.*×Victoria×*.
Cuando el alba se hizo presente me despedí de mi papá Luis y comencé a caminar a la mansión, usando ropa que él me prestó, y en todo el trayecto no dejé de pensar en las palabras que dijo.
<<No entiendo qué quiso decir con eso de "hombre pálido". Eso no tiene sentido, a menos que él sepa quién es mi mate>>.
'¡Bingo!'. —Exclama Kira. —'Te felicito por darte cuenta tu solita. Creí que iba a tener que explicártelo con manzanas'.
<<Yo no soy bruta, Kira>>.
'Pero sí eres despistada' —alega.
En eso le daba la razón a Kira. En una pelea cuerpo a cuerpo soy capaz predecir los movimientos de mis enemigos con gran facilidad, pero con los asuntos relacionados con el corazón soy muy atolondrada.
<<De todos modos ya no me importa encontrar a mi alma gemela>>.
'¿QUÉ?'.
<<El amor es una basura, ya no quiero enamorarme. De ahora en adelante solo buscaré a hombres de turno, como hacía mi tía Daniela antes de conocer a mi tío Iván>>.
'Eso sería un craso error. Nuestro mate debe ser muy posesivo'. —me advierte.
<<Me vale, apenas tengo 19 años y quiero disfrutar mi vida>>.
Ya basta de la Victoria melancólica, comedida, deprimida y enamorada. Hoy ha nacido una Victoria Vuković que no se dejará derrumbar por nada ni nadie. Tengo y voy a superar a Matteo como la guerrera que soy.
En eso la canción de Dua Lipa llega a mi mente y se me ocurre una brillante idea.
—Crearé mis propias nuevas reglas y las seguiré al pie de la letra —digo en voz alta.
*One: Trataré a Matteo como la basura que es.
*Two: Buscaré a alguien que caliente mi cama por las noches.
*Three: No volveré a perder la cabeza por nadie. De ahora en adelante mi corazón será inalcanzable.
Con estas reglas todo en mi vida va a cambiar. Mi historia con Matteo quedará en el pasado y de ahora en adelante no lloraré de tristeza, sino de felicidad al darme cuenta que pude seguir adelante sola, porque dejaré el el dolor, la amargura y el amor fuera de mi vida, para que dejen de molestarme o agobiarme.
<<Mi mundo cambiara a partir de hoy y Loreza me va ayudar>>.
—¿Viki? —la voz de Ian me hizo darme cuenta que ya había llegado a la mansión. —¿Te sientes mal? ¿Faltaras al entrenamiento de hoy?
Maldigo mentalmente, porque con tantas cosas que tenía en la cabeza lo había olvidado.
—¿Cuánto falta para que comience el entrenamiento? —Pregunto al verlos a todos con la ropa deportiva.
—Cinco minutos.
<<No me da tiempo de ir a cambiarme>>.
—Vamos, iré vestida así —Ian repasa mi atuendo pero al ver que uso un mono de pijama y una franela no dice nada.
—¿Otra vez Lore no te dejó dormir? —habló James cuando llegamos al salón de entrenamiento.
—No —respondí secamente mientras esquivaba la mirada de Matteo.
—¿Te levantaste de mal humor? —me preguntó Keila.
—¿Hoy tampoco desayunaste? —inquirió Tobías. —Toma, aquí te traje una manzana.
—Gracias, pero no tengo apetito.
—¡OMG LA VIKINGA NO TIENE HAMBRE! —gritó James, haciendo reír a todos, menos Matteo y a mí.
<<¿Por qué está tan serio? Debería estar rozagante por haber pasado una espléndida noche con su novia>> —pienso.
'Debe estar enojado contigo, recuerda que lo interrumpiste en plena acción'.
<<¡Cállate, Kira!>>
—¿A ustedes dos qué les pasa? —interroga Ian mientras su mirada pasa de Matteo a mí y viceversa.
—Nada —dijimos Matteo y yo al mismo tiempo, levantando más sospechas.
—Insisto a ustedes les pasa algo —comenta Ian cruzándose de brazos.
—¿Por qué ambos tienen esas ojeras? —cuestiono James.
—Las mías son producto de mis insomnios y las de su hermano tienen nombre y apellido.
—En eso tiene razón la gran Victoria Vuković —hace énfasis en mi nombre y yo le lanzo una mirada asesina.
<<No te imaginas cuantas ganas tengo de hacerte pedazos, Matteo>>.
—Buenos días, chicos —la voz de mi tío Brad hace que nuestra guerra de miradas sea interrumpida.
—¿Tío Brad, qué haces aquí? —preguntó un James muy confundido.
—De ahora en adelante los entrenamientos serán por grupos —comentó mi tía Fina al entrar a la sala de entrenamiento. —Brad entrenará a un grupo y yo al otro.
—Así que vamos a comenzar a dividirlos —dijo muy animado mi tío. —Empiezan las damas —miró con picardía a mi tía y ella rodó los ojos.
—James, Ian, Victoria, Keila, Juan, Yesmik, Felipe, Dionisio y Felicia —todos los nombrados nos posicionamos detrás de ella.
—El resto conmigo —dice mi tío Brad y Kelvin, Marta, Luz, Humberto, Rafaela, Gregory, Hugo, Tobías y Matteo se colocan detrás de él.
<<Gracias Diosa por ponerme en el equipo contrario al del par de idiotas>>. —Hago referencia a mi ex y a mi primo.
—¿Fina, por qué nos dividen en grupos? —se atreve a preguntar Luz.
—Porque desde ahora los que serán evaluados son los entrenadores —la voz de mi papá suena fuerte y claro.
Todos mis compañeros, incluyéndome, hacemos una pequeña reverencia al ver a nuestro Alfa.
—Cada entrenador será evaluado por las estrategias, las destrezas y las habilidades que impartan a sus alumnos —continua mi padre. —Y cada fin de semana sus enseñanzas serán demostradas por todos ustedes.
Los ojos de mi padre se junta con los míos y en su mirada veo desaprobación.
<<¿Qué habré hecho ahora?>>.
'Quizás sea porque ya sabe que saliste con Kevin o se enteró que fuiste a ver a tu otro papá'.
—En la tarde volveré para ver la lucha cuerpo a cuerpo —informó mi padre y me lanzó una última mirada de advertencia.