: miedo. Ese sentimiento que aborda dentro de ti en momentos de incertidumbre, y que, muchas veces, logra que un mal presentimiento te embriague. Y eso me pasa ahora mismo. Siento que algo malo sucede. Me siento nerviosa, mis manos tiemblan, y no decir de mis labios y mis dientes que tiritaban, tomando en cuenta el frío inmensurable que reinaba hoy.

Al llegar a mi destino, veo la enorme casa que se extiende en frente de mi. Un aura misteriosa, lúgubre y triste sobresalían de los poros del hogar. Pensé en devolverme, irme a casa y dejar todo como está, pero de solo pensar que mi mejor amigo podría necesitar mi ayuda, un sentimiento de pena me invade. Sacudí mi cabeza, para de cierta manera desaparecer esos pensamientos. Y sin más, me aventuré a entrar al jardín a través del camino de gravilla.

¿Alguna vez han visto la Bella y la Bestia? ¿Acaso no es hermosa esa parte que Bella llega al castillo, y el silencio solemne y el entorno misterioso y mágico, que prácticamente se podía tocar, chocan con ella al momento de abrir la puerta del hogar de la Bestia, y esto hace que ella se llene de valentía y decida buscar a su padre? Pienso que considerando las circunstancias, es algo parecido lo que a aquí sucede. La única diferencia: a mi la valentía me salió huyendo. Pero, a pesar de, necesitaba saber si mi amigo estaba vivo.

Un miedo enorme me embriagaba, haciendo que me enrede con mis propios pies y por poco caer en varias ocasiones. Estaba todo en silencio, y si el auto de Joe no se encontrara estacionado en el parqueo privado de la mansión, hubiera jurado que no había nadie.

Y ahí estaba yo, frente a frente a la puerta, esperando a que ese toque de denuedo que necesitaba en estos momentos a mi me llegara. Me dije a mi misma que tenía que hacerlo y ya.

Inhale profundo, y toque el timbre. Pasaron unos minutos, y no sucedió nada. Volví a tomar y pasó lo mismo. La incertidumbre de que Joe estuviera aquí y le hubiera pasado algo se volvía cada vez más grande y agobiante, y el nerviosismo y el miedo desaparecieron, dando paso al valor y la necesidad de procurar de que todo estuviera bien. Me dirigí hacia la ventana que se encontraba a unos pasos más allá de la puerta, y, como chismosa poco profesional, me puse a fisgonear. No se veía ni un alma, pero sí el televisor encendido, provocando que mi hipótesis se volviera cierta. Quizás él se quedó dormido, y no escuchó cuando toqué, así que, con pasos aún más fuertes y rápidos, me volví hacia la puerta. Toque el timbre de nuevo, hice uso de mis puños tomando la puerta frenéticamente y determinada a hacer que me abrieran. Solo pensaba si le había pasado algo. Comencé a gritar.

-¡Joe!- grité lo más fuerte que pude- ¡Joe!- y aún nada, no se escuchaba ni un ruido ni me abrían la puerta- ¡Se que estás ahí! ¡Abre la maldita puerta de una puta vez! -me estaba encolerizando al sentirme ignorada - ¡Se que estás ahí, Joe! ¡Te lo pido! ¡Necesito saber que estás bien, por favor!- seguía pegándole a la puerta, a pesar de que mis manos dolieran- ¡Ábreme!- toque un par de veces más y me detuve.

Me rindo.

Solté todo el aire que había retenido hasta el momento. Me di media vuelta dispuesta a irme. Si Joe no quería saber nada de mí, no sabrá nada de mí. Di un paso cuando lo escuché. Un ruido proveniente de la casa, y después otro de la puerta abriéndose. Sentía mi espina dorsal erizarse por el simple hecho de que él posara su mirada en mí, y el valor que tenía hace un instante corrió despavorido y se quedó el nerviosismo de un principio. Cerré los ojos y volví a inhalar. Me giré para tenerlo frente a frente, y lo que mis ojos percibieron en ese mismo instante, hizo que mi corazón se estrujara y la lástima carcomiera mi ser.

-Pero… - fui capaz de articular- ¿Que te ha pasado Joe?- me acerque un poco, para poder ver mejor lo que la oscuridad no me dejaba figurar. Él estaba completamente irreconocible. Su cara… Tenía algunos moretones en los pómulos y la mejilla, encima de su ceja izquierda se desplegaba una cortada profunda y a la vez pequeña, su labio inferior se encontraba magullado y rojo, y debajo de sus ojos sobresalían unas aureolas moradas y oscuras, denotando el poco descanso que ha tenido estos días. Me acerqué más a él, y levanté mi mano para tocar su cara. Joe, al notarlo, se alejó rápidamente.

-¿No querías verme y saber si estoy bien?... -dijo él con un tono de voz que nunca había utilizado conmigo- Pues mírame, no lo estoy - agregó a punto de cerrar la puerta.

-¡No! espera, no la cierres- dije deteniéndolo- tengo que hablar contigo ¿Puedo pasar?- pregúntenle. Él rodó los ojos y se hizo a un lado para que entrara cruzado de brazos, lo cual hice y cerré la puerta tras de mi.

Al entrar a la casa me di cuenta de que estaba hecha todo un desastre, todo estaba regado, platos y copas rotas por doquier, rasguños en las paredes y en las cortinas, plumas de los almohadones en el piso, los muebles desordenados, envolturas de alimentos en el suelo, e incluso, fotos familiares estaban hechas un desastre aún estando colgadas en la pared.

Era de suponer que la madre de Joe no se encontraba, ya que si hubiera estado aquí, le daría unos madrazos a mi amigo por el desorden causado. Pensé que luego de hablar con él, necesitaría de mi ayuda para arreglar ese desastre.

-Dios… ¿Qué ha pasado aquí?- seguía viendo a mi alrededor. Joe todavía aún estaba de pie y cruzado de brazos apoyado en la pared- ¿Ha entrado un huracán dentro de tu casa?- el rió melancólicamente, fijando su vista al suelo y negando con la cabeza.

-No, algo peor- levantó la cabeza, pero no me miraba a mí, tenía la vista fija en un punto finito de la pared que se encontraba frente a él-y… ¿De que querías hablar?- dijo caminando hasta acercarse a las escaleras que llevaban al segundo nivel del hogar y sentándose en el segundo escalón de estas. Yo aún me encontraba medio a medio en la sala de estar.



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En el texto hay: fantasia, amor, mejores amigos

Editado: 27.12.2023

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