Narrado :*Victoria*:
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{Tres horas después}
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Leí uno a uno los mensajes que Matteo me envió y a medida que avanzaba mi corazón se partía cada vez más, ya que todos comenzaban con las mismas palabras: "Te amo", "Te extraño". Pero eso no fue lo que más me dolió sino que en cada uno me rogaba que regresara, me pedía que lucháramos por lo que sentíamos, me prometía que juntos buscaríamos la manera de que lo nuestro funcionara y que nuestra familias iban a entendernos y aceptarnos.
También me suplicaba que le respondiera al menos uno de los mensajes, porque la agonía, la incertidumbre y la tristeza por no saber de mí lo estaban matando. Pero sin lugar a dudas el mensaje que más me hizo llorar fue el último que me envió.
"Victoria, no sé si te tomas la molestia de leer lo que te escribo o simplemente te limitas a ignorarme para no responderme, pero cualquiera que sea el motivo ya no importa. Esta es la última carta que te escribo, con ella te digo adiós y te dejo definitivamente en el olvido.
Te confieso que me llevó mucho tiempo llegar a esta resolución, pero ya entendí que entre nosotros no pueden existir nada. No solo porque somos familia, sino porque tú no sientes lo mismo que yo.
Todo este tiempo creí que ambos sentíamos lo mismo, pero juzgando la distancia que interpusiste entre los dos, obviamente yo estoy confundido respecto a tus sentimientos. Tú me quieres por ser parte de tu familia pero yo te quiero a ti de una manera que lamentablemente nunca podrá ser por más que yo lo desee.
No te imaginas cuanto me odio por haberme enamorado de ti, por haber alimentado la ilusión de algún día ser tu pareja, de creer que ese beso que nos dimos era el principio de nuestro futuro juntos. Y admito que me siento morir al darme cuenta de la cruel realidad. Pero como quién dice " para olvidar hay que sufrir y hay que llorar para reír". Así que espero que después, de tantas lágrimas amargas que he derramado por ti, venga al fin mi felicidad.
No te lo había comentado porque no me parecía algo relevante, sin embargo ahora sí lo es. Hace unos meses creía que los corazones rotos, como el mío, no podían ser reconstruidos, ya que jamás iba a poder salir de ese agujero en el que yo solo me metí. Pero una chica muy buena, delicada, simpática y dulce, con mucho esfuerzo se ha ganado mi cariño. Ella no es mi mate, por lo que no sé si esto sea lo correcto o es un error, pero voy a comenzar una relación con ella. No la amo, pero espero un día poder amarla, tanto como te amo a ti.
No creas que la finalidad de esta misiva es darte celos o causarte molestias, mi única intención es implorarte, que cuando regreses a casa, me ayudes a olvidarte: no me busques, mantente alejada de mí, ignórame y por ningún motivo me vayas a tratar con cariño, porque de lo contrario seguiré como un perrito a tus pies.
Sé que suena patético pero es la verdad, si no mantenemos distancia mi corazón no dejará de amarte y los perjudicados seriamos dos, esa chica y yo.
Así que por ella, por mí y por ti, voy a luchar contra mí mismo, haré hasta lo imposible para olvidarte, para sacarte de mi mente, de mi alma y de mi corazón. Sé que tardaré mucho tiempo en curarme de ti, pero tengo fe que ella sabrá recoger los destrozos que provoque con mi estupidez.
Por último quiero que sepas que estoy muy arrepentido de haberte incomodado, con mis absurdos sentimientos, y espero que pronto encuentres a tu mate y seas inmensamente feliz con él.
Posdata: Así logre olvidarte siempre tendrás un lugar muy importante en mi corazón, así pase una eternidad.
Al terminar de leer veo la fecha y solo han pasado 4 meses desde que él escribió esto.
—Él solo está con Ximena por despecho —es lo primero que se me viene a la mente.
‘Nadie te asegura eso’ —opina mi loba.
—Él todavía debe amarme, Kira, no pudo haberme olvidado en tan poco tiempo y por eso debo aclarar todo con él, Matteo tiene que saber que yo también lo amo.
'¿Para qué? ¿Qué ganarías con eso?' —no le respondo y me pongo inmediatamente de pie. —'Victoria, ustedes dos siguen siendo primos. Tú padre jamás permitiría una relación entre ustedes'.
Eso logra detenerme un minuto pero luego recuerdo todo lo que ha sufrido Matteo por mi culpa y retomo el camino hacia la puerta.
'¿Victoria, te imaginas lo que sufrirá el pobre cuando encontremos a nuestro mate y lo hagas a un lado?' —vuelvo a detenerme a meditar las palabras de Kira.
Ciertamente tiene razón, porque algo que tengo más que claro es que en lo que mi mate aparezca voy a estar con él, pero por otro lado quién sabe cuándo vaya a encontrarlo y durante ese tiempo puedo estar al lado de Matteo.
<<Tengo que ir a buscarlo. Tengo que decirle que yo no lo odio, que yo también lo amo y que estoy dispuesta a luchar por lo que ambos sentimos>>.
'¿Qué pasará con nuestro mate?' —inquiere con tono acusardor.
<<Hablaré con Matteo, ambos estaremos juntos hasta que uno de los dos consiga a su mate, sé que él entenderá mi posición y aceptará mi propuesta sin dudar>> —aseguro.
'No creo que sea una buena idea'.
<<No me importa, es hora de que haga lo que me dicta mi corazón>>.
'No seas imprudente e impulsiva o te vas a arrepentir' —me sentía tan feliz, tan dichosa que no escuche el consejo de mi loba y corrí con una enorme sonrisa de oreja a oreja hasta la recámara de Matteo, que gracias a la Diosa estaba justamente frente a la mía.
—¡Matteo, yo…! —todas la palabras murieron en mi boca después que encendí la luz y lo vi; completamente desnudo y teniendo sexo con una chica, la misma de la foto que me enseño Tobías.
'Te lo dije' —habló mi loba y todas mis ilusiones se vinieron abajo.
—¡Victoria! —dijo alarmado y mi estómago se revolvió al ver como se apartaba de ella y se cubría con una sábana. — ¿Qué haces aquí?
Y con esa tosca pregunta terminó de ennegrecer mi humor.